Enrique Galván Ochoa
Como era de esperar, los dos aspirantes presidenciales priístas, el gobernador Peña Nieto y el senador Beltrones, salieron en defensa del presidente del PRI, Humberto Moreira, involucrado en un multimillonario desfalco en el gobierno de Coahuila que, para blindarse por todos lados, deja como heredero a su hermano Rubén. Según Peña Nieto, los opositores al PRI recurren a las filtraciones, a los rumores, con la intención de cobrar fuerza política, pero lo fundamental “es no caer en ese juego de los que son contrarios al tricolor”. Por su lado, don Beltrone acusó al gobierno federal de realizar estrategias político-electorales rumbo a 2012, para perjudicar al líder priísta. Moreira recibió el gobierno con una deuda de 320 millones de pesos y lo entregó endeudado con 33 mil 867 millones. Al parecer mintió a las agencias calificadoras Standard & Poor’s y Fitch, a efecto de obtener préstamos bancarios. Al descubrirse el engaño, bajaron su calificación, por lo que el nuevo gobierno deberá pagar una tasa de interés más alta. En otras palabras, Moreira entrega Coahuila en quiebra impunemente. Dice que ya no quiere hablar sobre el tema. “Si quieren seguir con eso… vamos a hablar de las deudas de muertes”. Se refiere a las más de 50 mil muertes que será el legado del gobierno calderonista. Cuestiona que sus críticos sean políticos como el ex titular del IMSS Juan Molinar Horcasitas quien, dijo, es incapaz de hablar de la deuda que dejó con la guardería ABC y los 49 niños calcinados. Moraleja moreiriana: todos están embarrados, por lo tanto, ninguno puede actuar contra otro. ¡Chispas! Me parece increíble estar escribiendo estos renglones. ¿A qué profundidades de corrupción y cinismo ha resbalado México para que sucedan cosas así?
Nota completa en:
http://www.jornada.unam.mx/2011/08/24/opinion/012o1eco
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