Los Brigadistas #6
Del 20 de abril de 1999 al 6 de febrero de 2000, el movimiento estudiantil desarrolló en
La batalla no fue fácil, ni estuvo exenta de errores, pero una característica que la marcó de principio a fin, fue la decisión de miles de estudiantes de bajos recursos de poner en juego todo, incluso la libertad o la vida, por defender un derecho para los que venían detrás. Esa histórica huelga fue encabezada por un sector de estudiantes a los que no pudieron detener las autoridades prometiéndoles que las medidas impuestas no les serían aplicadas a ellos. Los estudiantes de entonces no pelearon por un beneficio para ellos mismos; no estaban dispuestos a permitir que sus hermanos, sus vecinos, sus hijos, en una palabra, los suyos, fueran expulsados de una vez y para siempre de
Las cuotas aprobadas por el rector Barnés y su Consejo Universitario, eran de $680 semestrales para bachillerato y $1 020 para licenciatura. No representaban un aumento significativo en los ingresos de
La huelga exigió seis demandas: 1. Derogación del Reglamento General de Pagos y establecimiento de la gratuidad de la educación, 2. Derogación de las reformas de 1997, 3. Desmantelamiento del aparato policíaco de espionaje y represión, 4. Desvinculación total de
En las asambleas se nombraron representantes de cada escuela y facultad para construir una instancia representativa de dirección de la huelga. El 20 de abril nace el CGH, organismo que a partir de ese momento fue reconocido por los huelguistas como el único interlocutor válido de su movimiento y al seno del cual se desarrollaron intensas y acaloradas polémicas. Uno de los pilares que sostuvieron la huelga estudiantil, fue el apoyo de los de abajo. Los estudiantes con sus brigadas, su propaganda, sus marchas zonales y sus grandes movilizaciones centrales, lograron crear una inmensa valla invisible para proteger su movimiento: la valla del respaldo popular.
El gobierno no pudo doblegar la resistencia estudiantil pero tampoco estaba dispuesto a aceptar su derrota. Optó por romper la huelga y encarcelar a casi mil universitarios. Para preparar las condiciones que le permitieran esa represión, Zedillo puso a De
El 6 de febrero a las 6 am,
Es verdad que el gobierno rompió la huelga del CGH, pero el costo político de esa acción lo obligó a aceptar y respetar las demandas del movimiento porque el pueblo no le perdonó que reprimiera a sus mejores hijos. Las cuotas no aumentaron y en ese momento se echaron abajo los cobros ilegales, las reformas del 97 se suspendieron,
La huelga del CGH cambió la correlación de fuerzas dentro de la universidad. Gracias a ello, hoy se mantienen proyectos estudiantiles que buscan brindar mejores condiciones de ingreso y permanencia en
¡Ahora nos toca a los nuevos estudiantes retomar las banderas del CGH y continuar esa lucha!
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