CONVOCATORIA
Cada vez somos más mexicanos los que hemos debido abandonar nuestras casas, trabajo y comunidad. Lo hemos hecho contra nuestra voluntad, dejando costumbres y tradiciones ancestrales producto del esfuerzo familiar de años y generaciones enteras. En esa carrera por salvar la vida, hemos sufrido la pérdida de seres queridos, hemos visto fragmentarse nuestras familias.
El desplazamiento ha sido una constante a lo largo de varios siglos, desde la invasión a América, hemos sido sometidos a despojos de nuestras tierras y costumbres, obligándonos a buscar nuevos espacios para sobrevivir.
Varias organizaciones y comunidades desde los años ochenta hemos venido luchando por un cese al desplazamiento. En Huitzilan Puebla, la Unión Campesina Independiente (UCI) ha denunciado el hostigamiento, desaparición y violencia de la que han sido víctimas por parte de paramilitares y caciques para apropiarse de sus tierras.
Entre otros ejemplos vergonzosos y agraviantes podemos ver el despojo de los triquis del Municipio Autónomo de San Juan Copala, Oaxaca; el muy sonado caso de la masacre de Acteal, donde indígenas tzotziles fueron asesinados por un grupo paramilitar provocando el desplazamiento de toda la comunidad. En todos estos casos, con la intervención de paramilitares que actúan bajo el resguardo y la complacencia del Estado Mexicano.
Estos hechos se pueden considerar como un parte-aguas en las acciones del Estado para desplazar a la población civil de forma masiva.
El Estado, después del revés sufrido al intentar apoderarse de las tierras de Atenco mediante la expropiación, para construir un Aeropuerto (proyecto que incluía el desplazamiento de los pobladores originarios, campesinos en su mayoría con un arraigo muy fuerte a su tierra), afina su estrategia para instaurar sus proyectos. Esta estrategia ha comprendido, entre otras cosas, el fomento de grupos paramilitares y el traslado de la violencia de la “Guerra contra el narco” (entiéndase guerra entre narcos) a las comunidades; con lo que ha legitimado la presencia del ejército en gran parte del país, cumpliendo una función de hostigamiento a la población civil en su conjunto, y muy particularmente, a las organizaciones sociales.
México parece dispuesto a seguir el camino de Colombia, país que cuenta con el mayor número de desplazados internos de América. El Estado mexicano recibe asesoramiento de funcionarios colombianos, a la vez que ha enviado a efectivos policiales y militares a capacitarse en estrategias represivas al país del sur.
Desarraigados en nuestro propio país, víctimas de intereses económicos, políticos y militares, cargamos sobre nuestros hombros el peso de las masacres, las desapariciones forzadas, las torturas, violaciones sexuales, los allanamientos ilegales y los encarcelamientos arbitrarios; todos ellos reconocidos como delitos de lesa humanidad.
Tenemos claro que tras nuestro desplazamiento se encuentran los intereses mezquinos de los capitalistas locales, nacionales e internacionales, aliados con políticos y militares.
Nos desplazan para apoderarse de nuestras tierras y bienes, o para facilitar la construcción de grandes proyectos económicos y la explotación de recursos naturales de gran valor estratégico. Nos han expulsado por liderar procesos sociales de beneficio comunitario, o por expresar opiniones críticas sobre la realidad social, política y económica del país. El Estado, a quien responsabilizamos de nuestra suerte por acción u omisión, nos ignora, nos niega, nos reprime.
¿QUÉ HACER?
De nuestra parte, pese a las dificultades, nos hemos organizado en pequeños grupos, asociaciones, comités, asentamientos marginales, a lo largo y ancho de nuestra geografía, para hacer oír nuestra voz con más fuerza y buscar soluciones colectivas, lo cual consideramos como un logro. Sin embargo, aún nos encontramos dispersos, atomizados, sin referentes organizacionales de carácter regional o nacional. Nuestras demandas son locales y grupales, y por ello no hemos tenido la fuerza suficiente para hacer que el gobierno nos tome en serio. Por todo lo anterior, un sector organizado de la población desplazada mexicana, apoyado por organizaciones sociales amigas, nos hemos dado a la tarea de convocar y llevar a cabo el PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE DESPLAZADOS DE MÉXICO.
¿QUÉ NOS PROPONEMOS?
1) Pensar y decidir formas de organización y coordinación ante el desplazamiento.
2) Realizar una caracterización del desplazamiento forzado en México a partir de las experiencias de cada organización social.
3) Elaborar un diagnóstico nacional sobre el Desplazamiento Forzado y precisar criterios y mecanismos de prevención.
4) Construir un Pliego Nacional de Reivindicaciones ante el Estado Mexicano.
5) Elaborar un Plan de Acción conjunto a ser desarrollado en un mediano plazo.
6) Generar una estrategia en la defensa de los derechos humanos de los desplazados (a partir de priorizar la cultura de los mismos acompañado de una propuesta jurídica).
¿CÓMO PODEMOS PARTICIPAR?
El PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE DESPLAZADOS tiene un carácter amplio, democrático, pluralista y representativo. La idea es que participemos delegados de organizaciones de todo el país, para tener un mejor Encuentro, en cuestión organizativa, les pedimos a todas las comunidades, organizaciones y asistentes en general nos ayuden con los siguientes puntos:
1.Nos confirmen a la mayor brevedad su asistencia.
2.Envíen el nombre de su Organización y el de sus representantes para preparar su registro, así como también el medio de transporte en el que llegarán (mínimo 3 días de anticipación).
3.De ser posible, los representantes de cada organización nos envíen una nota con la información básica de la lucha que han venido dando, para tenerlos con anticipación programados.
Los puntos arriba mencionados tienen la finalidad de organizarnos de mejor manera la programación de comida, hospedaje y lugar de trabajo.
Es muy importante mencionar que el Primer Encuentro de Desplazados en México es autogestivo y surge de organizaciones y grupos sociales con la intención de visibilizar el gran problema que representa el Desplazamiento en México, ninguna de las organizaciones participantes cuenta con financiamiento de ningún tipo.
A realizarse:
El 23 y 24 de septiembre, en el Auditorio Che Guevara, Ciudad Universitaria, México D.F.
ORGANIZAN:
Unión Campesina Independiente, Municipio Autónomo de San Juan Copala, Oaxaca, Espacio Crítico de Reflexión y Acción, Brigada de Solidaridad Universitaria, Coordinadora de Movimientos Estudiantiles y Sociales – Nuestra América.
◦Dudas y aclaraciones Coordinadora de Movimientos Estudiantiles y Sociales – Nuestra América: cmeysnuestraamerica@gmail.com
Solidaridad
Aquellas personas que se quieran solidarizar con el encuentro, se necesitan: pastas, granos (arroz, frijol), verduras, enlatados, café, azúcar, leché en polvo, jarabes para hacer agua de sabor, agua, etc.
Centros de Acopio:
1) Local de la Coordinadora de Movimientos Estudiantiles y Sociales Nuestra América: Barricada 7 a un lado de la Galería Autónoma Che Guevara, frente a la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
2) Plantón de desplazados del Municipio Autónomo de San Juan Copala a un lado de la Catedral del Centro Histórico de la ciudad de México.
3) Cubículo de Radio Polakas, en el segundo piso del Edificio A de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), en la UNAM.
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