Libia: La desinformación es un crimen contra la humanidad
- Jueves, Marzo 24, 2011, 10:30
La desinformación sobre lo que sucede en Libia es una de las más emblemáticas de los últimos años, porque en esta ocasión-y quizás sólo valga recordar la ilegalidad de la guerra contra la ex Yugoslavia y la liviandad de alguna prensa e intelectuales “progresistas” -la mentira y falsedades no sólo son transmitidas por los medios, mayoritariamente en manos del poder hegemónico mundial, sino por muchos de los llamados alternativos.
Incluso curiosamente se habla de que se está transmitiendo “informativamente en forma directa” los acontecimientos en Libia, pero se lo hace desde París, por ejemplo, sin que nadie haga una observación objetiva sobre esto. ¿Es posible transmitir los gravísimos sucesos en Libia desde París, Madrid o cualquier capital europea?
Es imposible. Sólo estando en el terreno es que se pueden seguir las alternativas de la guerra o en todo caso informarse por quienes están en el lugar, incluyendo diplomáticos de todos los países, a los que hay que recurrir para evitar dar sólo la versión de los “aliados”.
Un ejemplo. Leo hoy en un medio local que la oposición dice que el gobierno libio ha matado ocho mil personas. ¿Quién lo dice? ¿Cuáles y dónde están los líderes de los rebeldes, que aparecen por primera vez en su historia y que no se conocen? Es esta la rebelión más curiosa a la que se le adjudica ser mayoritaria en el país, y “popular”.
Se habló en el escaso tiempo de unos días de este “levantamiento” en zona clave petrolera y de los bombardeos libios contra los “rebeldes”, pero China y Rusia han advertido que no han sido registrados en ninguna pantalla, ni celular, ni cámaras de esas que en manos rebeldes podían registrar plenamente un bombardeo.
Un día alguien aparece como líder del Comité de Transmisión, pero a los pocos días desaparece y de repente aparece otro y estos “grupos de oposición” fantasma hacen conferencias con el gobierno de Francia y otros. Nadie conoce el objetivo, las demandas de “los rebeldes” salvo que quieren derrocar a Gaddafi, como quieren hacerlo precisamente sus aliados en esta causa y no sólo por el petróleo, sino que es también un avance geoestratégico en una zona que Estados Unidos y su socio cercano Israel intentan poner definitivamente bajo su control.
En la historia de los “levantamientos populares” nunca habíamos registrado una situación parecida.
Y ¿en qué se basan los medios para informar precisiones tales como los supuestos muertos en las filas de los llamados rebeldes? He leído en otro medio que el gobierno de Muammar Al Gaddafi seguía bombardeando a los “rebeldes”, mientras la coalición bombardeaba distintos lugares en Libia. ¿De dónde les llega la información? ¿De Paris, de Roma, de Londres, de Washington? Por qué entonces precisamente los aliados no estaban asegurando el lugar convenido con la ONU, en una zona de exclusión para los aviones libios. ¿Y qué se espera que digan los periodistas ubicados en esos “estratégicos” lugares?
Lo que tienen que decir es lo que abunda, la necesaria desinformación de los aliados en esta “Odisea del Amanecer”, que lamentablemente sepultó lo poco que quedaba de esperanza en Naciones Unidas. Estos “aliados” necesitan como el agua sostener sus argumentos falsos.
Porque es falso, absolutamente falso, que no tenían otra alternativa para los sucesos de Libia. Y porque ni siquiera tenían una precisión de lo que realmente estaba sucediendo y, como han señalado varios diplomáticos entre ellos turcos, no esperaron a tener mayores datos fidedignos sobre la situación y apresuraron la resolución de la ONU.
Luego, como si hubieran estado esperando en el pasillo con todas sus armas en las manos, en horas lanzaron sus ataques. El esquema para una zona de exclusión, especialmente en una conjunción de “aliados”, no es cosa de minutos. Cualquier militar lo sabe y especialmente si se va a actuar con responsabilidad.
No la hubo en ningún momento. Los ataques contra objetivos en Libia, que alcanzaron mayoritariamente a zonas civiles comenzaron sin haber probado siquiera el funcionamiento de la zona de exclusión. Y no se habían arbitrado los medios necesarios para evitar tomar medidas más drásticas.
Qué cambio de humor europeo cuando hacía tan poco tiempo sus gobernantes habían recibido a Gaddafi, después de años de enfrentamientos y no como dicen algunos “analistas” -inventados por la circunstancia- que siempre fueron “amigos” del gobernante libio. Todo lo contrario.
La diplomacia europea y la confusión y las diferencias dentro del propio gobierno libio posibilitaron una relación ventajosa entre los gobiernos europeos y Gaddafi, a los que este vendía la mayor cantidad de petróleo comparado con lo que exportaba a Estados Unidos.
Y si el petróleo está detrás de esta diligencia con que se actúa contra un país, sin tener mayo cantidad de información, ni tomarse el tiempo para el análisis, vuelve a repetirse un hecho que será gravitante para los pueblos europeos en el futuro.
Y repito aquí los párrafos de una nota que escribí anteriormente.
A principios de 2004 el analista estadounidense Paul Harris (Soberanía, Info. 2004) establecía que:
“El verdadero objetivo de la guerra de Estados Unidos contra Irak es la competencia de ese país contra el euro. Hay muchas razones para la obsesión de George Bush”
Harris ya había mencionado que la acción contra Irak, era en realidad contra Europa.
“Siempre que una nación decide ir a la guerra se hacen planes sobre quién ganará y quién perderá; nadie va a la guerra esperando perder, pero no siempre el blanco obvio de la agresión es el verdadero motivo de la guerra. A veces no se trata de lo que esperas ganar de una guerra sino, más bien, de lo que otro pierde; y no tiene por qué ser tu enemigo declarado quien cargará con las pérdidas”.
En ese caso pronosticaba Harris la víctima esperada por Bush era la economía europea, “la cual es robusta y probablemente se haga más fuerte en el futuro cercano”.
Y analizaba que la entrada de Gran Bretaña en la Unión Europea era inevitable, que Escandinavia se unirá más temprano que tarde. Ya, incluso en esos países, habrá diez nuevas naciones miembros en Mayo de 2004, lo cual inflará el PIB de la Unión Europea a cerca de $9.6 trillones, con 450 millones de personas, en contraste con $10.5 trillones y 280 millones de personas en los EE.UU. Esto representa un bloque formidable de competencia para los EE.UU. pero la situación es mucho más compleja de lo que revelan estos números y mucho de ello depende del futuro de Irak”.
Recordaba que si bien el control del petróleo estaba detrás de la guerra contra Irak, el impulso real no eran las enormes reservas sin explotar en ese país ni “tanto el deseo de EE.UU. de poner sus sucias manos sobre ese petróleo. Es mas bien por las sucias manos que los norteamericanos quieren mantener alejadas de él”.
Tampoco habían precipitado estas acciones los sospechosos atentados que derrumbaron o implosionaron las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, ni que Washington considerara que Saddam Hussein era un monstruo, sino que “lo que precipitó esto es que el 6 de Noviembre de 2000 Irak decidió cambiar al euro la moneda con la cual hacía sus transacciones petroleras. Esta declaración política se hizo y la depreciación constante del dólar contra el euro desde entonces, significó que Irak obtuviera buenas ganancias al cambiar sus reservas y su divisa para hacer transacciones”.
La pregunta que surgió y que se hizo George Bush, es:
“¿Qué pasaría si la OPEP, de repente se cambia al euro? Si la OPEP siguiera el ejemplo de Irak y empezara a negociar petróleo en euros sucedería una explosión económica y las naciones consumidoras de petróleo tendrían que hacer salir sus dólares de las reservas de sus bancos centrales y reemplazarlos por euros. El valor del dólar se vendría abajo y las consecuencias serían las que podrían esperarse de cualquier colapso de divisa e inflación masiva. Los fondos extranjeros podrían salir atropelladamente del mercado de valores norteamericano y habría una huida de los bancos de los activos en dólares como la de 1930; el déficit presupuestario s incumpliría y así sucesivamente”.
En suma la debacle afectaría a Japón, lo que a su vez arrastraría más duramente a Estados Unidos.
También el objetivo de la guerra de Bush fue amenazar con tomar acciones significativas contra cualquiera de los productores de petróleo que pudieran cambiarse al euro. “Era el euro y por supuesto, Europa el objetivo. USA no va a cruzarse de brazos tranquilamente y dejar a esos advenedizos europeos tomar las riendas de su destino y mucho menos de las finanzas del mundo” concluía Harris, quien hizo un estudio detallado de cómo se había impuesto el dólar desde el final de la Segunda Guerra Mundial y como “la fuerza del dólar desde 1945″ residió en ser la divisa internacional para las transacciones petroleras globales (es decir, “petro-dólar”).
La invasión en Irak encerró detrás este otro golpe encubierto para impedir el rotundo fortalecimiento de Europa y también la idea de debilitar organismos desafiantes en manos nuevas, como sucede con la OPEP y los esfuerzos del presidente venezolano Hugo Chávez, para independizar la política petrolera.
Hay demasiado detrás de cualquier acción bélica tan brutal como esta. Ya se conocen las mentiras y falsos argumentos que se usaron para invadir y ocupar Irak, incluso Afganistán. Pero ¿a quien le importa? ¿Acaso a la ONU le preocupó el genocidio que continúa en Afganistán e Irak? La ocupación es un “hecho consumado” al estilo Hitler.
Nadie pregunta porqué se comenzó bombardeando y no estableciendo la zona de exclusión, todo lo cuál también es ilegal en esta circunstancia, pero usando la lógica de los guerreristas -y su obligación de cumplir al menos para la galería de observadores- el primer y exclusivo paso que era establecer el corredor aéreo que impediría los presuntos bombardeos libios sobre “los rebeldes”.
Es absolutamente falso el “humanitarismo” de los que torturaron despiadadamente, mataron, asesinaron y violaron a niños, mujeres y hombres en Irak y Afganistán. Es falso el “humanitarismo” de los que mantienen una cárcel de experimentos que degrada la condición del ser humano en la base militar de Guantánamo, territorio cubano usurpado por Estados Unidos.
Y mientras todo eso sigue sucediendo y el “humanitarismo” de Washington y sus aliados Estados Unidos corre, como lo hicieron en toda la historia de América Latina a apoyar y financiar a los terroristas de Estado de todas las dictaduras, y lo siguen haciendo como en Honduras, donde disfrazan un gobierno nacido del golpismo, como una democracia, mientras se continúa asesinando a decenas de campesinos, trabajadores, profesionales, maestros y entre ellos 11 periodistas en pocos meses. Pero también en Colombia, donde Estados Unidos oculta a su pueblo que ellos arman a los paramilitares y un ejército como el colombiano que ejerce terrorismo de Estado en el territorio de su país.
En Colombia se denuncian 250 mil desapariciones forzadas bajo esos terrorismos de Estado encubiertos y cada semana mueren más personas de las que murieron en todo el tiempo que duró la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, como demostraron organismos de Derechos Humanos en Ginebra.
Sería largo enumerar los siniestros “humanitarismos” del imperio, y también la impunidad que les asiste. No hay un solo condenado en Estados Unidos por estos crímenes. En reemplazo de la justicia verdadera, cada tanto se condena a uno o dos soldados como autores de crímenes como los que se han conocido por fotografías en Irak y Afganistán.
Estos soldados y oficiales jugando con los cadáveres de sus víctimas o posando junto a los muertos en torturas sonriendo, lo que es de una perversión sobrecogedoras, están entrenados para eso.
Oficiales de Estados Unidos declaran públicamente que finalmente han logrado que el reflejo condicionado de sus soldados sea matar”.
¿Investiga alguien cómo es el entrenamiento brutal de las tropas en Estados Unidos? ¿Se interesa alguien por los documentales que incluso suelen exhibirse en la TV común, para constatar que estos entrenamientos suponen humillaciones y torturas para los soldados propios con el fin de “fortalecerlos”, según dicen los manuales?
¿Cómo son las siluetas que se usan para los entrenamientos de tiro en los cuarteles estadounidenses? Son figuras de árabes, negros, mestizos, indios, y junto a ellos gorilas y otros animales. Y este es el mensaje. Lo que están matando sus soldados no son seres humanos, somos el mundo del bestiario que el colonialismo brutal nos ha designado.
Es por todo esto que la irresponsabilidad por una parte y la complicidad por la otra en la información que se transmite es tan criminal como el disparo que mata. Y por eso se da entidad de “rebeldes” a grupos cuyos objetivos orígenes y objetivos no se conocen. Se puede estar defendiendo a mercenarios que son la última “moda” de la guerra preventiva, sin fronteras y sin fin, mercenarios reunidos por los caminos del mundo, como los que mandaron contra Angola, que eran revindicados como héroes o contra Nicaragua en los años 80. Esos hombres, soldados de fortuna, perros de la guerra, que usan las tropas de ocupación en Irak y Afganistán, contra una población indefensa que no le preocupa a los humanitarios de la ONU.
La hipocresía salvaje de estos tiempos es una afrenta para la humanidad que, mientras esto siga sucediendo, está bajo una grave amenaza y por eso recuperar la palabra y agitarla es una cuestión de resistencia contra el salvajismo y la muerte.
Stella Calloni
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