Pude conocerlo cuando solicité información a varios especialistas en la materia. Es de suponer que me asombré cuando conocí que no hacía falta una guerra mundial nuclear para que pereciera nuestra especie.
Bastaría una contienda nuclear entre dos potencias nucleares de las más débiles, como India y Pakistán -que entre ambas, sin embargo, reúnen mucho más de 100 armas de este tipo-, y la especie humana desaparecería.
Razonaré un poco con los elementos de juicio que me proporcionaron nuestros expertos en la materia, tomados de lo que ha sido expuesto por los más prestigiosos científicos del mundo.
Hay cosas que Obama conoce perfectamente bien:
“…una guerra nuclear entre EE.UU. y la Unión Soviética produciría un ‘invierno nuclear’.”
El debate internacional acerca de esa predicción, animado por el astrónomo Carl Sagan, obligó a los líderes de ambas superpotencias a enfrentarse a la posibilidad de que su carrera de armamentos no sólo los pusiera en peligro a ellos, sino también a la humanidad entera.
“…’los modelos elaborados por científicos rusos y norteamericanos mostraban que una guerra nuclear daría por resultado un invierno nuclear tremendamente destructivo para toda la vida en la tierra; saber eso representó para nosotros, para las personas de moral y honor, un gran estímulo…’.”
“…las guerras nucleares zonales podrían desencadenar una catástrofe global similar. Nuevos análisis revelan que un conflicto entre India y Pakistán en el cual se lanzaran 100 bombas sobre ciudades y áreas industriales -sólo el 0,4 por ciento de las más de 25 000 ojivas que hay en el mundo- generarían humos suficientes para arruinar la agricultura mundial. Una guerra regional podría causar pérdidas de vidas incluso en países alejados del conflicto.”
Con ordenadores modernos y modelos climáticos novedosos, nuestro equipo ha demostrado que no sólo eran correctas las ideas de los años ochenta, sino que los efectos durarían al menos 10 años, mucho más de lo que antes se creía [...] el humo incluso de una guerra regional recibiría calor del Sol y ascendería para permanecer suspendido durante años en la atmósfera superior, velando la luz solar y enfriando la Tierra.
“India y Pakistán, que entre ambas reúnen más de 100 cabezas nucleares…”
“Creen algunos que la teoría del invierno nuclear desarrollada en los ochenta ha caído en descrédito. Por eso quizá se sorprendan ante nuestra aseveración de que una guerra nuclear zonal, entre India y Pakistán, por ejemplo, podría devastar la agricultura en todo el planeta.
La teoría original estaba rigurosamente validada. Su fundamento científico tenía el respaldo de investigaciones realizadas por la Academia Nacional de Ciencias, por estudios patrocinados por las Fuerzas Armadas de EE.UU. y por el Consejo Internacional de Sindicatos Científicos, que incluían representantes de 24 academias nacionales de la ciencia y otros organismos científicos.
Quizás el enfriamiento no parezca cosa de particular preocupación. Pero conviene saber que una leve disminución de temperatura puede acarrear consecuencias graves.
“La cantidad total de cereales hoy almacenada en el planeta podría alimentar a la población mundial durante un par de meses (véase ‘Crisis alimentarias: ¿una amenaza para la civilización?’ por Lester R. Brown; INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, julio 2009).”
A veces, el humo de los grandes incendios forestales penetra en la troposfera y en la estratosfera inferior y es arrastrado a grandes distancias, generando enfriamiento. Nuestros modelos se acomodan también a esos efectos.
Hace 65 millones de años, un asteroide impactó en la península de Yucatán. La nube de polvo resultante, mezclada con el humo de los incendios, ocultó el Sol, matando a los dinosaurios. El volcanismo masivo, que a la vez se daba en la India, pudo haber agravado los efectos.
“…el creciente número de estados nuclearizados eleva las probabilidades de que se inicie una guerra, deliberada o accidentalmente.
Corea del Norte ha amenazado con guerra si no se deja de parar e inspeccionar sus barcos en busca de materiales nucleares.
Algunos líderes indios extremistas propugnaron atacar Pakistán con armas nucleares a raíz de los últimos ataques terroristas sobre India.
Irán ha amenazado con destruir Israel, ya potencia nuclear, que a su vez ha jurado no permitir jamás, que Irán se convierta en potencia nuclear.
Las dos primeras bombas nucleares conmocionaron tanto al mundo, que pese al masivo crecimiento desde entonces de esas armas, éstas nunca han vuelto a emplearse.
Una guerra nuclear es inevitable a partir del momento en que se cumpla el plazo del Consejo de Seguridad de la ONU; cualquier cosa puede suceder cuando el primer barco iraní sea inspeccionado.
En el marco del Tratado Estratégico de Reducción Ofensiva, EE.UU. y Rusia se comprometieron a dejar su arsenal en 1 700 y 2 200 las ojivas nucleares estratégicas desplegadas para finales de 2012.
Si esas armas se emplearan contra objetivos urbanos, matarían a centenares de millones de personas y una ingente humareda de 180 Tg inundaría la atmósfera del planeta.
El único modo de eliminar las posibilidades de una catástrofe climática es eliminar las armas nucleares.
Estuve reunido hoy al mediodía con cuatro especialistas cubanos: Tomás Gutiérrez Pérez, José Vidal Santana Núñez, el Coronel José Luis Navarro Herrero, Jefe de la Secretaría de Ciencia y Tecnología del MINFAR y Fidel Castro Díaz-Balart, con quienes analicé el tema que trato en esta Reflexión.
Solicité la reunión ayer 22 de agosto. No deseaba perder un minuto. Fue sin duda fructífera.
Agosto 23 de 2010
5 y 34 p.m.
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