Dossier 1. Para entender lo que está pasando en Palestina

  Contenido: PARTE I. Historia de una resistencia y lucha: 1. Conflicto Israel-Palestina: una breve historia en map...

Dossier #6 - Para entender lo que está pasando en Ucrania

 

Contenido:


  • Discusión con Chomsky: ¿Qué otra cosa podía hacer Rusia? Entrevista a Norman Finkelstein. Por Briahna Joy Gray

  • El viaje de Biden a Asia prepara el enfrentamiento militar con China. Peter Symonds

  • Lo que nos van explicando sobre la guerra. Rafael Poch de Feliu

  • La entrevista a la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, que fue censurada por ABC, el medio que la solicitó y realizó (más comunicado de prensa de MAE de Rusia sobre entrevista censurada)

  • Fragmentos del artículo “¡Es educación, estúpido!”. Fẹmi Akọmọlafẹ

 

Discusión con Chomsky: ¿Qué otra cosa podía hacer Rusia? Entrevista a Norman Finkelstein.


Briahna Joy Gray

http://www.normanfinkelstein.com/norman-finkelstein-on-ideology-in-the-classroom-and-ukraine-the-debrief-with-briahna-joy-gray/

Transcripción de fragmento:

 

Pregunta: ¿Cuánta similitud ve entre el tipo de... la ocupación israelí de Palestina y la forma en que algunas personas manejan algunos de los elementos más reaccionarios y de derecha en la defensa y oposición palestina, versus cómo algunos de la izquierda están hablando de la defensa de Ucrania y los batallones de Azov… ¿Cree que hay una comparación? Y dejaré la pregunta así. Gracias.

Norman Finkelstein: Bueno, tengo que pedirle permiso a Briahna para hacer una digresión...

Briahna: Por supuesto.

Norman Finkelstein: Está bien. Sobre la cuestión de Ucrania, lo que me preocupa de la conversación pública sobre Ucrania o histeria –ni siquiera es una conversación, es histeria sobre Ucrania– es lo siguiente: aquellos que no están totalmente inmersos en la propaganda dominante, algunas de las personas que ha tenido en su programa y las personas que no son especialmente de izquierda, no tienen una lealtad particular a la izquierda, como John Mearsheimer de la Universidad de Chicago, o antes de que falleciera Stephen F. Cohen1, quien predijo que si se seguía con esta expansión de la OTAN en Ucrania, va a haber una guerra. Lo dijo en Democracy Now en 2014, y tenía razón. Y otras personas, el profesor Chomsky a quien incluiría en ese grupo y varios otros; todos dirán lo siguiente:

Número uno, a los rusos se les prometió que no habría expansión de la OTAN hacia el Este, ese fue el quid pro quo para la reunificación de Alemania después de la descomposición de la Unión Soviética. A los rusos se les prometió eso, pero Occidente siguió adelante. Estamos hablando de los 1990s, cuando se hicieron las promesas, pero luego Occidente siguió adelante y comenzó a expandir la OTAN una vez, como le gusta decir a John Mearsheimer, fue el primer tramo, luego el segundo tramo de expansión. Luego la OTAN comienza a expandirse en Georgia y en Ucrania. La Unión Soviética dice que es una línea roja. [Que hay que] parar esto. La Unión Soviética ofrece una resolución perfectamente razonable: simplemente neutralizar a Ucrania como neutralizamos a Austria después de la Segunda Guerra Mundial, ni alineada con un bloque del Este ni alineada con un bloque del Oeste. Eso me parecía perfectamente razonable. Y las personas que mencioné, Mearsheimer, Cohen ya falleció, pero el profesor Chomsky y varios otros estarán de acuerdo en lo razonable de las demandas de Putin.

Y por lo tanto, lo razonable de esas demandas, tiene que, como dice Briahna en su artículo y como dijo esta noche, siempre debe verse en contexto. Entonces, ¿cuál es el contexto? El contexto es que la Unión Soviética, la antigua Rusia, perdió... las estimaciones son de unos 30 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial. Los Estados Unidos, que, si ves películas estadounidenses, pensarías que ganaron la Segunda Guerra Mundial, perdieron unas 200 mil personas. El Reino Unido, el segundo candidato a ganar la Segunda Guerra Mundial, perdió unas 400 mil personas. La Unión Soviética perdió 30 millones de personas. Incluso aquellos que no tomaron cursos de ciencias duras pueden reconocer la diferencia entre varios cientos de miles y treinta millones. Ahora, eso no es un recuerdo antiguo para los rusos. Si tú… recuerdo a Stephen F. Cohen diciendo “cuando yo crecí en la pequeña América –él era de Kentucky– solíamos celebrar…” –mmmm…olvidé cómo se llamaba aquí– ah! el Día de la Victoria, V-algo, él dijo “pero ahora sabes que como adultos ya no celebramos más eso en los Estados Unidos, la victoria en la Segunda Guerra Mundial”, dijo, “pero Rusia –dijo– todavía celebran el dia VE2, todavía lo celebran”. Vivo en la sección de Coney Island de Brooklyn. Una gran parte son judíos rusos. Sales en mayo. Es mayo y sales en el Día VE, y puedes ver que los rusos de 80 y 90 años portan medallas, son medallas de la Segunda Guerra Mundial. Ese recuerdo está vivo.

Y ahora está Ucrania, donde los nazis están jugando un papel descomunal. No digo que sean mayoría, pero en la vida política y militar juegan un papel desmesurado, digamos desproporcionado. Esta Ucrania, donde los nazis están jugando un papel desmesurado, están alineados con un formidable bloque militar llamado OTAN. La OTAN sigue avanzando y avanzando y avanzando, cerrándose sobre Rusia, tratando de asfixiarla… y a partir de alrededor de 2016, bajo Trump, comienza a armar a Ucrania vertiendo armas, [y los nazis] participando en ejercicios militares con la OTAN, comportándose de manera muy provocativa. Y luego el Ministro de Relaciones Exteriores ruso [Sergey] Lavrov finalmente dice que hemos llegado al punto de ebullición.

Ahora, todo lo que les acabo de decir, el profesor Chomsky, John Mearsheimer y otros lo reconocerán. La prensa dominante ni siquiera reconocerá esto, pero las personas que se llaman a sí mismas, que legítimamente se llaman a sí mismas disidentes –aunque Mearsheimer no se llamaría a sí mismo disidente, él sólo se reconoce como un realista; un buen tipo, lo considero un amigo, me cae bien– ellos reconocerán todo eso. Pero luego dicen que la invasión fue criminal. Invasión criminal, criminal, criminal, criminal. Y mi pregunta, que constantemente he estado poniendo en la correspondencia es una muy simple: si estás de acuerdo en que durante 20 años –más de 20 años, más de dos décadas–, Rusia ha tratado de hacer diplomacia; si estás de acuerdo en que la exigencia de Rusia era neutralizar Ucrania, no ocuparla, no determinar su gobierno internamente, su forma de economía, simplemente neutralizarla como a Austria después de la Segunda Guerra Mundial; si estás de acuerdo en que esa era una demanda legítima; si estás de acuerdo en que Occidente se estaba expandiendo y expandiendo la OTAN; si estás de acuerdo en que Ucrania se había convertido de facto un miembro de la OTAN, en un vertedero de armas [desde la OTAN], participando en ejercicios militares con la OTAN; y si estás de acuerdo... sabes, Rusia perdió 30 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial debido a la invasión nazi, por lo que existe una preocupación legítima de Rusia con todos estos –si me disculpa el lenguaje– pinches nazis pululando en Ucrania, entonces la pregunta simple es: ¿Qué iba a hacer Rusia?

No estoy diciendo que esté de acuerdo con la invasión, no estoy diciendo que salió bien, pero creo que la invasión mostró una cosa... ¿sabes qué es la cosa que mostró la invasión, Briahna?

Briahna: ¿Qué es?

Norman Finkelstein: Rusia es algo débil militarmente.

Briahna: Si.

Norman Finkelstein: Por lo que, pudieron haber estado cuanto más temerosos de una Ucrania respaldada por la OTAN llena de nazis, y que probablemente en algún momento colocaría misiles nucleares en su frontera. Y creo que 30 millones, 30 millones de personas… Escuche esto: creo que 30 millones de personas son 30 millones de argumentos a favor de Rusia. Ahora no voy a decir, porque no soy general y no soy diplomático, así que no voy… No soy estratega militar. Así que no voy a decir que fue lo más sabio. No voy a decir que fue lo más prudente. Pero diré —y no tengo miedo de decirlo porque deshonraría la memoria de mis padres si no dijera que tenían derecho a hacerlo. Y no voy a retirar eso. Tenían el derecho a hacerlo. Tenían, si puedo llamarlo, el derecho histórico de hacerlo. 30 millones de personas, y ¿ahora estás comenzando de nuevo?… ¿Estás comenzando de nuevo? No, no. ¿Sabes? No puedo [aceptar] eso, no puedo [aceptar] a aquellos que reconocen la legitimidad de los argumentos presentados por Putin pero luego llaman criminal a la invasión. Yo no veo eso.

Ahora se podría decir que la forma en que lo ejecutaron pudo haber tenido elementos criminales. Sin embargo, no sé... Bueno, fuiste a la Escuela de Derecho de Harvard, no sé si estudiaste las leyes de guerra. Pero las leyes de guerra hacen una distinción muy grande entre 'jus ad bellum' y 'jus in bello'. Es decir, si el inicio de la guerra fue legítimo o si fue un acto de agresión, frente a la forma en que conduces la guerra, 'jus in bello'. Y, quizás la conducta, los ataques contra civiles, etc., eso probablemente viola las leyes de guerra, pero ese es un tema separado según la ley de si tenían el derecho a atacar. Creo que lo tenían. No voy a retractarme de eso.

Sabes, estos son para mí... incluso a mi edad, estos son actos de deferencia al sufrimiento de mis padres. Mis padres sentían un amor muy profundo por el pueblo ruso, porque sentían que el pueblo ruso entendía la guerra. Entendieron por lo que pasaron mis padres [en el gueto de Varsovia y Auschwitz] durante la Segunda Guerra Mundial. Entonces había un cariño muy profundo. Mi padre incluso, al final de su vida, aprendió a hablar ruso con fluidez porque el vecindario es todo ruso. Y ya sabes, del polaco al ruso no hay un gran salto pero también le gustaba el pueblo ruso. Entonces, en mi familia mientras crecía, el peor insulto... había dos insultos, dos insultos. El insulto número uno era "parásito". Tienes que trabajar. Mis padres tenían una muy... tenían una ética de trabajo de la cual pude haber prescindido, créeme; la idea del placer no existía en mi casa, tenías que trabajar. Y la segunda palabra, el segundo insulto, el segundo epíteto era "traidor". Un traidor. Y sé que mis padres me considerarían un traidor si denunciara lo que están haciendo los rusos ahora. Cómo lo están haciendo, como dicen, probablemente hay violaciones y tal vez violaciones atroces de las leyes de la guerra, tendremos que esperar para ver la evidencia, pero su derecho a proteger su patria de este gigante implacable, de esta presión implacable sobre sus gargantas, cuando había una manera tan fácil de resolverlo...

Sabes, si leíste Guerra y paz, y sospecho que lo hiciste porque eres una escritora bastante talentosa, obviamente eras un lector...

Briahna: Lo confieso, había una copia en mi librero que comencé muchas veces, pero no… nunca la terminé.

Norman Finkelstein: Me sorprende… En cualquier caso, Guerra y paz se trata de la invasión de Rusia, en la guerra de 1812, y Tolstoi, la pieza central de Guerra y paz es la gran batalla de Borodino, y él la describe con un detalle aterrador. En la batalla de Borodino, 25 mil rusos murieron, o tal vez fueron 25 mil en total, no puedo recordar, creo que fueron 25 mil rusos muertos. ¿Por qué lo menciono? Entonces, para los rusos, el evento fundamental del siglo XIX fue la guerra de 1812 y la invasión de Rusia. Para el siglo XX, es la Segunda Guerra Mundial, y sólo en la batalla de Leningrado, sólo Leningrado, no en San Petersburgo, sólo Leningrado, un millón de rusos fueron asesinados. ¡Hubo canibalismo! Esto es serio, la Segunda Guerra Mundial para los rusos. ¿Y quieres que me olvide de eso? ¿Eso es sólo un hecho trivial? ¿Un hecho trivial? ¡No! Ahora pregúntate a ti misma: en toda la cobertura que has escuchado sobre el ataque ruso a Ucrania, en toda la cobertura que has leído y escuchado, ¿cuántas veces has escuchado que 30 millones de rusos fueron asesinados durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Cuantas veces?

Briahna Muy pocas veces. Nunca se dice en este contexto.

Norman Finkelstein : Absolutamente. ¡Nunca! Y Stephen F. Cohen... Sabes, fue mi profesor en Princeton y durante un tiempo fue mi asesor. Él... yo no lo conocía bien y al final tuvimos una pelea por toda la catástrofe de mi tesis, una debacle. Pero Cohen tenía un afecto genuino por el pueblo ruso. Lo tenía. Amaba a los rusos. Amaba al pueblo ruso. Y entonces, cuando comienza su presentación... Hay un YouTube de él debatiendo con el ex embajador de Estados Unidos, Mc Coul, creo era el nombre, o Mc Moul3. ¿Y cómo comienza? Comienza con cómo los rusos recuerdan el día VE, sabes? Ese es el punto de partida para mí, es un punto de partida.

Ahora podrías decir: ¿No justifica entonces tu argumento lo que Israel hace por lo que les sucedió a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial? Es una pregunta interesante porque el discurso más conmovedor, el más conmovedor en apoyo de la fundación del Estado de Israel, por mucho el discurso más conmovedor, ¿sabes quién lo pronunció en la ONU? Fue pronunciado por el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Gromyko. Y dijo que era otro acto de generosidad. ¿Recuerdas que mencioné anteriormente el acto de generosidad del niño, donde mira más allá de lo que dice Trichka sobre las personas negras? Como estudiante pensé que era un acto muy generoso. Y ahora los rusos perdieron 30 millones de personas en la Segunda Guerra Mundial, pero Gromyko dice que el sufrimiento de los judíos fue diferente, fue horrible. Era un ruso diciendo eso. Y dijo que si no es posible un Estado binacional, ellos ganaron su derecho a un Estado. Entonces digo que yo aplicaría el mismo estándar. Ahora, la forma en que Israel ejerció su derecho a establecer un Estado expulsando a la población nativa, apropiándose de su tierra y creando estragos y miseria para generación tras generación, década tras década, no, no voy a ir allí. Pero sí creo… en correspondencia reciente con algunos amigos uso la expresión “creo que Rusia tiene el derecho histórico de protegerse a sí misma”, no violando el derecho de otra persona a la autodeterminación sino neutralizando, creo que eso es legítimo.

Briahna : Quiero preguntarte esto porque sabes, no sería correcto que yo le haga esta pregunta a Ro Khanna4 y no te la haga a ti. Estás hablando tan convincentemente sobre el tipo de valencias morales de quien tiene derecho a sentirse inseguro como nación, de quien tiene derecho debido al costo histórico que ha pagado por haberse defenderdido y por haber defenddido –como quieras llamarlo, ya sabes, democracia, fascismo, todo este tipo de palabras– ha pagado, en términos de la cantidad de vidas humanas, un precio de cierto modo inigualable, y creo que eso es...

Norman Finkelstein : Los chinos perdieron unos 26 millones frente a los japoneses, así que estuvo cerca.

Briahna : Está cerca, pero aún así... Y, sin embargo, cuando estaba hablando con Ro Khanna y él estaba diciendo… en última instancia, él está argumentando del otro lado: que Estados Unidos tiene razón al 100%, Rusia está equivocada al 100% y que ésta es una guerra justa. Independientemente de la sustancia, yo lo empujaba hacia esta idea de que incluso si crees que es sólo moralmente, la posición a adoptar desde la izquierda es rechazar la idea de que la guerra preventiva está bien y de que la guerra como una solución es algo que deberíamos condonar tácita o implícitamente. Y me pregunto qué piensas de esa pregunta.

Norman Finkelstein : Mira, Briahna, no es por halagarte, pero siempre haces las preguntas correctas, y por eso fui cuidadoso con lo que dije. Te referiste a la prevención. Rusia lo intentó durante 22 años. ¡Eso es dedicarle mucho tiempo a la diplomacia! ¡22 años es mucho tiempo!

Y la pregunta es: ¿En qué momento, en qué momento Rusia podía actuar? ¿Cuándo haya misiles con ojivas nucleares en su frontera? ¿Es entonces cuando puede actuar? No estoy de acuerdo con eso. Creo que, por supuesto, hay que dar el máximo tiempo para ver si la diplomacia va a funcionar, absolutamente...

Briahna: ¿Y luego empiezas a pelear? ¿Y luego envías tropas? Porque Norm, este es el... ya sea que creas o no... ¿Cómo distingues?...

Norman Finkelstein: Estoy muy feliz, estoy muy feliz de tomar en serio tu pregunta. Y eso me lleva de nuevo a la misma pregunta que les he regresado a ti y a todos mis corresponsales durante las últimas seis semanas. Si está claro que todas las negociaciones son de mala fe, si está claro que Ucrania se ha convertido de facto un miembro de la OTAN, ¿qué se suponía que debía hacer Rusia? Tú dices "no envíe tropas". Bien. Vengo de una familia que siempre fue completamente antibelicista. Mi madre decía “más vale cien años de evolución que un año de revolución”. Ya estaba harta de la guerra. No tengo ningún problema con tu rechazo al proceso. Pero lo que estoy diciendo es ¿qué se suponía que debía hacer Rusia?

Briahna: Lo que estoy preguntando es cómo distingues entre tus sentimientos de que esta es una guerra moral, este es un acto justificado, bien, y la creencia de alguien como Ro Khanna de que la intervención de EE. UU., el apoyo continuo de la OTAN, las potencias occidentales, el envío de armas a Ucrania, armar al batallón Azov, es como él lo dice, una guerra justa. El hecho de que ambos estén presentando estos argumentos, independientemente... No estoy haciendo un equivalente entre el valor de sus argumentos, pero obviamente Ro Khanna piensa lo que piensa y mi punto era que el uso de términos vagos como "guerra justa" es exactamente lo que permite que el tipo de desfile jingoísta nos lleve a tantas otras incursiones. Entonces, ¿cómo distingues en principio? Entiendo tu sentir y entiendo las citas históricas y la pérdida de vidas que te llevan a las conclusiones a las que has alcanzado, pero del otro lado dirán la misma cosa… estos son los tantos de ucranianos que han sufrido, y esto es, tarara…

Norman Finkelstein: Pero estás cancelando, si puedo usar esa palabra, estás cancelando el contexto. Ve, comencé toda mi discusión contigo, no con la posición de Biden o la posición de lunáticos como Judy Woodruff, ya sabes, y PBS. Dije que mi discusión es con la gente de izquierda que está de acuerdo con todo mi contexto pero luego da el salto y dice que es una invasión criminal. Y le digo al profesor Mearsheimer, al profesor Chomsky y a muchos otros que reconocen todo lo que acabo de decir, les digo entonces qué fue... si están de acuerdo con todo lo que dije, ¿qué se suponía que debía hacer Putin? No veo lo que se suponía que debía hacer. Estoy perdido. Es un callejón sin salida. No veo que...

Briahna: Estabas haciendo una referencia anterior a las leyes de la guerra y las reglas de la guerra, no lo sé, nunca he estudiado las leyes de la guerra, pero me parece que se traza una línea entre... y yo sé que la gente va a decir que algo puede ser constructivamente una guerra y ya sabes. Pero en términos de una invasión real y botas sobre el terreno o ataques con misiles o cosas así, lo que Rusia tiene que hacer, incluso si los pone en desventaja estratégicamente de alguna manera, es esperar hasta que la otra persona golpee primero, de una forma explíicta.

Norman Finkelstein: No estoy de acuerdo con eso. Yo diría, como en todo caso, hay que demostrar es un último recurso, y por lo tanto sí hay que demostrar…

Briahna: ¿Cómo haces eso? Porque esa es la pregunta, ¿cómo te aseguras de que esto no sea sólo el mismo tipo de pretexto que nos ha llevado a tantas guerras ilegales, guerras preventivas?

Norman Finkelstein: Voy a darte una analogía histórica, probablemente con cuyos detalles no estás familiarizada, pero permíteme esbozarla. Entonces, en 1967, Israel lanza una guerra, ocupa Cisjordania, Gaza, los Altos del Golán sirio, y luego ocupa esta enorme área, el Sinaí egipcio. Y después de la guerra del 67, unos tres años después, cuando Anwar Sadat llega al poder, dice “Estoy dispuesto a firmar un tratado de paz con Israel pero tienen que devolver el territorio que adquirieron durante la guerra del 67”, porque ese es el derecho: según el derecho internacional, es inadmisible adquirir territorio por medio de la guerra. Israel adquirió el territorio durante la guerra de junio del 67, por lo que estos territorios pertenecen a Egipto. Israel dice “No, no nos vamos del Sinaí.” Sadat dice “Mira, te ofrezco un tratado de paz, te ofrezco paz, sólo devuelve lo que no es tuyo, el Sinaí egipcio”. Israel dice “No.” Luego, Israel comienza a crear hechos en el Sinaí, comienza a construir asentamientos, esos mismos asentamientos con los que está familiarizado en Cisjordania. Y luego anuncia en 1972 que va a construir la llamada antigua ciudad judía del Carmelo. Egipto dice “no vas a hacer eso. Estás cruzando una línea roja.” Egipto dice “si no detienes esto vamos a atacar, vamos a atacar.” Todo el mundo ignora a Egipto porque sabes, los árabes egipcios no saben cómo pelear guerras. Los árabes fueron apodados después del 67, el término de mofa para un árabe era que eran "monos", los llamaban monos. No saben cómo pelear guerras. ¿OK? Y luego llegó octubre de 1973. Adivina qué: Sadat ataca. Y los israelíes estaban tan conmocionados que pensaron que todo había terminado, lo llamaron... Moshe Dayan, quien era el ministro de Defensa en ese momento, o el Ministro de Relaciones Exteriores, no recuerdo cuál, creo que el Ministro de Defensa en ese momento, dice... hizo esta llamada de pánico, dijo que “es el final del tercer templo. Esto es todo, hemos terminado.” Bueno, no fue el final del tercer templo, pero fue una pérdida importante y pesada para Israel, perdieron entre dos y tres mil soldados, que es el número más grande excepto por la guerra en 1948.

Ahora, este es el punto: el punto es que ningún país del mundo, ninguno, incluido Estados Unidos, ningún país del mundo condenó a Sadat por agresión, ninguno. Y sabes, para Israel estuvo cerca, o pareció estarlo. En retrospectiva, resultó que no para mí, pero parecía estar cerca. Nadie condenó a Egipto. ¿Por qué? Uno, su demanda era legítima. Devuelve el Sinaí, no es tuyo, es nuestro territorio. Número dos: Sadat intentó negociar durante seis años. Y número tres, por mucho que trató de negociar, los israelíes siguieron provocando y provocando y provocando hasta que anunciaron la reconstrucción de la antigua ciudad judía del Carmelo. Y Sadat dice que se acabó y luego planea con Siria el ataque que ocurre, lo que se llama la guerra de Yom Kippur, la guerra de octubre en 1973.

Así que ahora avancemos rápidamente a Putin. El hombre era razonable: neutralizar Ucrania. Negocia durante 20 años para luchar contra esta expansión de la OTAN en el Este, y luego comienzan a provocarlos aún más, comienzan a verter armas en Ucrania, comienzan a llevar sobre ejercicios militares conjuntos Ucrania y la OTAN. Y luego todos estos enjambres de nazis comienzan a emerger. No, no estoy diciendo que los nazis controlen el gobierno, pero juegan un papel desproporcionado en el gobierno, en el ejército. Y no veo cuál es la diferencia entre lo que hizo Putin y lo que hizo Sadat. No veo la diferencia. Creo que fue lo mismo, y nadie condena a Sadat por agresión. Nadie.

Briahna: Pero estoy preguntando, creo, una pregunta diferente. Realmente no estoy interesada en litigar ningún caso dado principalmente porque no sé de qué diablos se trata ninguna de estas cosas, así que realmente no... No voy a decir si esta guerra es justa, eso es para que otras personas lo determinen. Lo que sí sé es que todo el mundo está haciendo ese argumento en todo tipo de lados, incluidas las personas con las que sé que no estoy en desacuerdo. Y tantas guerras se han iniciado con el argumento de que es una guerra justa por razones x, y y z, y que está bien actuar a pesar de que no haya habido un acto de agresión directo contra la parte supuestamente agraviada. Entonces, todo lo que pido es pensar un poco en cómo se articularía un estándar que no pueda ser abusado tan fácilmente.

Norman Finkelstein: Sabes, Rihanna, estoy de acuerdo, es como... Una vez que creces en la vida, descubres que la vida se trata muy poco de principios, y más bien principalmente de juicio. Los principios no te llevan muy lejos. Recuerdo que aprendí esta lección del profesor Chomsky, como siempre lo expresa en sus términos muy lúcidos y simples. Una vez me dijo: “Norman, todos sabemos que está mal mentir, pero si un violador llama a tu puerta y te pregunta: “¿Está tu hija en el dormitorio?”. Ahí hay un choque de principios, obviamente. Y entonces, al final del día, lo que se requiere no es la aplicación de un principio abstracto sino la facultad de ejercer el juicio cuando los principios chocan. Y cuando los principios chocan, y tienes que ejercer el juicio, entonces tienes que mirar las particularidades, los detalles.

Briahna: Sí, agradezco eso, y probablemente por eso, este es el límite, este es el límite para mí y yo... estaré feliz de recibir más preguntas de las personas que estoy segura que saben mucho más sobre los detalles. Aunque tu último ejemplo sobre, ya sabes, principios versus juicio, y el violador en tu puerta, me hace, me hace sentir tentada a preguntarte sobre qué piensas sobre la bofetada. […]

El viaje de Biden a Asia prepara el enfrentamiento militar con China

Peter Symonds

 

https://www.lahaine.org/mundo.php/el-viaje-de-biden-a

 

El modelo que está implementando es una guerra asimétrica por delegación, sin soldados de EEUU (similar a la que intenta desarrollar, aunque con poco éxito, en Ucrania)

A pesar que BIden está intensificando su guerra de poder con Rusia en Ucrania, la primera visita a Asia del presidente tiene como objetivo preparar el escenario para abrir un nuevo frente: una guerra con China.

Inmediatamente antes de partir hacia Corea del Sur, Biden se reunió con los líderes de Finlandia y Suecia, ambos países nórdicos que aguardan sumarse a la OTAN fortaleciendo de esta manera la alianza contra Rusia. Fue en Seúl donde Biden firmó el paquete de ayuda militar de 40 mil millones de dólares para Ucrania con el objetivo de empantanar a Rusia con una guerra prolongada.

El viaje de Biden a Corea del Sur y Japón, los principales aliados militares de EEUU en el este de Asia, culminó con una reunión del Quad, una agrupación de cuatro países (EEUU, Japón, Australia e India) dirigidos para aislar a China.

Desde el comienzo de la guerra de Ucrania, Washington cargó contra China por negarse a condenar a Rusia y amenazó con sanciones económicas a Beijing por supuestamente querer "invadir Taiwán", olvidando que la isla es parte ancestral del territorio chino.

Las conversaciones de Biden con el recién elegido presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, han puesto en evidencia el propósito del viaje: reiniciar importantes ejercicios militares conjuntos, impulsar las capacidades militares de Corea del Sur, y consolidar las cadenas de suministro claves, como los semiconductores, para restringir cualquier independencia económica de China en caso de conflicto.

Utilizando la "amenaza norcoreana" como pretexto, Biden busca consolidar sus alianzas contra China. Tanto Corea del Sur como Japón albergan bases y sistemas de misiles antibalísticos vitales para los planes del Pentágono. Las discusiones llevadas a cabo durante el periplo presidencial apuntan al estacionamiento de los nuevos misiles nucleares estadounidenses de mediano alcance.

The New York Times ha revelado, sin equívocos, la señal que está enviando Biden a China: "el viaje tiene como objetivo demostrar que EEUU está orientado fundamentalmente en contrarrestar a China, incluso en momentos de una guerra contra Rusia en Europa".

Un día antes, y empleando el lenguaje de la guerra, un alto funcionario de defensa de EEUU escribió al sitio web Defense One: "el viaje de Biden es una prueba tangible" de que EEUU puede mantener dos frentes bélicos a la vez, uno en Europa y otro en Asia. Toda la opinión pública está enfocada en Ucrania, y lo entendemos, pero eso no significa que hayamos dejado de trabajar con nuestros aliados en el Indo-Pacífico, no significa que hayamos detenido nuestra actividad aérea y naval en el Indo-Pacífico".

De hecho, EEUU ha continuado sus provocaciones en el Mar de China Meridional bajo el pretexto de la "libertad de navegación" y, tan recientemente como el 10 de mayo, envió un buque de guerra a través del estrecho que separa la isla de Taiwán de la China continental.

Los planes militares de Biden para Taiwán son particularmente siniestros. De la misma manera que obligó a Moscú a una guerra en Ucrania - como una forma de empantanar al ejército ruso en un conflicto prolongado - Biden busca utilizar a Taiwán como un atolladero para las fuerzas armadas chinas.

Reanudando la política de Trump, Biden ha desconocido la anterior política estadounidense que reconocía el gobierno legítimo de China en sus territorios históricos, incluido, por supuesto Taiwán. Cuando se establecieron relaciones diplomáticas formales con China en 1979, EEUU cortó los lazos diplomáticos con Taipei, y retiró todas sus fuerzas militares de la isla.

Durante el año pasado, Biden puso fin a esta política pacífica; no solo reconoció que «instructores militares" estadounidenses están estacionados en Taiwán, sino que también aumentó abiertamente las intromisiones navales en el Estrecho de Taiwán y las aguas vecinas. Cuando China respondió aumentando su actividad aérea cerca de Taiwán, Washington acusó a China de prepararse para invadir.

EEUU está armando conscientemente a Taiwán para una guerra de desgaste contra China. El modelo que está implementando es una guerra asimétrica por delegación, sin soldados de EEUU (similar a la que intenta desarrollar, aunque con poco éxito, en Ucrania). Recientemente, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley, en una audiencia en el Congreso, lo explicó así: "Taiwán debe aprender la lección de Ucrania que ahora es una nación en armas. Si tu oponente te invade y todos los hombres y mujeres en edad militar están armados, y pese a que puedan tener poco de entrenamiento, serán igualmente muy útiles durante una guerra de este tipo"

En el mismo sentido se ha expresado Charles Edel, el analista más importante del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. A esto uno debería agregar: especialmente si están armados hasta los dientes con miles de millones de dólares de armamento estadounidense sofisticado y la guerra se complementa con sanciones económicas y financieras. En realidad, EEUU no está considerando cómo defender a Taiwán, sino cómo utilizar al pueblo de Taiwán como carne de cañón en una guerra con China.

El viaje de Biden a Asia pone al mundo ante la verdadera razón que hay detrás de estos conflictos: el imperialismo estadounidense está desarrollando de manera imprudente una estrategia destinada a asegurar el control de la masa continental de Eurasia y para ello necesita destruir las capacidades económicas y militares de Rusia y de China. En su declive histórico, EEUU se ve obligado a recurrir a medios militares para apuntalar su dominio.

Durante más de una década, comenzando con el "giro hacia Asia" de Obama, Washington ha tratado de quebrantar diplomática, económica y militarmente a la Republica Popular China. Ahora, en medio de una crisis social y económica sin precedentes (y con el resurgimiento de las luchas de clases en casa) Biden ha logrado involucrar a Europa en Ucrania y está preparando otro frente bélico en Asia, amenazando al mundo con un choque de potencias poseedoras de armas nucleares.

Muy consciente de lo que se avecina, el general Mark Milley advirtió el pasado sábado, en la graduación de los cadetes de West Point, que estos aspirantes a oficiales deben estar preparados para una guerra mundial: "El mundo del cual sois responsables tiene el potencial de un conflicto internacional significativo entre las grandes potencias. Y ese potencial está aumentando, no disminuyendo". "Nos enfrentamos, en este momento, a dos potencias globales: China y Rusia, cada una con capacidades militares significativas, y ambas tienen la intención de cambiar el orden actual basado en reglas", dijo el alto cargo militar. Sin aclarar que son reglas establecidas por EEUU, y que ese mismo imperio las viola cuando quiere.

Una guerra de EEUU contra China sería un desastre para la clase trabajadora en todo el orbe. El único medio para detener esta carrera hacia una guerra nuclear es la lucha unificada de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo. Una lucha que debe combinarse con una perspectiva internacionalista y socialista contra el sistema capitalista que es la causa fundamental de todas las últimas guerras.



Lo que nos van explicando sobre la guerra

Rafael Poch de Feliu

 

https://rafaelpoch.com/2022/05/24/lo-que-nos-van-explicando-sobre-la-guerra/

 

Ucrania no estaba en la OTAN, pero la OTAN estaba en Ucrania desde 2014. Tres meses después de su inicio, comprendemos mejor el cúmulo de irresponsabilidades multilaterales que han desembocado en esta guerra.

Emplazamientos de la OTAN en Ucrania


(amarillo y azul): Instalaciones no oficiales de la OTAN

(solo en azul) Instalaciones oficiales de la OTAN)

-Polígono 242 del ejército regular de Goncharovski, región de Chernigov.

-Polígono 233 del ejército regular del pueblo Málaya Liubasha, región de Rovno

-Centro internacional de mantenimiento de la paz y la seguridad de Yavoriv, región de Lviv.

-Base de la flota británica de Yuzni, región de Odesa.

-Base de mando operativo de la flota de EE.UU de Ochakov, región de Nikolayev.

-Centro de observación y escucha de la isla Zmeiny.

-Centro 235 de preparación, pueblo Mijailovka, región de Nikolayev.

-Polígono 241 del ejército regular de Aleshki, región de Jerson.

-Centro de entrenamiento de tiradores de precisión de Mariupol, región de Donetsk.

-Campamento militar de la OTAN de Shostka, región de Sumy.

-Campamento de la OTAN, Sumy.

Cuando el 24 de febrero Rusia invadió Ucrania desconocíamos muchos detalles de esa criminal y desgraciada aventura. Hoy, cuando los peligros de una escalada militar entre Occidente y Rusia se incrementan con las semanas hasta producir vértigo en un diario belicista de Nueva York, sabemos con certeza que aunque Ucrania no estaba en la OTAN, la OTAN estaba en Ucrania. Desde hace años. Lo que eso significaba y significa en la práctica lo sabemos, no a través de informaciones y propagandas justificatorias rusas, sino por fuentes de Estados Unidos: por declaraciones de sus personalidades e informes de sus medios de comunicación.

El rearme atlantista de Ucrania comenzó inmediatamente después de la revuelta popular y operación de cambio de régimen del invierno de 2014. Las fuerzas nacionalistas antirusas que no representaban ni a la mitad del país (obviamente ahora el panorama ha cambiado radicalmente), se hicieron entonces definitivamente con el poder en Kiev. Al derogar el precepto de no alineamiento de la Constitución ucraniana y optar abiertamente por una decidida disciplina occidental, esas fuerzas rompieron el delicado equilibrio plural entre las regiones del Oeste y el Este sobre el que reposaba la integridad territorial del país, desencadenaron una guerra civil en Donbas y también la anexión de Crimea, una reacción rusa de consolación a la debacle que los intereses de Moscú habían sufrido en Kíev y que la administración Obama leyó como un intolerable desafío militar merecedor de ejemplarizante castigo.

Según el Instituto Internacional de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI), desde entonces y hasta 2021, Ucrania incrementó su gasto militar un 142% (Rusia un 11%).

A partir de 2015, Estados Unidos se gastó 5000 millones de dólares en armas a Ucrania. En ese mismo periodo se formaron “por lo menos 10.000 hombres de las fuerzas armadas ucranianas al año “durante más de ocho años” en el cuadro de la OTAN, informó el 13 de abril The Wall Street Journal en un artículo titulado; El secreto del éxito militar de Ucrania: años de entrenamiento de la OTAN.

Muchos de esos, por lo menos, 80.000 hombres, fueron formados en los “estándares militares occidentales” y “tácticas modernas de combate” en la base de Yavoriv (Yavorov), cerca de Lviv.

Yavoriv es un enorme campo de entrenamiento de 200 kilómetros cuadrados de extensión (tres veces el área metropolitana de París), que fue objeto de un sonado ataque de misiles ruso el 13 de marzo. Al principio allí se formaban unidades de la Guardia Nacional y luego del ejército regular. Cuando empezó la guerra, “por lo menos ocho países de la OTAN” estaban formando en Yavoriv a militares ucranianos. Lo aprendido con esa dilatada labor de formación y modernización, “ha tenido un impacto significativo” en el curso de la guerra, ha dicho el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

La CIA formó también unidades de élite y de inteligencia ucranianas en territorio de Estados Unidos. El programa tuvo problemas, porque se sospechaba que el contingente estaba infiltrado por informantes rusos, lo que exigió restricciones de información y filtrados de seguridad, informaba en enero el corresponsal para asuntos de seguridad Zach Dorfman. Los rusos estaban al día de esa labor de la CIA. El jefe de operaciones especiales de la inteligencia ucraniana, Coronel Maksim Shapoval, vinculado a ese programa, murió el 27 de junio de 2017 en Kiev, en un atentado con bomba lapa colocada bajo su coche. El atentado fue atribuido a los servicios secretos rusos y considerado respuesta a otros atentados cometidos por Shapoval en Donbas.

Mientras sucedía todo eso, paralelamente tenían lugar dos procesos fundamentales. El primero, el rechazo activo de Estados Unidos, y como consecuencia de los ucranianos, a los “Acuerdos de Minsk”, la fórmula de paz firmada entre Rusia y Ucrania, y arbitrada por Francia y Alemania que estos dos países dejaron languidecer. El segundo, la retirada unilateral de Estados Unidos, en 2019, del acuerdo de prohibición de armas nucleares de alcance intermedio (INF), firmado en 1987 por Reagan y Gorbachov y que fue un hito para el fin de la guerra fría en Europa.

Tras escuchar durante años que la ampliación de la OTAN hacia el Este no era contra Rusia y que las baterías de misiles desplegadas en Rumanía y Polonia eran “contra Irán”, (que carecía, y carece, de misiles de tan largo alcance), los rusos asistieron con doble irritación a las explicaciones que el Consejero de Seguridad Nacional de Trump, el demente John Bolton, ofreció en Moscú en octubre de 2018: la retirada del INF no va contra Rusia, les dijo Bolton, sino contra China, para poder desplegar esas armas nucleares tácticas en Asia. Que Bolton dijera que ya no consideraban a Rusia “una amenaza” y que lo que importaba en Washington era China, no hizo más que herir el acomplejado orgullo de gran potencia venida a menos de los dirigentes rusos.

En marzo de 2021, Ucrania aprobó una nueva estrategia militar en la que se apunta directamente a la reconquista militar de Crimea y Donbas, lo que desde el punto de vista del derecho internacional era completamente legítimo, puesto que ambas regiones eran territorio ucraniano, pero que a efectos prácticos equivalía a un anuncio de preparativos de guerra contra Rusia.

En septiembre del mismo año, Estados Unidos y Ucrania firmaron un acuerdo por el que Washington prometía ayuda militar para restablecer la “integridad territorial” de Ucrania, tal como anunciaba el propósito de la nueva doctrina militar de Kíev.

En febrero comienza la guerra, después de que EE.UU no reaccionara a la propuesta diplomática de Moscú (neutralidad de Ucrania, retirada de infraestructuras militares de la OTAN del entorno de Rusia, entre otros aspectos) y de que el Presidente Ucraniano declarara en la Conferencia de Seguridad de Munich su derecho a disponer de armas nucleares en el futuro.

Tres meses antes del inicio de la invasión rusa, en noviembre de 2021, el director de la CIA, William Burns, había visitado Moscú con un claro mensaje. Putin estaba en su residencia de Sochi, en el Mar Negro, pero Burns advirtió que si los preparativos de invasión detectados en Washington se ejecutaban, habría una reacción occidental fuerte. Desde Moscú, Burns habló por teléfono con Putin. Sin molestarse en desmentir las sospechas de invasión de Washington, el Presidente ruso “le recitó pausadamente una lista de agravios sobre cómo Estados Unidos había ignorado durante años los intereses rusos de seguridad”. Respecto a Ucrania, Putin le dijo que “no era un verdadero país” (WSJ, 1 de abril), es decir la idea que el Presidente ruso ha defendido en diversas ocasiones y que merece una pequeña explicación.

Según una visión bastante común en Rusia, una Ucrania hostil a Rusia que niega su pluralismo etnolingüístico, cultural y religioso interno, no tiene derecho a la existencia en sus actuales fronteras. Tal país, considerado traidor, puede ser desmembrado, con su parte oriental vinculada a Rusia de una u otra forma, un trozo occidental de la Rutenia subcarpática incorporado a Hungría (escenario que, seguramente, Putin ha transmitido a Orban en la última visita de éste a Moscú), otro a Polonia, y el resto, si queda algo, para un estado ucraniano hostil pero inofensivo, sin acceso al mar y desatado, pero geográficamente aislado, en su irremediable rusofobia. Todo esto ya estaba implícito en 1994 cuando Aleksandr Solzhenitsyn mencionaba las “falsas fronteras leninistas de Ucrania”, injustificables porque “rompen millones de vínculos de familia y amistad”, en su opúsculo “La cuestión rusa en el final del siglo XX”.

En condiciones normales esa mentalidad se habría disuelto con el tiempo, o habría sido patrimonio de sectores radicales políticamente marginales en Moscú, pero la ruptura de 2014 en Kíev con su afirmación de una Ucrania “traidora” a ojos de Moscú y decididamente hostil a Rusia, así como los propios problemas internos de Rusia, la colocaron en el centro del poder moscovita…

Volviendo al director de la CIA, a mediados de enero Burns viajó en secreto a Kíev para exponerle al Presidente Zelenski lo que sabían del inminente ataque ruso, con un avance rápido hacia Kíev desde Bielorrusia. Los rusos iban a ocupar el aeropuerto Antónov de Hostomel, cerca de Kíev, con tropas especiales aerotransportadas, con el fin de utilizarlo para desembarcar allí fuerzas para tomar la capital. También se dio a los ucranianos información sobre los objetivos de la primera ola de misiles rusos para destruir la aviación y la defensa antiaérea ucraniana en los primeras horas. Esos informes permitieron salvar algunos recursos cambiando su emplazamiento, y desbaratar la operación de Hostomel.

Desde el primer momento, la OTAN puso los ojos (información de satélites) y los oídos (interceptación de transmisiones) al ejército ucraniano, con un intenso fluido de información a tiempo real.

La inteligencia de Estados Unidos ha compartido información detallada desde antes de que comenzara la invasión (…) y ahora está trabajando estrechamente junto con la de otros socios para rechazar la invasión rusa”, explicaba el domingo el Wall Street Journal. La cadena de televisión NBC informó el 26 de abril de que gracias a ello se derribó un avión de transporte ruso repleto de fuerzas especiales en los primeros días de la invasión. A finales de ese mismo mes, The Washington Post reveló que se habían facilitado las coordenadas para hundir con misiles, el 14 de abril, el crucero “Moskvá”, buque insignia de la flota rusa del Mar Negro, hecho que los rusos no atribuyen a un ataque sino a un “accidente” para no perder la cara. The New York Times informó poco después de que la elevada mortandad de altos mandos rusos en la campaña, doce generales en apenas tres meses según el diario, se debía a la información sobre coordenadas de puestos de mandos y horarios en los que se conocía la presencia de altos mandos en ellos.

Todo esto no lo sabíamos el 24 de febrero, llevaba en marcha muchos años y da mayor plausibilidad a los argumentos rusos sobre los motivos de la invasión como “guerra preventiva”.

En su discurso del 9 de mayo con motivo del día de la victoria, Putin repitió los argumentos ya formulados la madrugada del 24 de febrero cuando dijo que un ataque contra Rusia “era solo una cuestión de tiempo”:

En diciembre propusimos firmar un acuerdo sobre garantías de seguridad (…) que tuviera en cuenta los intereses de unos y otros. Todo en vano. (…) Se estaba preparando otra operación punitiva en Donbas, una invasión de nuestras tierras históricas, incluida Crimea. Kiev declaró que podía hacerse con armas nucleares. El bloque de la OTAN llevaba a cabo un activo fortalecimiento militar junto a nuestras fronteras. Se estaba creando una amenaza inadmisible. Teníamos todas las evidencias de que era inevitable un enfrentamiento con los neonazis y banderistas apoyados por Estados Unidos y sus vasallos. Veíamos cómo se incrementaban las infraestructuras militares con centenares de consejeros extranjeros y envíos regulares de armas modernas por parte de países de la OTAN. La amenaza aumentaba con los días. Rusia lanzó un ataque preventivo contra esta agresión. Fue una decisión impuesta, correcta por parte de un país independiente, fuerte y soberano”.

Sea como sea, la “decisión correcta” ha costado la vida o terribles heridas a miles de soldados y civiles, 13 millones de desplazados y la estimación de que una tercera parte de las infraestructuras del país hayan sido destruidas. Eso sin contar con el efecto de las sanciones en Rusia y en la Unión Europea, la sumisión de ésta a la OTAN, el aislamiento internacional de Rusia (únicamente matizado por la posibilidad de desarrollo de un bloque antioccidental en el mundo a medio y largo plazo, incierto consuelo) y los problemas de hambre e inseguridad alimentaria que se anuncian en África y Oriente Medio. Y como gran cuestión, la guerra entre imperios combatientes tomando definitivamente el relevo a la necesaria concertación contra el cambio climático en las prioridades de los gobernantes de las grandes potencias. En resumen: una catástrofe planetaria en toda regla con años, sino décadas, apartados de prioridades y objetivos fundamentales para el conjunto de la humanidad.

A 1 de mayo, el Congreso de Estados Unidos había destinado un total de 13.670 millones de dólares en ayuda a Ucrania en los primeros dos meses. A eso se suman los dineros para armas de Inglaterra y la Unión Europea, así como el desastre y los riesgos, para unos y otros, que se desprenden del demencial objetivo declarado de las sanciones europeas formulado en mayo por la insensata Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen: “arrasar, paso a paso, la base industrial de Rusia”.

Sobre este panorama, se suceden desde hace meses las declaraciones y reconocimientos por parte de personalidades occidentales sobre la verdadera naturaleza de esta guerra. Preguntado el pasado marzo sobre si en Ucrania Estados Unidos y Rusia se encontraban en una guerra por país interpuesto (proxy war), el ex director de la CIA, León Panetta, respondía en una entrevista televisada: “podemos decirlo o no, pero se trata de eso”.

En su visita a Kiev del 24 de abril, el secretario de defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, un hombre de la industria armamentística, también lo confirmó al explicar a sus interlocutores ucranianos que, “el cometido de nuestra reunión es hablar sobre lo que nos permitirá ganar esta guerra”. El uso de la primera persona del plural despeja toda duda sobre quién está librando tal guerra. Por aquellas mismas fechas, el editorial de The New York Times, explicaba que el objetivo de la guerra “es poner a Rusia de rodillas” y mientras tanto el Congreso ya ha aprobado 40.000 millones de dólares más de ayuda a Ucrania, de ellos 23.000 para ayuda militar. Sumados a los 13.670 millones de la primera fase, la ayuda asciende a 53.000 millones, casi a la par con el presupuesto militar de Rusia. Nunca un país había recibido tanta ayuda de Estados Unidos en los últimos veinte años.

La conclusión de todo esto es evidente: no es solo una guerra atroz e injustificable de Rusia contra Ucrania, es, además y sobre todo, una guerra de la OTAN contra Rusia de momento en territorio de Ucrania y con Ucrania como víctima e instrumento. ¿Por qué “de momento” en territorio de Ucrania?

En el entorno del Presidente Zelenski se dice que habrá una contraofensiva militar ucraniana a mediados de junio”, capaz de ampliarse a territorio ruso, explica el consejero presidencial Olexij Arestovich, al diario alemán Die Welt. “Para entonces los ucranianos tendrán más armas recibidas del extranjero. Antes es poco probable”, dice.

La contraofensiva ucraniana necesita sistemas de misiles de alcance medio y largo, artillería de gran calibre y aviación”, explicaba el domingo al Wall Street Journal el General Kyrylo Budanov, el jovencito de 36 años de edad, que dirige la inteligencia militar ucraniana.

En las redes sociales y medios de comunicación, triunfa una estupidez incapaz de medir los riesgos y consecuencias de lo que se propone. En la tele rusa periodistas y analistas energúmenos frivolizan con la capacidad de “eliminar Gran Bretaña” de un solo misil nuclear ruso “Sarmat”. En el campo opuesto, el delirio de los liberal-estalinistas rusos opuestos a Putin, muchos de ellos en el exilio y trabajando para organizaciones atlantistas, no conoce límites al llamar al desmantelamiento de su propio país, incluso al riesgo de una guerra nuclear. Es un nuevo ejemplo del tipo de oposición que los regímenes autocráticos siempre han generado en Rusia.

Regresan con sus nefastos consejos asesores occidentales de la “terapia de choque” de los noventa en Rusia como el fanático incompetente Anders Aslund: “mi humilde consejo a la OTAN sería: 1-Dar cuanto antes el máximo de armas posible a Ucrania, 2-Abrir los puertos del Mar Negro a la navegación 3-Bombardear preventivamente las ciudades rusas más importantes para garantizar que Putin no usará armas químicas o nucleares”, dice.

Estados Unidos debería mostrar que puede ganar una guerra nuclear”, escribe Seth Cropsy, Presidente del Yorktown Institute en el Wall Street Journal.

Ante este espectáculo hasta el belicista New York Times siente el vértigo de las consecuencias de aquel “poner a Rusia de rodillas” proclamado en su editorial de abril como objetivo de la guerra. Con la vista puesta en la inflación y el desastre demócrata que se anuncia para las elecciones “midterm” de noviembre, el diario constata en su editorial del 19 de mayo, que “el conflicto puede tomar una trayectoria mas imprevisible y de potencial escalada”, se pregunta si eso va “en interés de Estados Unidos”, estima que “una victoria decisiva de Ucrania sobre Rusia en la que se recupera todo el territorio arrebatado por Rusia desde 2014 no es un objetivo realista”, aconseja a Biden que debería “explicarle los límites” a Zelenski, y recuerda finalmente que el adversario, “todavía es una superpotencia nuclear”.

Tres meses después de su inicio, comprendemos mejor el cúmulo de irresponsabilidades multilaterales que han desembocado en esta guerra.

Tres intervenciones en el blog de Rafael Poch, comentando el artículo arriba publicado (consultar el blog del autor para ver todos los comentarios:
https://rafaelpoch.com/2022/05/24/lo-que-nos-van-explicando-sobre-la-guerra/)

 Ivá n

24 mayo, 2022 a las 1:18 pm

El timeline ha quedado bastante bien… pero:

«Sea como sea, la “decisión correcta” ha costado la vida o terribles heridas a miles de soldados y civiles, 13 millones de desplazados y la estimación de que una tercera parte de las infraestructuras del país hayan sido destruidas. Eso sin contar con el efecto de las sanciones en Rusia y en la Unión Europea, la sumisión de ésta a la OTAN, el aislamiento internacional de Rusia (únicamente matizado por la posibilidad de desarrollo de un bloque antioccidental en el mundo a medio y largo plazo, incierto consuelo) y los problemas de hambre e inseguridad alimentaria que se anuncian en África y Oriente Medio. Y como gran cuestión, la guerra entre imperios combatientes tomando definitivamente el relevo a la necesaria concertación contra el cambio climático en las prioridades de los gobernantes de las grandes potencias. En resumen: una catástrofe planetaria en toda regla con años, sino décadas, apartados de prioridades y objetivos fundamentales para el conjunto de la humanidad.»

  • La cantinela del «aislamiento internacional de Rusia» mancilla el conjunto, másque nada porque es un dato FALSO. Y de «a medio y largo plazo» nada… Ese bloque es inminente si se atiende a los movimientos en Asia a todos los niveles. «Dudoso consuelo»… La Rusia de Putin ni busca ni necesita consuelo. Es algo que salta a la vista.

  • En cuanto a la «necesaria concertación» sobre el cambio climático, ni ha estado ni está ni se la espera. Porque, como todas las «concertaciones» montadas desde Occidente, encierran los fines de siempre: dominación, sumisión y llevárselo crudo. Y eso se acabó.

Como dato, para que vayamos viendo el engaño de la «transición verde y digital» que se nos vendió, el Sr. Fink (BlackRock) esta semana habla sobre que «lo verde» tendrá que esperar y que «se ha ido demasiado rápido»; deja clarinete hasta qué punto todo es más de lo mismo: dinero y poder (dominación, sumisión y llevárselo crudo).

«La conclusión de todo esto es evidente: no es solo una guerra atroz e injustificable de Rusia contra Ucrania, es, además y sobre todo, una guerra de la OTAN contra Rusia de momento en territorio de Ucrania y con Ucrania como víctima e instrumento. ¿Por qué “de momento” en territorio de Ucrania?»

  • Otra vez lo de «atroz e injustificable»…. Pero Rafael, ¡si acabas de explicar en elartículo los antecedentes que la justificarían! Y, «atroz», hombre, difícilmente puede no serlo, pero podría haberlo sido mucho más desde luego. En todo caso, ha sido más atroz POR OCCIDENTE, por ser una ‘proxy war’. Si Ucrania no hubiese caído en las manos yankes en 2014 (¡que se joda la UE! Victoria Nuland dixit) bajo el mando del PREMIO NOBEL DE LA PAZ: Obama (manufactura de la CIA desde bien joven), nada de esto hubiese ocurrido. Si todos hubiesen mimado el equilibrio de Ucrania… Pero no, ese nunca fue el plan.

Así que sí, estoy de acuerdo con el drama. Pero llevo mucho peor estar vendido como ciudadano español a todo lo que pueda llegar a ocurrir por unas élites que, como «mundo libre» en el que estamos, nos llevan «democráticamente» al caos…

 

 Fran

24 mayo, 2022 a las 3:00 pm

#Iván, aunque pueda estar más o menos de acuerdo con lo que dices, matizaría un par de puntos:

Rafael Poch no ha intentado en su artículo señalar los antecedentes que justificarían la guerra, sino los que la explicarían o la pondrían en su contexto. Son dos cosas diferentes, como bien sabes. El Tratado de Versalles no justificaría el nazismo en Alemania, pero sería útil para comprender su gestación. Cuando Keynes alertó contra las consecuencias que tendría el «tratado de paz» no pretendía justificar el nazismo que vendría después, como tampoco Poch justifica la guerra por la estrategia de expansión de la OTAN hacia el Este. No estoy comparando con ello a Rusia con la Alemania nazi, es un simple ejemplo. La sentencia contra el Estatut de Catalunya no sé yo si justifica el procés, pero sin duda ayuda a comprender el auge del independentismo en Catalunya.

Se puede perfectamente entender las razones de Putin e incluso coincidir con sus objetivos, pero juzgar la guerra como algo nefasto de por sí y de consecuencias imprevisibles, que rompe a Europa en dos (yo también considero que Rusia es parte de Europa). ¿Es lo único que se podía hacer? Aquí ya cada uno.

Respecto a la «transición verde y digital» que se nos vendió. Es cierto que se nos vende, pero como tú mismo dices, «se está yendo demasiado rápido», por lo que todo queda reducido a una fastasmada en la que vamos a seguir derrochando recursos fósiles como si estos fueran infinitos. Y no lo son. El que sigamos sin afrontar el problema no significa que no exista. De hecho va a ser el problema, lo es ya, y me sorprende que tanta gente no quiera verlo. Supongo que estás al corriente de la ola de calor que ha abrasado la India y de cómo ha afectado a su cosecha de trigo, justo en un momento como este.

El que el señor BlackRock & Comp no estén interesados en resolver el problema es obvio, piensan en sus beneficios a corto plazo y ya está. Eso significa justamente que hay un problema a largo plazo al que nadie se está enfrentado en serio. Sin duda Rafael Poch piensa que todas las energías humanas que se están desplegando en esta guerra de posiciones geoestratégica podría usarse en objetivos más útiles para todos, y no le importa repartir hostias entre los contendientes, un imperio mafioso anglosajón venido a menos y un neozarismo resentido con ganas de revancha.


 Ivá n

24 mayo, 2022 a las 3:19 pm

Si, entiendo lo que dices.

Lo que yo pretendía era resaltar algunas ideas que se repiten en los artículos de Rafael y que no son -en mi opinión- consistentes con su argumento general. Si yo «comprendo» los antecedentes de algo o que pueden desencadenar algo, no repito constantemente que ese ‘algo’ es «bla bla bla», condenándolo. No tiene sentido. O, en todo caso, lo hago una sola vez y de manera, digamos, general, como drama humano.

Y también señalo un dato falso: el aislamiento internacional de Rusia… ¿de verdad hay que explicarlo?

Quizás me pase de crítico, pero se trata de lo que considero (y de una u otra forma lo hemos dicho varios varias veces en este blog) una especie de postura políticamente correcta, eurocéntrica, occidentalista y atlantista, al final.

 

La entrevista a la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, que fue censurada por ABC, el medio que la solicitó y realizó

 

por Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia. Traducción oficial.

(Nota de los editores de CSL) En el comunicado que fue publicado anteriormente (enlace aquí) se explica claramente como fue el proceso de realización de esta entrevista (el 29 de abril de 2022) y su posterior censura de unos de los medios (el medio español ABC) -por supuesto “muy democrático”, ¡qué va!- del Imperio de las Mentiras. Está claro que frente a la Verdad los mentirosos no pueden atinar más que a la censura.

Pregunta: ¿Podría explicar en qué fase se encuentran las conversaciones de paz con Ucrania?

Respuesta: Las conversaciones ruso-ucranianas continúan. Tras tres rondas presenciales en Bielorrusia y una en Turquía, discurren por videoconferencia. Discuten temas sobre cómo resolver la situación en Ucrania, el establecimiento de su estatus neutral, no nuclear y no pertenencia a ningún bloque, su desmilitarización y desnazificación, así como las garantías de seguridad. Desafortunadamente, la posición de la delegación ucraniana es muy volátil, y el proceso de negociación está acompañado de una retórica agresiva por parte de  Kiev y Occidente, con el suministro de armas occidentales, lo que no contribuye a que se puedan alcanzar acuerdos.

Pregunta: ¿Contemplan ustedes algún tipo de mecanismo internacional, cumbre, conferencia o mediación, para detener el conflicto?

Respuesta: Durante los últimos ocho años, Rusia ha hecho todo lo posible para resolver el conflicto en Donbass por medios pacíficos. Con nuestra mediación, se firmó el “Paquete de Medidas para la Implementación de los Acuerdos de Minsk del 12 de febrero de 2015”, que fue aprobado por la Resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU. Preveía una secuencia clara de pasos que conducían a la reintegración de Donbass a Ucrania bajo las condiciones de un estatus especial para la región.

Sin embargo, los líderes ucranianos se negaron categóricamente a cumplirlo. Nuestros intentos de obligar al régimen de Kiev a aplicar dicho “Paquete de medidas” no tuvieron éxito. Las formaciones armadas de Ucrania no dejaron de bombardear el Donbass. Se introdujo un inhumano bloqueo socioeconómico y de transporte contra sus habitantes, que puso a la región en una situación de supervivencia límite. Esta destructiva línea de Kiev fue apoyada activamente por los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, quienes aprovechaban militarmente el territorio de Ucrania, alentaron la promoción de una rusofobia agresiva, ignoraron todo tipo de manifestación neonazi y convirtieron al país en una cabeza de playa contra Rusia. Como se supo más tarde, las Fuerzas Armadas de Ucrania se estaban preparando para tomar Donbass por la fuerza en marzo.

Como resultado, no nos dejaron más remedio que reconocer, el 21 de febrero de este año, la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, y el 24 de febrero del presente año, lanzar una operación militar especial para proteger a las personas que viven en Donbass, desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Todas sus metas y objetivos sin duda se llevarán a cabo.

Pregunta: ¿No le parece que las exigencias territoriales planteadas a Ucrania, en concreto Donbass, dificultan un acuerdo?

Respuesta: Estas son ya realidades territoriales formadas que Kiev y otros países deben reconocer. Surgieron debido a la política de las propias autoridades de Kiev, que llegaron al poder mediante un golpe de Estado neonazi en 2014. Crimea regresó a Rusia mientras Donetsk y Lugansk se convirtieron en Estados independientes. Debemos respetar la opción legítima y consciente de los pueblos y el derecho de las naciones a la autodeterminación, consagrado en la Carta de la ONU.

Pregunta: ¿Por qué Rusia pudo usar la fuerza en Chechenia, Georgia y ahora en Ucrania, mientras que Kiev no puede hacer lo mismo en relación con Donetsk y Lugansk?

Respuesta: Las autoridades georgianas atacaron Osetia del Sur y mataron a los pacificadores rusos. Qué interesante que recuerden lo sucedido en Chechenia. Estas son situaciones completamente diferentes. Los combatientes chechenos utilizaron métodos terroristas, cometieron actos de terrorismo en la propia Chechenia y en otras regiones de la Federación Rusa. Y fueron consideradas fuerzas democráticas y fueron apoyadas por EEUU y la UE. ¿Recuerda cuál fue la reacción de la comunidad internacional entonces? Todos apoyaron a los separatistas, aunque no eran separatistas, sino terroristas internacionales. Los primeros en Europa, por cierto. Los Estados Unidos, Gran Bretaña y los países europeos los llamaron entonces luchadores por la libertad. Ahora tengo una pregunta: ¿por qué Occidente no llamó a los habitantes de Donbass “luchadores por la libertad”? Después de todo, no son terroristas. Y era difícil llamarlos separatistas, ya que en los acuerdos de Minsk, firmados por Donetsk y Lugansk, Donbass fue considerado parte de Ucrania. Y, en general, todo el paquete de medidas de Minsk establecía cómo vivirían la Donetsk y Lugansk como parte de Ucrania. Entonces, ¿por qué Occidente no los apoyó?

Y resulta que los habitantes de Donbass fueron masacrados durante ocho años. Civiles asesinados, niños. En el territorio de Europa, por culpa de Kiev, aparecieron cementerios de niños. ¿Dónde estaba el gobierno de España, por ejemplo? Ahora todo el mundo en la UE habla de refugiados de Ucrania. ¿Sabe que en 2014-2015 1,2 millones de refugiados de Ucrania llegaron a Rusia? Y Occidente volvió a guardar silencio. No se ha aplicado ni una sola sanción al régimen de Kiev para inducirlo a dejar de matar a personas durante ocho años.

El régimen de Kiev llegó al poder de forma anticonstitucional y durante ocho años utilizó la fuerza militar contra su propio pueblo: los habitantes civiles de Donbass. Bombardeó el territorio de Donetsk y Lugansk con artillería pesada. Miles de civiles fueron asesinados, incluidos mujeres y niños. Los edificios residenciales, las instalaciones de suministro de agua, electricidad y gas, los hospitales y las escuelas resultaron ser objetivos de ataques. Kiev impuso un bloqueo económico y de transporte a Donbass, poniendo a sus habitantes al límite de la supervivencia.

Regularmente llamábamos la atención de los países occidentales sobre el genocidio de la población de las regiones del sudeste de Ucrania, que continuó todos estos años, que se negaron a aceptar y apoyar los resultados del golpe de Estado anticonstitucional de 2014, se opusieron a la violación masiva de los derechos de la población de habla rusa en el país, a la política de ucranización forzada, a la destrucción de la cultura rusa y la reescritura de la historia. Sin embargo, no querían escucharnos.

Existía la posibilidad de resolver el conflicto entre ucranianos de manera pacífica mediante la implementación consecutiva del “Paquete de Medidas” antes mencionado. Sin embargo, Kiev se negó a seguir ese camino y los países de Occidente no hicieron nada para evitarlo.

El sabotaje de los acuerdos de Minsk por parte de Ucrania, el afán no disimulado de sus líderes de resolver el conflicto en el Donbass por la fuerza, incluso mediante el uso de armas, equipos y otros medios proporcionados por los países de la OTAN, nos obligaron a dar esos pasos.

Las acciones rusas en Chechenia, Osetia del Sur y ahora en Ucrania son absolutamente legales, mientras que las acciones de las autoridades de Kiev, que protagonizaron el genocidio de Donbass y la destrucción de todo lo ruso en su propio país, son ilegítimas, anticonstitucionales y amorales.

Pregunta: ¿Por qué Rusia pudo firmar acuerdos militares sobre cooperación con Osetia del Sur, Abjasia, Donetsk, Lugansk, mientras que nadie puede hacerlo con Ucrania?

Respuesta: ¿Qué quiere decir con “nadie puede hacerlo”? Este es el problema de la comunidad occidental: no entiende lo que está sucediendo en absoluto. Hasta 2014, firmamos una serie de acuerdos con Ucrania que cubrían una amplia gama de relaciones bilaterales, incluida la cooperación técnico-militar. Sin embargo, tras el golpe de Estado en Kiev en febrero de 2014, las fuerzas nacionalistas que llegaron al poder, con el beneplácito de Occidente, los rescindieron unilateralmente.

Los Estados Unidos y los países de la OTAN necesitaban una Ucrania que estuviera lo más desgajada posible de Rusia y nuestras preocupaciones sobre esto simplemente fueron ignoradas. Hemos subrayado repetidamente que todos los países deben observar el principio de la indivisibilidad de la seguridad y no reforzar su propia seguridad en detrimento de la de los demás. Rusia presentó propuestas concretas sobre garantías de seguridad jurídica, que se referían, entre otras cosas, a la no expansión de la Alianza hacia el Este y el regreso de su infraestructura militar a la configuración de 1997, cuando se había firmado el Acta Fundacional Rusia-OTAN. Sin embargo, Occidente ignoró todo esto.

Habiendo reconocido la independencia de Osetia del Sur y Abjasia en 2008 tras la agresión de Georgia contra Tsjinvali y a la luz de los planes similares de Mijaíl Saakashvili en relación con Sujumi, Rusia asumió la responsabilidad de la seguridad de estas dos jóvenes repúblicas de Transcaucasia. Esta tarea no ha perdido hoy su relevancia. Con estos países se han firmado una serie de acuerdos bilaterales de cooperación en el ámbito militar, destinados a crear espacios comunes de defensa y seguridad con cada uno de ellos, tal y como prevén los acuerdos con Abjasia sobre alianza y asociación estratégica de fecha 24 de noviembre de 2014 y con Osetia del Sur sobre alianza e integración del 18 de marzo de 2015. Por tanto, la firma e implementación de los acuerdos mencionados con Sujumi y Tsjinvali está dictada por el interés mutuo de las partes y es un factor importante para la paz y la estabilidad en esta parte de Transcaucasia.

Pregunta: ¿Cómo se resolverá el asunto de una investigación internacional de lo ocurrido en Bucha, puesto que hay aseveraciones contrapuestas: fue una provocación o hubo crímenes de guerra?

Respuesta: Las afirmaciones que hizo no son contradictorias. La provocación ucraniana en sí misma es un crimen de guerra que debe investigarse. El 3 de abril, en Bucha, el régimen de Kiev realizó un montaje cínico, acusando a los militares rusos de matar a civiles. Sin embargo, nuestras tropas abandonaron la ciudad el 30 de marzo y durante todo el tiempo que estuvieron allí, ningún residente local había sufrido ninguna acción violenta. Así como después de su partida, durante cuatro días, hasta la llegada de agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania a Bucha, no hubo ni un solo informe de ejecuciones masivas de personas.

Lo que los ucranianos y sus mentores occidentales intentan presentar como “las atrocidades del ejército ruso en Bucha” es, por supuesto, una puesta en escena. Podemos aseverar esto con absoluta precisión por toda una serie de razones. Probablemente usted haya visto los análisis de estas puestas en escena elaborados por el Ministerio de Defensa ruso, donde se muestra con bastante claridad la mala calidad de las falsificaciones de la propaganda occidental.

Lo importante es que a Occidente esta vez no se le ocurrió nada nuevo. Estas provocaciones son un mecanismo que ya probaron, ya emplearon, hay evidencia de que los nazis usaron exactamente los mismos algoritmos de falsa propaganda contra el Ejército Rojo durante la Gran Guerra Patria. Citaré sólo dos ejemplos.

En octubre de 1944, las tropas soviéticas ocuparon temporalmente y luego abandonaron la ciudad de Nemmersdorf. Inmediatamente después de la transferencia de la ciudad nuevamente bajo el control del Tercer Reich, los especialistas en propaganda alemanes “corrieron” allí, incluido el jefe del departamento de propaganda del NSDAP (siglas en alemán del partido nazi, nota del traductor) para Prusia Oriental, K. Gebhardt. Trabajaron durante dos días, después de lo cual, el principal periódico nazi “Völkischer Beobachter” publicó el artículo “La furia de las bestias soviéticas”. Este artículo describía los “horrores”, las “mutilaciones” presuntamente infligidas a la población civil de Nemmersdorf por las tropas soviéticas. Personalmente, el jefe del servicio de prensa del NSDAP, Otto Dietrich, el 26 de octubre de 1944, dio instrucciones de “exponer en plano ampliado los terribles crímenes bolcheviques en Prusia Oriental y comentarlos de la manera más punzante”.

El Reich incluso organizó una “comisión internacional”, donde invitó a representantes de “gobiernos de bolsillo”, en particular, Estonia. Literalmente en una semana, la “comisión” de H. Mäe publicó un informe en el que culpaban a Moscú de todo. El informe de H. Mäe de finales de 1944 se convirtió en uno de los documentos más citados de la propaganda de Goebbels. Sus copias fueron enviadas en diversos idiomas extranjeros a todas las agencias del mundo.

Naturalmente, después de la guerra, esta historia comenzó a ser abordada. El historiador de guerra alemán B. Fish, quien participó en las batallas de Nemmersdorf, admitió que después del descubrimiento de los cuerpos por parte alemana, no se hizo ningún intento por identificarlos. Las imágenes publicadas mostraban cuerpos de víctimas llevados especialmente desde  varios pueblos de Prusia Oriental. Y ya en el siglo XXI, el Ministerio de Exteriores de Alemania admitió que las falsificaciones de Nemmersdorf fueron compiladas especialmente por Pfeiffer, un teniente de la policía secreta de campo de la Wehrmacht, después de lo cual fueron propagadas por Berlín.

Pero ni siquiera la conocida provocación en Nemmersdorf fue la primera. En 1941, quiero llamar su atención, el periódico Krakowskie Vesti, en su edición en lengua ucraniana, censurado y controlado directamente por el Tercer Reich, publicó un artículo sobre “personas torturadas hasta la muerte por los asesinos del NKVD (siglas del Comisariado del Pueblo para Asuntos Interiores de la URSS. Nota del traductor) que yacían en las calles de la ciudad de Lvov”, abandonada tras la retirada del Ejército Rojo. Por cierto, se hacía énfasis en la nacionalidad de los asesinados. Krakowskie Vesti escribió que “los bolcheviques ametrallaron a 1.500 ucranianos étnicos en Lutsk”. ¡Paradójicamente, el Reich nazi acusó a la internacionalista Unión Soviética de genocidio!

Krakowskie Vesti era muy consciente de su papel en esta historia: en el contexto de Ucrania, eran el transmisor de propaganda de la Alemania fascista para todo el mundo. Los empleados de Krakowskie Vesti hablaron directamente sobre esto en la prensa: su tarea era utilizar a las víctimas para que “la palabra “Ucrania” volviera a aparecer en las portadas de los principales periódicos”, y de “la sangre de los ucranianos hacer capital moral para el pueblo”.

Exactamente igual que ahora. Una vez más, las provocaciones fascistas se están utilizando para “llevar a Ucrania a las portadas de los periódicos”, y la vida de las personas es solo una moneda de cambio en este juego de propaganda de los fascistas.

Por cierto, sabe qué es lo más interesante. El editor de Krakowskie Vesti era un tal Mijailo Jomyak, colaboracionista ucraniano y partidario de Hitler, el abuelo directo del actual Viceprimer Ministro de Canadá, C. Freeland, una de las figuras clave en los círculos rusófobos del continente americano. Precisamente C. Freeland es quien más a menudo llama a aislar nuestro país, refiriéndose, entre otras cosas, a Bucha. Simplemente repite después de su abuelo lo que él y sus socios fascistas no consiguieron hace ochenta años.

Pregunta: ¿No cree que la actual operación especial en Ucrania acercará aún más la OTAN a las fronteras de Rusia, especialmente si Suecia y Finlandia se unen a ella?

Respuesta: La formulación de esta pregunta no es correcta. La operación especial de Rusia en Ucrania debe percibirse como una consecuencia de la agresiva política expansionista de la OTAN dirigida por Estados Unidos, y no al revés. El bloque del Atlántico Norte, paso a paso, llevó a cabo la estrategia de atraer nuevos países a su órbita, acercándose cada vez más a las fronteras rusas e ignorando nuestras repetidas advertencias sobre el peligro de tal planteamiento para todo el sistema de seguridad europeo.

En cuanto a Finlandia y Suecia, su “reclutamiento” activo se ha venido realizando por la Alianza desde hace mucho tiempo. Para influir radicalmente en la política de estos Estados escandinavos, la OTAN creó minuciosamente la imagen de Rusia como enemigo. Aunque en realidad fue la Alianza la que creó una amenaza a la seguridad de nuestro país. Hemos estado advirtiendo a nuestros vecinos del norte de Europa de forma regular y durante bastante tiempo que ser arrastrados a la órbita de la OTAN amenaza con desequilibrar el sistema de seguridad europeo. Este no es “un tema de las últimas semanas”.

Hablé sobre esto en detalle mucho antes de febrero de 2022. Ya en 2015, advertí: “La adhesión de Suecia a la OTAN tendría consecuencias político-militares y de política exterior que requerirían medidas necesarias de respuesta por parte de Rusia”. En 2016, el Ministerio de Exteriores de Rusia informó que la adhesión de los escandinavos a la OTAN alteraría la estabilidad y cambiaría el equilibrio de poder en la región, obligándonos a tomar medidas adicionales para garantizar nuestra seguridad. En 2018, hablamos sobre los riesgos asociados con la participación de Suecia y Finlandia en el ejercicio Trident Juncture de la OTAN. También toqué este tema, por ejemplo, en una sesión informativa el 24 de diciembre de 2021. El material relevante se publicó también más recientemente, a la luz de las últimas declaraciones de las autoridades de Estocolmo y Helsinki, el 15 de abril de este año.

Siempre hemos mantenido el tema de la OTAN en la agenda de nuestros contactos con nuestros socios finlandeses y suecos. Así, el viceministro de Exteriores ruso, A.V. Grushko, lo discutió con el embajador de la República de Finlandia ante la Federación Rusa, A. Helanteria, en noviembre de 2020, etc. En general, desde hace tiempo hemos estado siguiendo la forma en que los estadounidenses y la OTAN atraen progresivamente a los escandinavos a los eventos de la Alianza.

Por favor, comprenda: la confrontación geopolítica con Rusia es la esencia de la existencia de la OTAN. Todo lo que se habla sobre el carácter defensivo de esta organización es ficción. Los esfuerzos de la OTAN están dirigidos a cambiar radicalmente la situación político-militar en Europa, socavando el equilibrio estratégico de fuerzas y conteniendo a nuestro país. Si Finlandia y Suecia se unen a la Alianza, se convertirán en un espacio de confrontación entre el bloque del Atlántico Norte y Rusia, con todas las consecuencias resultantes, incluso para nuestras relaciones de buena vecindad probadas a través del tiempo. ¿Es esto a que aspiran los pueblos de Suecia y Finlandia?

Pregunta: ¿No son muchos más los inconvenientes para Rusia, entre ellas las sanciones y las bajas en el campo de batalla,  de continuar las acciones militares en Ucrania que las ventajas?

Respuesta: Hemos dicho más de una vez que el inicio de la operación especial en Ucrania era una medida forzada. No nos han dejado otra opción. Se está llevando a cabo para detener el genocidio de los habitantes de las repúblicas de Donbass, que han estado viviendo durante ocho años en las condiciones de los interminables bombardeos por parte de Ucrania, la destrucción deliberada de la infraestructura de agua, gas y electricidad y un bloqueo económico de la banca y el comercio. Una tarea igualmente importante de la operación especial es proteger a la propia Rusia de las amenazas que emanaron del territorio ucraniano como resultado de su aprovechamiento militar por parte de los países de la OTAN, la rusofobia y el odio por todo lo relacionado con Rusia hinchados artificialmente.

Pregunta: ¿Qué futuro ve usted en la actual situación a las relaciones entre España y Rusia?

Respuesta: Por supuesto, no hay nada bueno en el hecho de que muchas cosas positivas conseguidas en las relaciones bilaterales hayan quedado borradas por la decisión de las autoridades españolas de sumarse a las sanciones contra Rusia. Por cierto, Madrid no se detuvo exclusivamente en el componente económico de las restricciones: ya se han realizado dos entregas de armas a Kiev, incluyendo las consideradas letales. Nuestros lazos diplomáticos han sufrido un golpe por la adhesión de los españoles a la campaña de expulsión masiva de diplomáticos rusos. Además toda una serie de proyectos en los sectores de la energía y el transporte han quedado suspendidos por falta de visión de nuestros socios. Está además en el aire la localización de la producción textil española en empresas de la industria ligera rusa. Tampoco la posición de la parte española en cuanto a un mayor desarrollo de los lazos culturales y humanitarios no aporta nada positivo. Se decidió “congelar” la cooperación en los ámbitos científico y educativo, incluyendo el trabajo en documentos normativos que estaban ya listos para ser firmados.

Vemos que España, como muchos otros países, se ha sumado activamente al proceso de destrucción de todo lo creado en las últimas décadas. Sólo cabe esperar que la percepción tradicionalmente positiva del mundo ruso por parte del pueblo español resulte mucho más fuerte que la actual tendencia belicosa hacia la destrucción de las bases de las relaciones bilaterales, que están apoyando activamente las autoridades españolas.

 

Texto de Comunicado de prensa de MAE Rusia sobre entrevista censurada por ABC a María Zajárova

por Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia. Traducción oficial. En sitio del MAE de Rusia

COMUNICADO DE PRENSA (4 de mayo de 2022)

El pasado 30 de marzo, la Embajada de Rusia en Madrid recibió una solicitud de que la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, concediera una entrevista a uno de los más influyentes y antiguos periódicos de España, ABC. Rusia decidió responder afirmativamente a la solicitud.

Durante la conversación sostenida el 13 de abril, los funcionarios del Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia  informaron a R. Moreno Mañueco, Corresponsal Jefe del dicho periódico, que estaban dispuestos a organizar la entrevista.

El 14 de abril, el corresponsal envió las preguntas de ABC al correo electrónico del Centro de Prensa del MAE de Rusia.

El 29 de abril, le enviaron al corresponsal español respuestas detalladas para que las mandara al periódico. El mismo día, el jefe de redacción internacional de ABC, A. Rodriguez Garrido, dijo que el texto de la entrevista sobrepasó el tamaño de la página doble y sugirió a publicar el texto completo en la versión electrónica de ABC, y el resumido en papel. Luego siguió una larga armonización de la fecha de publicación, la cual, por petición del periódico, fue aplazada varias veces bajo distintos pretextos.

Por la noche del 3 de mayo, la redacción anunció su decisión: la entrevista no se publicaría “en esa forma”. Fue lo que se había esperado, no había ningunas explicaciones lógicas a eso, porque es evidente que publicaciones electrónicas no tienen limitaciones del número de palabras, ni de símbolos o unidades tipográficas. No hay duda de que es un acto de censura flagrante. Y es lo que no pudo negar y que confirmó en una conversación telefónica el corresponsal de ABC, R. Moreno Mañueco.

Bajo esas circunstancias, el Departamento de Información y Prensa del MAE de Rusia se reserva el derecho de publicar la fallida entrevista de la portavoz del MAE de Rusia con ABC en ruso y español.


Fragmentos del artículo “¡Es educación, estúpido!”

Fẹmi Akọmọlafẹ

https://thesaker.is/its-education-stupid/

Tal vez sea hora de que el Colectivo Oeste haga algo con respecto a su sistema educativo.

Al observar las actuaciones de los funcionarios rusos y occidentales, uno se da cuenta de inmediato de que la "educación" muy promocionada y ultra costosa que se brinda hoy en día en Occidente en realidad no está a la altura…

“… Además de estar siempre en la cima de su juego, los funcionarios rusos siempre se muestran bien educados, bien informados, de buenas maneras, sofisticados, cultos y respetuosos. Los funcionarios occidentales, por otro lado, atacan al mundo como imbéciles altivos, indecentes, maleducados, incultos, provincianos y narcisistas.

Carecen del decoro elemental necesario para tratar a sus pares de manera respetuosa. De acuerdo, la altanería, alimentada por la arrogancia racista, podría explicar en parte por qué se comportan así, pero no podemos descartar la posibilidad de que simplemente carezcan de la educación, la cultura y el entrenamiento en el hogar necesarios para un comportamiento civilizado, especialmente en encuentros con otras culturas.

La pregunta debe hacerse ¿cómo terminó el Colectivo Oeste con la manada actual de payasos que ocupan puestos de responsabilidad?...”







Revisa los artículos de los dosieres pasados en:

https://unamenrebeldia.blogspot.com/search/label/Dossier%20para%20entender%20el%20conflicto%20en%20Ucrania

Descargar en PDF (+versión para imprimir):

https://drive.google.com/drive/folders/11kOc844fiGOM1whYxtreiiO5ihyIsyok?usp=sharing

Compilado por UNAM en Rebeldía

https://unamenrebeldia.blogspot.com/

junio de 2022



1 Autor, especialista en historia rusa (1938-2020).

2 ‘VE day’ es el día de la victoria en Europa de la Segunda Guerra Mundial. En Europa se celebra el 8 de mayo. En Russia, el día V, se celebra el 9 de mayo, pues dada la diferencia de huso horario, en Rusia ya era 9 de mayo cuando sucedió la ceremonia de rendición en Berlín.

3 Mc Foul fue embajador de EUA ante Rusia de 2012 a 2014.

4 Ro Khanna es un demócrata, representando al distrito 17 de California en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

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