Dossier 1. Para entender lo que está pasando en Palestina

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¿Cómo podría comentar Moscú la decisión de EEUU de enviarle a Ucrania 31 tanques M1 Abrams? - María Zajárova (Dossier 12)

 ¿Cómo podría comentar Moscú la decisión de EEUU de enviarle a Ucrania 31 tanques M1 Abrams?

Respuesta de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 27 de enero de 2023.

https://mid.ru/es/foreign_policy/news/1850728/


Pregunta: ¿Cómo podría comentar Moscú la decisión de EEUU de enviarle a Ucrania 31 tanques M1 Abrams?

Respuesta: Lo he comentado en varias ocasiones hoy y puedo volver a hacerlo. Las decisiones de enviarle tanques a Kiev, no importa quién las haya tomado, son muestra de que el Occidente colectivo está optando de manera consciente por la escalada del conflicto y elevando las apuestas en el conflicto ucraniano. Es evidente que ni Kiev ni los países occidentales se plantean la posibilidad de ningún arreglo diplomático. Lo demuestran el bloqueo de las negociaciones con Rusia introducido a nivel legislativo, las ejecuciones de los negociadores cometidas dentro del país, las exigencias, ni siquiera solicitudes ya, de enviar cada vez más armamentos, las declaraciones de los diplomáticos occidentales de que es el momento de tomar decisiones “en el campo de batalla” y no en la mesa de las negociaciones.

Países occidentales no ocultan que su objetivo principal es asestarle a Rusia una derrota estratégica. Para alcanzar este objetivo, EEUU y sus aliados siguen nutriendo al régimen neonazi de Kiev con armamentos. Están dispuestos a sacrificar a toda Ucrania, a todos sus habitantes, cuyos intereses a nadie le importan ni en Washington ni en Bruselas. A Vladímir Zelenski la gente de su país le trae completamente sin cuidado.

Algunos me preguntan, por qué tengo esta opinión, dado que supuestamente está haciendo lo que está haciendo por su pueblo. Les responderé. Vladímir Zeleski nunca ha sido político. Al decidir a presentar su candidatura, no dejaba de mencionar todos los días, permanentemente que sería el Presidente que traería “la paz”, que la paz era lo único que se proponía. Se ponía de rodillas y lo juraba. Es difícil saber a qué Dios invocaba. Primero todo parecía indicar que era ateo, ahora me parece que sí que cree pero en algunas fuerzas del mal, del lado oscuro. Hubo de todo: se grabó una película, se inventó una imagen. A la gente se le impuso la idea de que era un “hombre que salió del pueblo”, uno que expresaría la voluntad de este pueblo, que la pondría en práctica. Lo que importaba era impactar, nadie se fijó en ello, aunque había que fijarse en ello. ¿Con qué fondos se hacía todo aquello? ¿Quién estaba detrás? ¿Cuáles eran los métodos que se aplicaban? Les engañó a todos de tal forma que nadie en la Historia moderna se le puede equiparar.

Puesto que engañó entonces, ¿cómo se le puede creer ahora? ¿Seguro que todos estos tanques, dinero, posibilidades materiales y militares los necesita para el futuro de Ucrania? Sigue mintiendo tal y como mentía, al permanecer de rodillas delante del pueblo ucraniano. Tal y como mentía, cuando se le hizo la pregunta directa sobre si tenía algún tipo de drogodependencia. Estuvo mintiendo entonces y está mintiendo ahora. Me preguntarán, “¿por qué lo hace?” Por un único motivo: no tiene nada que ver con el pueblo ucraniano. Nunca ha pensado en la gente, cuyas vidas tiene ahora en sus manos, para él ni siquiera son peones, porque los peones también se aprecian durante una partida de ajedrez. Cada peón puede convertirse en reina, también porque es el juego de uno y es un recurso para uno. Para él la gente ni siquiera son peones, no son nada. Únicamente le importa el dinero, los altisonantes discursos políticos y los aplausos, además de sus ambiciones personales. El resto no es que sean factores de segundo orden, ni siquiera existen en la lógica enferma de este “hombrecillo sangriento” y agresivo.

Rusia, por su parte, siempre ha permanecido abierta a la posibilidad de usar herramientas de la diplomacia y las negociaciones, lo señalamos en más de una ocasión. Todo se aplicó y todo fue bloqueado por el régimen kievita que obedecía a las indicaciones recibidas desde Occidente.

El Occidente colectivo, la OTAN, la UE hace tiempo que renunciaron a la diplomacia, eligiendo otro camino y procediendo a crear amenazas a la seguridad, incentivando, avivando, instando, empujando al continente europeo hacia una catástrofe global.

Lo que está ocurriendo ahora no es cuestión de Ucrania ni de Rusia, ni siquiera del continente europeo, es una cosa de envergadura mucho mayor, algo mucho más global.

Ha preguntado sobre la decisión de EEUU de enviar sus tanques. ¿Para qué destacar eso? Queda claro que esta postura es aplicable a todos los países, menos uno, Alemania, puesto que es una historia muy especial.

Recordamos bien lo que son los tanques alemanes. Son vehículos que se convirtieron no solo en un símbolo de la muerte y de una ideología mortífera, sino de una amenaza al propio ser humano, una amenaza global y existencialista a todo el planeta.

Cuando están leyendo algo sobre el fascismo, el nazismo, la época de la Segunda Guerra Mundial, es evidente que los uniformes de las SS, los tanques alemanes con los símbolos del Tercer Reich simbolizan a la Humanidad que se está precipitando en el abismo del odio, del horror y de los asesinatos. De este abismo a todos nosotros, los que estaban entonces y los que nacimos más tarde, nos “sacaron” los combatientes del Ejército Rojo y de la coalición anti-Hitler. Fue gente joven que combatió en el frente y las personas que la apoyaron en la retaguardia. Precisamente los tanques alemanes fueron antisímbolo que quedó grabado para siempre en la memoria de la Humanidad. Ahora suponen que estos tanques volverán a recorrer nuestro territorio. Esa es, por lo menos, la tarea planteada.

¿Qué es lo que espera Alemania? ¿No estará esperando que los vehículos color camuflaje con las cruces de hierro, símbolo de las Fuerzas Armadas alemanas, pasarán ahora, al igual que entonces, por nuestras ciudades y pueblos? Todos recordamos, cómo acabó la cosa entonces. ¿Y Berlín lo recuerda? Lo que debería tener sin falta presente es que los alemanes no tienen ningún derecho moral de enviar vehículos de combate para unas acciones bélicas dirigidas contra Rusia.

Me gustaría llamar su atención a las palabras dirigidas el pasado 25 de enero en el Parlamento alemán al Canciller Olaf Scholz por el diputado Petr Bystron. Dijo: “Estimado señor Canciller, hoy es un día histórico. Acaba de derribar todos los pilares de la política exterior alemana de la época de posguerra. Alemania asume especial responsabilidad por las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, durante mucho tiempo ello fue el eje de la existencia de nuestro país. Me refiero a 6 millones de judíos y también a los más de 20 millones de hombres, mujeres y niños que murieron en el territorio de la URSS. Los grandes social-demócratas, sus antecesores Willy Brandt y Helmut Schmidt, hicieron mucho por la paz y la reconciliación. Willy Brandt incluso recibió por su aportación el Premio Nobel de la Paz. El lema “Nunca más” significó la renuncia a suministrar armas a las zonas de conflicto. Ello siempre ha representado el núcleo de la política exterior alemana”.

Todo el mundo deja su nombre en la Historia a su manera. En la propia Alemania se entiende perfectamente que Berlín no tiene derecho moral, ni ético, ni jurídico de enviar vehículos de combate y tanques para que se mate con ellos a los rusos.

¿Acaso son pocas las imágenes en las que militares de las FF.AA. ucranianas, que fueron convertidos en zombies por el régimen kievita, muchos de ellos, enviados por fuerza a la primera línea del frente, perseguidos por todo el país por los nazis que no salen de los búnkeres, hablan también en ruso? Los pueblos, la gente, incluso miembros de una familia fueron enfrentados, azuzados, convertidos en “partes del conflicto” que es como se llama ahora. Los corazones de las madres están partidos en dos, porque algunas tienen a sus hijos a ambos lados de las barricadas. Es que todo se fue haciendo durante muchos años, para que Ucrania “explotara”, dada su difícil historia, las múltiples etnias que residen en su territorio y los primeros años de su “independencia”. Muchos desearon tanto esta independencia. Y debió empezar con la responsabilidad y no con la permisividad.

Ahora las sangrientas líneas divisorias atraviesan los corazones de una enorme cantidad de personas. Y aparte estas regiones sentirán las orugas de los tanques alemanes.

¿Por qué lo habrá hecho el señor Scholz? Seamos sinceros, porque existen personalidades que merecen formar parte de la Historia y otras, que no son nada excepcional. Hay gente dispuesta a morir por sus convicciones, no por orgullo ni por creerse excepcional, sino por entender qué es el humanismo. Y hay otra gente que cuenta con el poderío político, posibilidades materiales, apoyo electoral y de otro tipo, pero no tienen agallas para no repetir los errores de sus antepasados, por los cuales se pagó un enorme precio, también por el pueblo alemán.

Me gustaría hacerle recordar al señor Scholz una cosa, porque me parece que a la señora Baerbock no tendría sentido recordarle nada o, a lo mejor contárselo, porque posiblemente lo desconoce. Al encontrarse los prisioneros de guerra alemanes en el territorio de la Unión Soviética después de nuestra victoria, no se les torturó ni ultrajó de la manera que se les había torturado y ultrajado a nuestros soldados y civiles en los campos de concentración alemanes. Les daba de comer la gente que durante años había tenido muy poco que comer. Lo digo en forma cortés, por no decirlo de otra forma.

Me lo contaba mi abuela que durante toda su vida miraba el pan, como si se tratara del plato más delicioso del mundo. Durante la posguerra este pan escaseaba y la gente soviética, ella, en concreto, una ciudadana soviética, lo compartía con los prisioneros alemanes que habían quemado aldeas enteras, matado a niños, obligándoles a meterse en casas y prendiéndolas fuego. Le pregunté, “abuela, es que pasabais hambre, cómo podíais, tras haber vivido todo aquello, compartir vuestro pan con quienes os habían asesinado?”. ¿Y sabe, señor Scholz, qué fue lo que me dijo mi abuela? Me dijo, “Porque nos daban pena”. No es la pena que llamáis tolerancia, les tenían pena, es que les querían y tenían fuerza de espíritu como para compartir con el enemigo lo que tanto necesitaban ellos mismos.

En Occidente hace tiempo que se perdió toda noción de los valores verdaderos que se basan en el amor. Es imposible creer ahora que los países occidentales vayan a enviar tanques allí, donde ya causaron tantas desgracias y sufrimientos, exterminando a decenas de millones de personas. Igual de imposible es imaginar que conozcan lo que es el amor, el sufrimiento, la dignidad, el honor.

Recuerdo muy bien cómo en 2015 llegó a Volgogrado, formando parte de una delegación oficial el entonces Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier. Mostró señales de arrepentimiento y bajó la cabeza delante de las tumbas de soldados soviéticos y también alemanes que se quedaron para siempre en nuestra tierra. Dijo que aquello no debería repetirse nunca. Y ahora lo están repitiendo.

El día en el que se tomó la decisión sobre el envío a Ucrania de los Leopard, como dijo aquel diputado alemán, era histórico también porque acabó por evidenciar con una claridad inquebrantable que Alemania había perdido por completo su soberanía. Olaf Scholz para siempre firmó la renuncia a una política exterior alemana independiente. Renunció a todo lo que habían construido durante décadas sus antecesores después de la Segunda Guerra Mundial. Políticos que, dicho sea de paso, habían logrado éxitos.

Hay que decir que no nos sorprenderá que los Leopard no sean sustituidos en las FF.AA. alemanas por nuevas modificaciones del mismo modelo, sino por los Abrams de fabricación estadounidense, porque eso le beneficia a Washington, en primer lugar. Ya se puede dejar de consultarle a Berlín, ya “no está”. Ángela Merkel, en la medida de lo posible, intentó defender los intereses nacionales y mantener un equilibrio entre ellos y la intensísima presión ejercida en ella y en el pueblo alemán por la Administración de EEUU. Es como los estadounidenses tratan a los países ocupados.

Los objetivos de Washington fueron hechos públicos en 2022 durante las sesiones en el Congreso. La Vicesecretaria de Estado Victoria Nuland señaló que había que asestarle una derrota estratégica a Rusia.

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