Texto completo de la participación:
En México, los pueblos han aprendido a defender a la madre tierra frente al despojo de los gobiernos que pierden los principios y la moral, y se convierten en meros ejecutantes de intereses mezquinos de empresas transnacionales. Violan la constitución, humillan la voluntad de los pueblos y cometen toda clase de agravios contra la población que se defiende y se organiza para evitar que su patrimonio y raíces sean exterminados. Cherán, Ostula, Wirikuta, Temacapulín, La Parota, y muchas más resistencias se viven hoy en nuestro país. Todas han recibido como respuesta represión, desprecio, asesinatos, engaños y la descalificación sistemática. Todos los agravios en su contra han permanecido impunes.
Atenco es un botón de muestra. Y tú Enrique Peña lo sabes perfectamente. Sabes que en 2001 intentaron arrebatar nuestras tierras para la construcción de un aeropuerto. Como resultado de la defensa legal y legítima del pueblo, tuvieron que derogar el decreto que nos despojaba.
Siendo gobernador del Estado de México, el 3 y 4 de mayo de 2006, tú ordenaste el Operativo contra nuestros pueblos. La violencia la provocó tu gobierno, a pesar de haber alcanzado un acuerdo el día 2 de mayo, tú traicionaste y ordenaste golpear a nuestros compañeros en Texcoco. No fue una situación fortuita, fue una venganza planeada de tu parte. Venganza en contra del pueblo que se resistió al despojo de sus tierras. Pretendían desaparecer al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra para apoderarse de lo que es nuestro, y hoy, mantienen vigente esa amenaza.
Has repetido que fue tu decisión la que se llevó a cabo en ese operativo, en el que fueron asesinados dos jóvenes, Javier Cortés Santiago y Alexis Benhumea Hernández estudiante de la UNAM a manos de las fuerzas que tú llamas “del orden”. Tú has reiterado que es responsable de lo sucedido en Atenco, donde fueron torturadas sexualmente 46 mujeres, entre ellas 4 extranjeras. Entonces, Peña, eres responsable de dos asesinatos impunes, eres responsable de que una banda de violadores siga actuando al amparo de la policía que tú creaste. Esas son tus credenciales para intentar llegar a la presidencia.
Además de ser ilegalmente detenidos y bestialmente torturados, nuestros compañeros fueron encarcelados. Se utilizó todo el aparato de estado para criminalizar nuestra lucha. Se tuvo que llegar hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que cabe aclarar que no avaló el operativo, sino qué reconoció que hubo tortura sexual y violaciones graves a los derechos humanos. La misma Suprema Corte dictaminó la liberación de nuestros compañeros después de 4 años de procesos.
Muchas familias sufrieron la impotencia frente al agravio. Cuántas quedaron sin sus hijos, sin sus esposos y sin ingresos, por los años de persecución y cárcel que sufrieron siendo inocentes. No te importó porque el dolor y el sufrimiento de nuestros pueblos es para ti un trofeo. Señalamos que nadie de los tuyos ha sido castigado ni ha pisado la cárcel por todos estos delitos. Los muertos, las agraviadas y los presos, los puso el pueblo.
Ahora quieres volver a justificar tu imperdonable represión recurriendo a la imagen del policía que fue golpeado. Te recordamos que esa reacción del pueblo fue a consecuencia del cruel asesinato de Javier Cortés Santiago de 14 años. Las televisoras pasaron una y otra vez la escena de un hecho que no debió ocurrir, indudablemente no debió ocurrir. Pero nunca salió en la televisión cómo golpearon y detuvieron a nuestros compañeros, ni los allanamientos ilegales, ni a nuestros niños rociados con gas lacrimógeno, etc. Desde entonces era evidente la nefasta alianza con la manipulación de las televisoras.
La brutalidad de tu policía no se debió a “excesos” individuales. Lo ratifican decenas de organismos e instituciones de derechos humanos nacionales e internacionales. La Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Centro Miguel Agustín Pro, Amnistía Internacional, la ONU, la Comisión Interamericana, 11 premios nobel de la Paz y Comisión Civil Internacional de Observación de Derechos Humanos, por mencionar algunos, coinciden en señalar al operativo Atenco, en su conjunto, como “violaciones graves a los derechos humanos”.
Esto es lo que el PRI representa. Ustedes tratan al pueblo y sus líderes como delincuentes. Lo hicieron en 1968 y en 1971, en las masacres de Aguas Blancas y Acteal. No importa cuánto quieras deslindar, ése es tu partido.
Lo que tú representas es un gobierno prepotente y violento, incapaz de aceptar la crítica y acostumbrado a imponerse por la fuerza y la manipulación.
Reiteramos que seguimos organizados defendiendo la tierra y el territorio porque es justo y legítimo, porque es nuestro derecho que nos corresponde como pueblo.
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