Jenaro Villamil
proceso.com.mx
12 de mayo de 2012
Se trata de millonadas que fueron a parar –sobre todo– a las arcas de Televisa: hay documentos que así lo prueban y que sistemáticamente han tratado de ser negados por la televisora y por algunos de los intelectuales de su nómina.
El proyecto original fue publicado por Proceso en su edición 1512 el 23 de octubre de 2005. El presupuesto total ascendía a 742.1 millones de pesos porque incluía 50.3 millones en estrategia integral de comunicación, es decir producción de spots y asesoría permanente.
En el primer debate televisivo entre los cuatro candidatos presidenciales Enrique Peña Nieto, el aspirante del PRI-PVEM, lanzó una frase que abrió las puertas de una nueva polémica sobre los millonarios contratos para promover su figura y su candidatura en Televisa y TV Azteca, las dos principales empresas de televisión abierta:
“Yo le diría a Andrés Manuel (López Obrador): Si la televisión hiciera presidentes, usted sería presidente Andrés Manuel, porque durante su gestión como jefe de gobierno destinó más de mil millones de pesos –y tengo aquí los documentos– de la cuenta pública, que representan más del doble de lo que el Estado de México gastó en comunicación social”.
En su réplica López Obrador le presentó el resumen de ocho cuartillas de un presupuesto elaborado para los años 2005 y 2006, negociado por el gobierno de Peña Nieto y las empresas TV Promo y Radar Servicios Especializados, ambas intermediarias o brokers de Televisa.
Para el primer año de la administración del priista presupuestaron 691 millones 734 mil pesos en tiempos de televisión: 327.4 millones vía spots y 364.3 en compra de información, incluyendo 180 notas informativas en los noticieros de Televisa.
El proyecto original fue publicado por Proceso en su edición 1512 el 23 de octubre de 2005. El presupuesto total ascendía a 742.1 millones de pesos porque incluía 50.3 millones en estrategia integral de comunicación, es decir producción de spots y asesoría permanente.
Este documento, entregado a Proceso junto con un CD, incluyó 50 páginas de un detallado “Plan de Trabajo 2005-2011” cuyos objetivos principales eran deslindar a Peña Nieto –recién electo gobernador– del “escándalo Arturo Montiel”, su antecesor y padrino político y convertir al joven mandatario en una figura política conocida a escala nacional y “posible candidato” del PRI a la Presidencia de la República.
La información fue entregada por una fuente plenamente identificada por el reportero y que pidió el anonimato “para proteger mi vida y la de mi familia”. Señalaba a TV Promo –“brazo político y financiero de Televisa”– como un instrumento “a través del cual esta empresa vende sus espacios publicitarios, sus contenidos noticiosos e incluso su línea editorial a cambio de favores y retribuciones futuras”.
En este posdebate sobre los gastos de comunicación social, tanto el equipo de Peña Nieto como el comentarista Héctor Aguilar Camín han citado las cifras que ha publicado el centro de análisis e investigación Fundar, especializado en asuntos de acceso a la información pública y transparencia en las cuentas públicas.
Desde marzo de 2011, Fundar publicó un diagnóstico sobre las cuentas de los gobiernos estatales en matera de comunicación social y advirtió que existen “cifras negras” a las cuales no se puede acceder ante “la falta de criterios claros y objetivos para la distribución de la pauta gubernamental” en los medios de comunicación.
“La posibilidad de ‘negociar’ la pauta publicitaria inhibe el rol social que los medios de comunicación social deberían cumplir con una sociedad democrática y promueven la autocensura”, sentencia el organismo dirigido por Miguel Pulido.
En las conclusiones del estudio realizado junto con Artículo 19, dirigido por Darío Ramírez, ambos organismos advierten:
“1.-El uso de la pauta como mecanismo para premiar a los medios de comunicación con líneas editoriales afines al gobierno y como castigo en caso contrario.
“2.-Uso de los recursos destinados a comunicación social como herramienta de autopromoción, propaganda o para publicitar acciones y programas que legitimen el proceder de las instancias de gobierno.
“Además, se han desarrollado diversas formas de propaganda gubernamental que buscan perpetuar la opacidad en el manejo de los recursos públicos y atentan contra el derecho a la información de la sociedad, tales como las entrevistas o reportajes pactados, la inclusión de ‘infomerciales’ en noticieros o las menciones sobre acciones de gobierno en programas de entretenimiento (‘publicidad encubierta’). A ello se suma la ya tradicional existencia de gacetillas (propaganda que aparece como información) práctica que aún es recurrente, principalmente en medios impresos locales”.
La crítica de Fundar y Artículo 19 se dirigía al gobierno federal, al gobierno del Distrito Federal y también al gobierno del Estado de México. En vísperas de la contienda presidencial del 2012, ambos organismos calificaron de “alarmante” esta situación.
En el documento titulado “Publicidad Oficial en México: la Censura Estructural” establecen:
“La situación es más alarmante si se toma en consideración el aumento sostenido en la cantidad de recursos destinados a los rubros de comunicación social y publicidad oficial, lo que ha derivado en la proliferación de campañas propagandísticas en detrimento de la difusión de información de interés público; tendencia que implica un aumento en el potencial de las instancias de gobierno de incidir sobre las líneas editoriales. Lo anterior exige particular atención de cara a las elecciones del 2012”.
Monitoreo y “Publicidad Encubierta”
Un monitoreo realizado por la empresa Intelcast, al cual tuvo acceso Proceso, confirma que en por lo menos entre 2005 y 2009, los primeros cuatro años de gobierno, la presencia de Enrique Peña Nieto en medios electrónicos, especialmente en Televisa, se realizó en clara sintonía con el documento firmado por su gobierno por un monto de 691 millones de pesos en “tiempos de televisión”, tan sólo para el primer año.
Por ejemplo, entre el 1 de septiembre de 2005, fecha en la que asume la gubernatura Peña Nieto, y el 12 de julio de 2009, Intelcast contabiliza 1,880 menciones del ex mandatario, de las cuales, 1,084 fueron en medios electrónicos.
Específicamente en Televisa, entre septiembre de 2005 y septiembre de 2006, tuvo 226 menciones, incluyendo entrevistas y notas informativas. Entre 2006 y 2007 se elevaron a 310 menciones; de 2007 a 2008 fueron 261 menciones; y entre septiembre 2008 y julio de 2009, en vísperas de las elecciones federales, aumentaron a 398 menciones monitoreadas.
El dato más relevante es que se incrementaron en Televisa las llamadas “transmisiones especiales”, clasificados así en el monitoreo como una forma de llamar a los infomerciales o a la publicidad encubierta, a favor de Peña Nieto, en los distintos contenidos.
En el último periodo, entre septiembre 2008 y julio 2009, las transmisiones especiales se elevaron a 2 horas, 12 minutos y 42 segundos, que es más del doble del tiempo de transmisión en “notas informativas” que tuvo Peña Nieto en Las Noticias por Adela, en el canal 9, el metropolitano, que fue de 1 hora 14 minutos y 50 segundos.
En El Noticiero, con Joaquín López Dóriga, en Canal 2, las menciones a Peña Nieto sumaron 1 hora, 41 minutos y 18 segundos.
Una de esas “transmisiones especiales” fue el evento de apoyo de Antorcha Campesina a Peña Nieto, en el Estadio Azteca, de Televisa, difundido en la señal de televisión abierta el día del padre, el 21 de junio de 2009. Esto provocó una queja del PAN ante el IFE y el inicio de un proceso especial sancionador argumentando que el mandatario mexiquense violó el principio de equidad.
La discusión al interior del IFE versó sobre la legalidad o no de de los spots o “cápsulas informativas” que implican publicidad encubierta. El consejero Alfredo Figueroa argumentó que había una responsabilidad de Televisa al difundir cápsulas de propaganda política en El Noticiero, de López Dóriga. Su propuesta fue rechazada por 8 votos contra uno.
Entrevistado por Proceso durante aquel episodio, Figueroa admitió que era “evidente” que se trató de propaganda encubierta o “publicidad integrada”, aunque Televisa negó que hubiera existido un pago a cambio.
“Las propias compañías de televisión lo hacen evidente al mandar a comerciarles y aparecer una cápsula, que ciertamente tiene un contenido, digamos, informativo, pero que es parte de propaganda.
“Simplemente hay que revisar los catálogos de productos que tienen particularmente Televisa y TV Azteca. Ellos venden este tipo de productos, los comercializan y hay un enorme debate que hay que dar respecto de este tema porque no es simplemente un asunto que tenga que ver con un partido político ni con una sola persona. Tiene que ver con distintas acciones políticas, tanto de gobernantes como de partidos políticos”, argumentó Figueroa.
El proyecto de inversión de Televisa y Enrique Peña Nieto, negociado a través de TV Promo, y negado insistentemente por la televisora, el gobierno del Estado de México y el actual candidato presidencial realizó un presupuesto para este tipo de “publicidad encubierta”.
Le puso un precio de 305 millones 688 mil pesos a 180 notas informativas en los distintos noticieros de Televisa. Un costo de 5 millones 780 mil a 3 reportajes en la serie Los Reporteros y 42.8 millones de pesos a 6 entrevistas con Peña Nieto en “varios noticieros”. Incluyó un presupuesto de 10 millones de pesos en 3 programas de Zona Abierta, entonces conducido por Héctor Aguilar Camín. Aguilar Camín rechazó vehementemente que hubiera vendido ese espacio al gobierno del Estado de México y que Enrique Peña Nieto nunca estuvo en ese programa. No negó su vieja relación de amistad con el artífice de este proyecto: Alejandro Quintero.
Le puso un precio de 305 millones 688 mil pesos a 180 notas informativas en los distintos noticieros de Televisa. Un costo de 5 millones 780 mil a 3 reportajes en la serie Los Reporteros y 42.8 millones de pesos a 6 entrevistas con Peña Nieto en “varios noticieros”. Incluyó un presupuesto de 10 millones de pesos en 3 programas de Zona Abierta, entonces conducido por Héctor Aguilar Camín. Aguilar Camín rechazó vehementemente que hubiera vendido ese espacio al gobierno del Estado de México y que Enrique Peña Nieto nunca estuvo en ese programa. No negó su vieja relación de amistad con el artífice de este proyecto: Alejandro Quintero.
Ambos formaron parte, junto con Bruno Newman, de las primeras generaciones de estudiantes de la carrera de Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana.
Luis Hernández, columnista y coordinador de Opinión en La Jornada, publicó el 11 de mayo que estos tres personajes “fueron socios de la empresa Quan (por los apellidos de Quintero, Aguilar y Bruno Newmann)”.
El individuo es inteligente y la masa es estupida, tenemos que hacer que las masas sean inteligentes tambien y vean la verdad, vamos a difundir este mensaje, hay que impedir que estos dinosaurios autocraticos que jodieron el pais por 70 años regresen al poder!.
ResponderEliminar