Dossier 1. Para entender lo que está pasando en Palestina

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Dossier #5 - Para entender lo que está pasando en Ucrania

 

Dossier #5

Para entender lo que está pasando en Ucrania

 

Contenido:

  • Sergey Glazyev: Los resultados de la agresión estadounidense que son positivos para Rusia

  • 9 de mayo, Día de la Victoria. Rodolfo Bueno

  • Una carta abierta al pueblo estadounidense, mientras Rusia celebra su victoria en la Segunda Guerra Mundial sobre los nazis. Scott Ritter

  • Switcheroo de Scott Ritter: "Por qué he cambiado radicalmente mi evaluación general". Mike Whitney

  • El “odio vaticano” y la rusofobia. Slobodan Antonic

  • Entrevista a Nikolay Patrushev: Occidente ha creado un imperio de mentiras que presupone la destrucción de Rusia. Iván Egórov

  • Geopolítica de la fragmentación. El regreso del Estado, la crisis del neoliberalismo y los efectos sobre América Latina y el Caribe. Jorge Elbaum


Sergey Glazyev: Los resultados de la agresión estadounidense que son positivos para Rusia

https://www.stalkerzone.org/ 

Especialmente para las personas pensantes, lectores habituales de este canal, describiré brevemente las razones de la monstruosa guerra que se desplegó ante nuestros ojos en Ucrania. No hay nada peor que una guerra entre grupos sociales de un mismo pueblo. En este caso, el nuestro, el pueblo ruso, que durante siglos se formó en el territorio de la actual Ucrania, que en un momento, por iniciativa de Lenin, comprendía Malorossiya, Novorossiya y Carpatho-Rusia.

Crecí en Zaporozhye, cerca de donde ahora se están librando fuertes combates para destruir a los nazis ucranianos, que nunca existieron en mi pequeña patria. Estudié en una escuela ucraniana y conozco bien la literatura y el idioma ucranianos, que desde un punto de vista científico es un dialecto del ruso. No noté nada rusofóbico en la cultura ucraniana. En los 17 años de mi vida en Zaporozhye, nunca conocí a un solo banderista. Se consideraba una palabra ofensiva y por su uso para referirse a alguien uno podría ser fuertemente criticado. Ni en una pesadilla, se podría soñar que viviríamos para ver el estado actual de los feroces combates entre las fuerzas armadas de Rusia y Ucrania.

Nuestro presidente ha dicho muchas veces que los rusos y los ucranianos son una sola nación. Desde el punto de vista de la ciencia histórica, lingüística, arqueológica, etnográfica y genética, esto es un hecho comprobado. Fue dividida artificialmente después del colapso de la URSS. En las tres décadas que sucedieron a este hecho, según nuestro presidente la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX, se desarrollaron procesos patológicos en la conciencia pública del pueblo ruso de Ucrania, que los condujo a una enfermedad grave y mortal: la rusofobia. ¿Cómo pudo pasar esto?

Una vez más, me refiero a mi libro “La última guerra mundial: Estados Unidos comienza y pierde”, publicado en 2016, en el que se predijo con precisión el estado actual de las cosas. Uno de los capítulos de este libro, que revela las causas de la agresión estadounidense, se llama “¿Por qué Ucrania?”. Recomiendo este libro a todos los que quieran entender los trágicos acontecimientos que están sucediendo en la actualidad, así como el libro anterior "Catástrofe ucraniana", que fue prohibido en Ucrania por la censura estadounidense. A continuación, describiré las principales disposiciones de estos trabajos, que se basan en una comprensión de los patrones de largo plazo del desarrollo económico.

Como se dice, no hay nada más práctico que una buena teoría. La teoría del desarrollo económico de largo plazo que he estado desarrollando durante muchos años, que revela los patrones de cambios periódicos en las estructuras tecnológicas y económicas mundiales, hizo posible prever muchos eventos dramáticos e inesperados: el aumento y la caída de los precios del petróleo en la década de 2000; la crisis financiera mundial de 2008; el desencadenamiento por parte de Washington de una guerra mundial híbrida contra China y Rusia, que incluye desde una guerra comercial contra China y una escalada de sanciones financieras contra Rusia, hasta el cultivo de un régimen rusofóbico-nazi en Ucrania y el actual conflicto armado.

Desafortunadamente, casi todas las predicciones hechas sobre la base de mi teoría del desarrollo económico de largo plazo han sido confirmadas por completo. 

Desafortunadamente, porque el curso trágico de los acontecimientos que involucraron a nuestro país en un estado de conflicto armado con Ucrania pudo haberse evitado si aquellos en el poder hubieran escuchado estos pronósticos e implementado medidas científicamente sólidas para bloquear la agresión estadounidense, las cuales fueron propuestas repetidamente por el autor, incluso en las publicaciones indicadas. Estas medidas se han vuelto aún más relevantes hoy en día. Si el médico dio un diagnóstico y un pronóstico para el desarrollo de la enfermedad que fueron confirmados por completo, entonces es lógico hacer caso de las recetas y los métodos de tratamiento que ofrece. Especialmente si la enfermedad ya ha llevado a patologías cargadas de muerte.

Comencemos con un breve resumen de los fundamentos teóricos. Actualmente vivimos un período de cambio en los patrones tecnológicos y mundiales, lo cual va siempre acompañado de crisis económicas estructurales y guerras mundiales, respectivamente. El cambio de patrones tecnológicos comienza con múltiples aumentos a los precios de la energía, tras lo cual las economías de los principales países del mundo se sumergen en un estado de depresión prolongada, de la cual la salida se produce mediante una “tormenta de innovaciones” tras el desplome de las burbujas financieras resultantes del flujo de capital de industrias obsoletas al mercado financiero. Durante este período, las tensiones político-militares escalan y la carrera armamentista impulsa a la economía a entrar en una nueva ola larga de crecimiento basada en un nuevo orden tecnológico. Durante este período, se abre una ventana de oportunidad para el avance económico de nuevos líderes tecnológicos sin la carga de capital inmovilizado en industrias obsoletas. Este período está terminando actualmente con el salto post-COVID de China e India como los líderes del desarrollo técnico y económico mundial basado en un nuevo orden tecnológico, cuyo núcleo es un complejo de nano-tecnologías digitales, aditivas y cognitivas, bioingeniería e información. 

Al mismo tiempo, se está desarrollando una transición hacia un nuevo orden económico mundial, cuyo núcleo también se formó en el sudeste asiático sobre la base de un nuevo sistema convergente para gestionar el desarrollo socioeconómico, que combina la planificación estratégica centralizada y la competencia de mercado, el control del estado sobre la infraestructura financiera y material, y la iniciativa empresarial privada, en una estrategia en la que el estado integra los intereses de varios grupos sociales en torno al objetivo común de aumentar el bienestar de las personas sobre la base de un desarrollo económico rápido. Como siempre sucedió en tales períodos, la élite gobernante de los países centrales del orden económico mundial saliente provoca una guerra mundial para mantener su hegemonía global. En nuestro caso, la élite del poder y financiera estadounidense está desplegando una guerra híbrida con el objetivo de instaurar el caos en los países que no controla, incluidos los líderes del nuevo orden mundial económico y tecnológico.

Objetivamente, los principales rivales de EE. UU. y la UE son China e India, cuyas tasas de desarrollo son muchas veces más altas y que forman el núcleo de un nuevo orden económico mundial, que ya producen y exportan más productos. Pero la élite gobernante subjetiva de EE. UU. y la UE busca aplastar a Rusia, viéndola tradicionalmente como su principal adversario geopolítico. Al mismo tiempo, eligieron Ucrania como la dirección del golpe principal, de acuerdo –nuevamente– con sus ideas geopolíticas de siglos pasados. Aquí siguen claramente los preceptos de Brzezinski, Hitler y Bismarck, así como de las coronas austríaca e inglesa, que desde hace dos siglos intentan arrancar Ucrania de Rusia, desgarrando el mundo ruso en partes antagónicas con el objetivo de su posterior aniquilamiento en una guerra interna. Pero hoy, al tratar de infligir el máximo daño sobre nosotros para mantener su hegemonía global, están fortaleciendo significativamente la posición de China, a favor de la cual se está desplazando la explotación de los recursos naturales rusos y el mercado de la UEEA. Este error geopolítico catastrófico para Ucrania de los líderes occidentales acelera drásticamente el cambio de las estructuras económicas mundiales y el ascenso del sudeste asiático en relación con la alianza del Atlántico Norte.

Debido a las leyes objetivas del cambio en las estructuras económicas mundiales, Estados Unidos perderá la guerra híbrida mundial desatada por ellos. En un ataque de rusofobia, ya han jugado su as de triunfo contra Rusia: el tema de la moneda mundial. Después de las “sanciones infernales” impuestas contra Rusia, con el arresto de todos los activos rusos en dólares, euros, libras y yenes, estas monedas perdieron automáticamente su condición de monedas de reserva mundial. El resto de los países se encuentran ante la urgente necesidad de crear un nuevo sistema monetario y financiero independiente de ellos. Rusia podría tomar la iniciativa en este proceso, si no fuera por el dominio de los agentes de influencia estadounidenses en el sector bancario y financiero.

El libro “La Última Guerra Mundial”, publicado hace 6 años, fundamentaba la necesidad de crear una coalición anti-guerra amplia basada en:

 una negativa a utilizar el dólar como moneda mundial;

 la introducción de un embargo sobre la importación de equipos de cómputo y el uso de tecnologías de la información y la comunicación a los países que se nieguen a concluir una convención mundial contra el ciberterrorismo (principalmente los Estados Unidos);

 la imposición de sanciones contra los países que violen la convención internacional sobre la prohibición del desarrollo y uso de armas biológicas (ahora es obvio que esto también es Estados Unidos).

Si hace 6 años los líderes de los países SCO y BRICS, objetivamente interesados en prevenir la guerra híbrida global desatada por los Estados Unidos, hubieran comenzado a implementar estas propuestas, hoy la agresión estadounidense se habría estancado. Si se hubieran implementado las propuestas justificadas por el autor en 2014 para proteger no solo a Crimea, sino también a las otras nueve regiones del sur y este de Ucrania de los títeres rusofóbicos estadounidenses que tomaron el poder en Kiev, entonces no sería requerida ninguna operación militar. La población de estas regiones se dirigió a nosotros con un llamado para protegerlos de los nazis plantados por las agencias de inteligencia estadounidenses.

Durante los 8 años de ocupación por parte de los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos, se reformuló la conciencia pública de la población ucraniana y la generación más joven se crió con un espíritu rusofóbico. La geopolítica estadounidense no dejó a los líderes rusos otra opción que lanzar una operación militar especial para evitar el exterminio masivo del pueblo ruso en Donbass. Se declararon los objetivos correctos de la desnazificación y desmilitarización de Ucrania. El problema, sin embargo, es que esto es exactamente lo que el enemigo esperaba de nosotros, arrinconándonos con las fuerzas nazis ucranianas que ellos procrearon. Tan pronto comenzamos a destruirlos, fuimos golpeados por recursos de información preparados previamente y sanciones monetarias y financieras.

Es muy importante entender que la iniciativa en los principales frentes de la guerra híbrida global –informativo-cognitivo y monetario-financiero- pertenece enteramente al enemigo, y la guerra va de acuerdo a su escenario planeado de antemano. Estas sanciones se habrían dado en cualquier caso: si no hubiéramos lanzado una operación militar especial nosotros mismos, nos habríamos visto obligados a hacerlo por un ataque de las Fuerzas Armadas de Ucrania en Donbass en condiciones mucho peores. Pero nos encontramos en una trampa tendida por los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos, que inundaron los medios de comunicación mundiales con una serie de asesinatos en masa de ciudadanos ucranianos organizados bajo su dirección por el ejército ucraniano, atribuidos al ejército ruso. De esta manera, están ganando la batalla de la opinión pública mundial contra nosotros, y también se han llevado más de un billón de activos rusos ubicados en su jurisdicción. Esto también podría haberse evitado si nuestras autoridades monetarias hubieran seguido las recomendaciones justificadas en el libro anterior.

Sin embargo, a pesar de la derrota en el frente cognitivo y de la información y las fuertes pérdidas en el frente monetario y financiero, Rusia se ha fortalecido significativamente en el frente interno. En primer lugar, la influencia de la quinta columna de agentes de influencia estadounidenses se ha debilitado drásticamente; aunque la oligarquía compradora, en su afán por quedarse con los ahorros exportados desde Rusia, salta de los pantalones para demostrar su lealtad a Washington y Londres, allí se les ve como una carta gastada. Muchos agentes de influencia extranjeros, que diariamente envenenaban la conciencia pública en los medios, simplemente huyeron. En segundo lugar, como resultado de las sanciones impuestas, se canceló automáticamente la regla presupuestaria según la cual las ganancias del presupuesto por petróleo y gas se invertían en las obligaciones de los países de la OTAN. Ahora estos cientos de miles de millones de rublos están a disposición del gobierno y pueden gastarse con fines constructivos. En tercer lugar, con sus sanciones, el enemigo detuvo la exportación de capital desde Rusia, lo que crea oportunidades financieras para duplicar las inversiones en el desarrollo de su propia economía. Cuarto, libre de la manipulación de los especuladores estadounidenses, el rublo se ha fortalecido significativamente incluso sin reservas de divisas. Y debido a la prohibición de transacciones en dólares y euros, se convierte en moneda de reserva regional. En quinto lugar, la retirada voluntaria de empresas occidentales del mercado ruso abre oportunidades antes impensables para la sustitución de importaciones. 

Si aprovechamos correctamente todos estos resultados positivos de la agresión estadounidense a Rusia, entonces, en lugar de la caída de la actividad económica prevista en un 10% del PIB este año, podemos obtener el 10% de su crecimiento. Pero para esto es necesario reconstruir todo el sistema de gestión del desarrollo de la economía rusa sobre la base de los principios del nuevo orden económico mundial. La inclusión de la política monetaria debe convertirse en parte de la planeación estratégica, así como el sistema bancario debe trabajar para invertir en lograr las metas de desarrollo socioeconómico planificadas por el Estado.

Al calor de las sanciones antirrusas, Estados Unidos se instaló por la fuerza, desacreditando no solo al dólar y socavando la confianza en el sistema monetario y financiero mundial basado en él, sino también dándonos la oportunidad de aportar evidencia irrefutable de violaciones a los convenios internacionales sobre la prohibición de las armas biológicas, así como de la falsedad total de su política informativa. Si es realmente imposible engañar a todo el mundo todo el tiempo, entonces, pronto quedará expuesto el liderazgo de EE. UU. en violaciones de las normas fundamentales de seguridad internacional, las mentiras totales de sus declaraciones y posición internacional y, en última instancia, en crímenes de lesa humanidad. Este debería ser el centro de nuestra política exterior. La solidez aparente del bloque de la OTAN puede verse socavada por nuestra política activa y coherente en este sentido. Las condiciones también están maduras para la formación de una coalicíon anti-guerra alrededor de las áreas expuestas con anterioridad: convenios internacionales sobre ciberseguridad y seguridad biológica.

En otras palabras, hay buenas oportunidades para nuestra contraofensiva en la guerra híbrida global. En sus frentes principales, el enemigo ha agotado sus fuerzas principales y ya no puede infligirnos daño. Tras el arresto de todos los activos rusos bajo su jurisdicción, no tenemos otra opción que crear nuestro propio sistema monetario y financiero soberano capaz de multiplicar la actividad de inversión e innovación en nuestra economía. Después de fabricar ríos de noticias falsas obvias sobre crímenes de guerra en Ucrania, se ha llegado a un límite, después del cual la conciencia pública comienza a aclararse y comienza a comprender, gradualmente, que estos crímenes fueron cometidos por el ejército ucraniano bajo la guía de curadores estadounidenses y británicos. Tras el bloqueo de las relaciones económicas exteriores de Rusia con la UE, en esta última se intensifican los procesos de crisis económica, que pronto serán suplementados por problemas sociales debidos a la inevitable nueva ola de refugiados hambrientos de África.

El mundo occidental se encuentra hoy al borde de una catástrofe, que estuvo muy cerca debido a las sanciones antirrusas que resultaron suicidas para Europa y a la guerra desatada por los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses en Ucrania. Solo necesitamos aguantar; no sucumbir a las sanciones, porque no se detendrán; no dejar los territorios liberados del mundo ruso en Ucrania, porque allí vive el pueblo ruso, cuyo apoyo realmente necesitamos; no negociar con los títeres norteamericanos, porque ellos seguramente volverán a engañar; no dejarnos engañar por las ofertas de retroceder a cambio de un descongelamiento de activos porque es ilegal y estas decisiones deben ser impugnadas; no devolver dólares, euros y libras a nuestra economía, porque esto conducirá a la reanudación de la exportación de capitales.

Y construir rápidamente un sistema moderno de gestión del desarrollo económico basado en el nuevo orden económico mundial, que ha demostrado su valía de manera brillante en China, India y otros países. Crear coaliciones con ellos para la rápida formación de un nuevo sistema monetario, financiero, comercial y económico mundial independiente de los Estados Unidos y sus satélites. Cómo hacer esto se describe en mis libros. Para no buscar, volveré a referirme a los libros “Salto al Futuro” y “Gestión del Desarrollo Económico”, donde, con base en la teoría fundamental del desarrollo económico de largo plazo, se fundamentan propuestas para la transición a una política de desarrollo avanzado de nuestra economía basada en un nuevo orden tecnológico mediante la creación de instituciones de un nuevo orden económico mundial.

Mi teoría del desarrollo económico de largo plazo como un proceso de cambio de las estructuras tecnológicas y económicas mundiales funciona. Los pronósticos desarrollados sobre su base se hacen realidad y las medidas propuestas aportan beneficios tangibles. Me gustaría mucho que los lectores de nuestro canal, entre los cuales probablemente haya jóvenes especialistas en el campo de la gestión, la pongan en práctica.

 

 

 

 

9 de mayo, Día de la Victoria

Rodolfo Bueno

 

https://rebelion.org/9-de-mayo-dia-de-la-victoria-2/ 

 

No se cumplieron las expectativas alemanas de conquistar el mundo porque la Wehrmacht encontró en la URSS una resistencia que jamás esperó.

El 9 de mayo de 1945 finalizó la Segunda Guerra Mundial, conflicto que se desarrolló en lo fundamental en el frente soviético-alemán, donde se libraron las más importantes y decisivas batallas que resquebrajaron la espina dorsal de la Werhmacht, las Fuerzas Armadas de Alemania Nazi, el más potente complejo militar bélico creado por el hombre. No se cumplieron las expectativas alemanas de conquistar el mundo porque la Wehrmacht encontró en la URSS una resistencia que jamás esperó.

El 18 de diciembre de 1940, luego de apoderarse de Europa continental, Hitler firmó la orden para desarrollar el Plan Barbarrosa, que contemplaba la destrucción de la URSS en tres o cuatro meses. El alto mando alemán estaba tan convencido del éxito del Plan Barbarossa que para después de su cumplimiento planeaba, a través del Cáucaso, la toma de Afganistán, Irán, Irak, Egipto y la India, donde las tropas alemanas se debían encontrar con las japonesas; esperaba también que se les unieran España, Portugal y Turquía. Dejaron para después la toma de Canadá y EEUU, con lo que Alemania lograría el dominio total del mundo.

La orden de poner en ejecución el Plan Barbarossa la dio Hitler cuando trabajaban para la Wehrmacht cerca de 6.500 centros industriales europeos y en las fábricas alemanas laboraban 3’100.000 obreros especialistas extranjeros. Alemania poseía en ese entonces dos veces y media más recursos que la URSS y era la más poderosa potencia imperialista del planeta; lo acompañaron en esta mortífera aventura muchos otros estados europeos y numerosos voluntarios del resto del mundo.

La guerra que Alemania desató en la URSS fue una guerra de exterminio contra los pueblos eslavos, gitanos y judíos, que para los nazis eran pueblos inferiores y ocupaban el espacio vital que les pertenecía a ellos, que eran de raza superior; por eso el elevado número de civiles muertos y los crímenes horripilantes que hubo en los territorios ocupados de la Unión Soviética, algo que no se dio en el resto de Europa.

La guerra de Alemania contra la URSS era esperada, pero las fechas notificadas por los servicios secretos soviéticos sobre su inicio no coincidían, algunas eran reales y otras erróneas. El domingo 22 de junio de 1941, exactamente a las cuatro de la madrugada, Alemania dio inicio al Plan Barbarossa. Un ejército jamás visto por su magnitud, experiencia y poderío, se lanzó al ataque en un frente de más de 3.500 kilómetros de extensión, desde el mar Ártico, en el norte, hasta el mar Negro, en el sur. Era un total de 190 divisiones, cinco millones y medio de soldados, 4.000 tanques, 4.980 aviones y 192 buques de la armada nazi.

El 24 de junio de 1941, el entonces Senador Harry Truman declaró al New York Times: “Si vemos que gana Alemania, entonces debemos ayudar a Rusia y si comienza a ganar Rusia, entonces debemos ayudar a Alemania. De esta manera, ojalá se maten entre ellos, entre más mejor. Aunque yo no quiero la victoria de Hitler bajo ninguna circunstancia”. Esta era la mentalidad de quien a la muerte de Roosevelt ocuparía la presidencia de EEUU.

Las expectativas alemanas del plan Barbarossa fracasaron porque la Wehrmacht encontró en la URSS una resistencia que los desesperó desde el mismo inicio de la guerra. El General Galdera, jefe de Estado Mayor de las tropas terrestres de Alemania, escribió: “Los rusos siempre luchan hasta la última persona”. Es que desde el primer día de guerra, la población soviética se aglutinó bajo la consigna: “¡Todo para el frente, todo para la victoria!” Con la finalidad de defender a su patria, los trabajadores laboraron sin descanso, los poetas escribieron poemas motivadores, los compositores crearon música inspirada, los artistas se presentaron en todos los frentes, los campesinos obtuvieron los mejores frutos de la tierra, los ingenieros inventaron novedosos instrumentos de combate y los soldados entregaron su vida en aras de la libertad. Nadie permaneció indiferente.

En los primeros meses de guerra, los grupos “Centro” y “Norte” de la Wehrmacht lograron acercarse a Moscú y Leningrado, dos de sus principales metas; nada parecía capaz de detener a este monstruo apocalíptico, cuyas botas habían pisado casi toda Europa. Sin embargo, el primer fracaso del Plan Barbarrosa se dio cuando la Wehrmacht fue derrotada en las puertas de Moscú y no pudo desfilar el 7 de Noviembre de 1941 por la Plaza Roja, tal cual había sido planificado, sino que lo hizo el Ejército Soviético, después los soldados se dirigieron al frente y ganaron la Batalla de Moscú; cosechaban el ejemplo del Mayor Klochkov, que se arrojó debajo de un tanque alemán con granadas en las manos exclamando: “Aunque Rusia es inmensa, no hay a donde retroceder, ¡detrás está Moscú!”

Sobre esta batalla el General Douglas MacArthur escribe: “En mi vida he participado en varias guerras, he observado otras y he estudiado detalladamente las campañas de los más relevantes jefes militares del pasado. Pero en ninguna parte había visto una resistencia a la que siguiera una contraofensiva que hiciera retroceder al adversario hacía su propio territorio. La envergadura y brillantez de este esfuerzo lo convierten en el logro militar más relevante de la historia”.

La siguiente victoria soviética se dio en la Batalla de Stalingrado, la más sangrienta y encarnizada que se conoce, la suma total de las perdidas por ambas partes supera con creces los dos millones de soldados muertos; se prolongó desde el 17 de julio de 1942 hasta el 2 de febrero de 1943, cuando, luego de ininterrumpidos y feroces combates, culminó con la victoria del Ejército Rojo sobre el poderoso Sexto Ejército Alemán, comandado por el General Paulus, algo que nadie en el mundo occidental esperaba.

Sobre la Batalla de Stalingrado, el General alemán, Dorr, escribió: “El territorio conquistado se medía en metros, había que realizar feroces acciones para tomar una casa o un taller… Estábamos frente a frente con los rusos, lo que impedía utilizar la aviación. Los rusos eran mejores que nosotros en el combate casa por casa, sus defensas eran muy fuertes”. El General Chuikov fue el que ideó esta forma de lucha, en la que el espacio de separación de sus tropas de las alemanas jamás excedía el radio de acción de un lanzador de granadas.

El 19 de noviembre de 1942 comenzó la operación Urano, ofensiva soviética que fue preparada en el mayor de los secretos, por lo que fue inesperada para los alemanes, el objetivo donde convergían las tenazas de la ofensiva era el pueblo de Kalach y su puente. Al cuarto día, el 23 de noviembre, 330.000 soldados alemanes fueron cercados en un anillo de entre 40 a 60 kilómetros de amplitud.

El 30 de enero, Hitler ascendió al rango de Mariscal de Campo al General Paulus. En realidad, el acenso era una orden de suicidio, pues en la historia de las guerras no hubo un sólo caso en el que un mariscal de campo cayera prisionero. Pero Paulus no tenía la intención de dispararse por ese cabo bohemio, como informó a sus generales, y prohibió hacerlo a los demás oficiales, que debían seguir la suerte de sus soldados.

El 2 de febrero de 1943, luego de arduos combates en los que fracasaron todos los intentos por romper el cerco, cesó la resistencia alemana en Stalingrado. El Ejército Soviético capturó un mariscal de campo, 24 generales, 25.000 oficiales y 91.000 soldados. Paulus fue hecho prisionero y en 1944 se unió al Comité Nacional por una Alemania Libre. En 1946 fue testigo en los Juicios de Núremberg. Antes de partir hacía Dresde, donde fue jefe del Instituto de Investigación Histórica Militar de la República Democrática Alemana, declaró: “Llegué como enemigo de Rusia, me voy como un buen amigo de ustedes”. Murió en Dresde el 1 de febrero de 1957.

En la batalla de Stalingrado, la Wehrmacht perdió cerca de un millón de hombres, el 11% del total de todas las pérdidas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, el 25% de todas las fuerzas que en esa época operaban en el Frente Oriental. Fue la peor derrota sufrida por el Ejército Alemán durante toda su historia. En Memorias de un Soldado, el General Heinz Guderian escribe: “Después de la catástrofe de Stalingrado, a finales de enero de 1943, la situación se hizo bastante amenazadora, aún sin la intervención de las potencias occidentales”.

La Batalla de Stalingrado fue el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial y resultó una auténtica catástrofe militar para los alemanes, cuyas tropas no pararían de retroceder hasta rendirse ante el Mariscal Zhúkov en Berlín, dos años y cuatro meses después. La victoria Stalingrado marcó el inicio de la derrota de Alemania, sentó las bases para la expulsión masiva de los invasores del territorio soviético, desbarató los planes alemanes, resquebrajó su sistema de alianzas y llenó de esperanzas a todos los pueblos de los países que luchaban contra el fascismo. La casi totalidad del material militar que se empleó fue fabricado en las fábricas que los técnicos de la Unión Soviética habían trasladado desde la zona central de Rusia hasta el otro lado de los Urales, con los alemanes pisándoles los talones.

La siguiente derrota alemana se produjo en la Batalla de Kursk, en la que, según Hitler, los alemanes “debían recuperar en el verano lo que habían perdido en el invierno”. Para ese entonces, el Frente Oriental se había estabilizado a lo largo de una línea que comenzaba en el Golfo de Finlandia, continuaba en el centro a unos 500 km de Moscú y terminaba en el sur, en el mar de Azov. El frente formaba una curva a la altura de la ciudad de Kurks, desde este arco los soviéticos se proponía liberar Oriol y Briansk. Los alemanes decidieron desatar una ofensiva, tanto desde el norte como desde sur de este arco, para encerrar en su interior a grandes concentraciones de tropas soviéticas; con este fin planificaron la operación “Ciudadela”.

Para ganar la batalla crearon nuevos tipos de tanques Tigres, los mejores que fabricó Alemania durante la guerra, carros de combate tipo Pantera y cañones Ferdinand, concentró 900.000 soldados, 10.000 cañones y morteros, 2.700 tanques y más de 2.000 aviones. La operación no correspondía a las posibilidades reales de la Wehrmacht, que no había apreciado correctamente las relaciones de fuerza en el Frente Oriental, donde los soviéticos habían construido 4.240 km de trincheras en Vorónezh y otra cantidad semejante en la frente central. La longitud total de las trincheras abiertas en el arco de Kursk podría cubrir la distancia entre San Francisco-Washington-Montreal.

El 5 de julio de 1943 comenzó la batalla. Los alemanes confiaban en que sus fuerzas romperían las defensas rusas tanto en el norte como en el sur, pero su ofensiva terminó en un rotundo fracaso. La contraofensiva soviética marcaría el fin del último intento alemán de recuperar la iniciativa en el Frente Oriental, iniciativa que a partir de ese momento quedó en manos del Ejército Soviético.

En la Batalla de Kursk se exterminaron las mejores unidades del ejército alemán, aquellas que luchaban bajo la consigna de vencer o morir, se enterró también el mito de que el invierno ruso era el que ayudaba al Ejército Rojo; también fue la mayor batalla de tanques de la historia, participaron 6.900 tanques de ambos bandos. El General Guderian escribe en Memorias de un soldado: “Sufrimos una derrota demoledora en Kursk. Las tropas blindadas, que habían sido repuestas con gran esfuerzo como consecuencia de las grandes pérdidas de hombres y de material de guerra, quedaron fuera de servicio por largo tiempo. Era imposible restituirlas a tiempo para… el caso del desembarco con el que los aliados amenazaban para la primavera siguiente. Como consecuencia del fracaso del plan Ciudadela, el frente oriental absorbió todas las fuerzas que estaban emplazadas en Francia”.

La victoria soviética de Kursk demostró a los aliados de Occidente que si no desembarcaban en Europa, la URSS sola era capaz de derrotar a Alemania; fue el factor decisivo para que no se aplace más el desembarco en Francia.

La Venecia del Norte, como también es conocida San Petersburgo, fue fundada en 1703 por Pedro I, el Grande, y dio a Rusia salida al mar Báltico. Ha sido la cuna de grandes pensadores y poetas: Pushkin, Gogol, Dostoievski, Blok y muchos más. Es también una de las ciudades más bellas del planeta: El Palacio de invierno, el Hermitage, la Catedral de San Isaac, el Palacio de Pedro… son monumentos de belleza sin par. Pero cuando se menciona su nombre, se debe recordar que sus hijos realizaron el acto de resistencia más grandioso de la historia, ante el cual es poco todo lo que se diga. Nadie podrá nunca narrar con exactitud lo que durante la Segunda Guerra Mundial aconteció en esta Ciudad Heroica, símbolo del valor del pueblo soviético. Que el heroísmo de sus habitantes, que el sacrificio de sus hijos más nobles ilumine a los futuros luchadores por la libertad, que el más de medio millón de víctimas que yacen en el grandioso cementerio de Piskariovskoye logren la paz eterna, cuando vean que el nazi-fascismo no existe más sobre este mundo.

La conquista de Leningrado, así se llamaba San Petersburgo, fue parte importante del Plan Barbarossa. Esta ciudad sufrió un bloqueo de 872 días, pero el 18 de enero de 1943, el Ejército Rojo lo rompió parcialmente mediante una operación que Stalin denominó Iskrá, chispa en español, que comenzó seis días antes y conectó a Leningrado con el resto de la URSS. Cerca de un año después, el 27 de enero de 1944, el Ejército Soviético liberó la ciudad, rompiendo el bloqueo por completo.

Los sueños de Hitler de ocupar Leningrado o borrarla de la faz de la tierra no se hicieron realidad, porque sus habitantes la defendieron sacrificándose más allá de lo imaginable. Durante el bloqueo, los rusos repetían como estribillo: “Si Leningrado resiste, nosotros también resistiremos”.

El alto mando alemán, para el que la toma de Leningrado tenía importancia tanto política como estratégica, detuvo su avance sobre esta ciudad el 8 de septiembre de 1941, ordenó a sus tropas atrincherase y se preparó para romper la resistencia del pueblo ruso a través de un prolongado asedio, con ayuda del bombardeo continuo de la aviación a la urbe y mediante el fuego de artillería; suponían que el hambre los doblegaría. Como consecuencia murieron más de un millón de leningradenses, la inmensa mayoría, el 90 %, de hambre y frío, pero Leningrado no se rindió.

En pleno bloqueo, el 9 de agosto de 1942, la Orquesta Sinfónica de Leningrado interpretó la Séptima Sinfonía o Sinfonía a Leningrado, compuesta por Dmitri Shostakóvich. El célebre compositor dedicó esta creación a “nuestra lucha contra el fascismo, a la victoria que se aproxima y a mi Leningrado natal”. La obra, escrita durante el bloqueo, era un himno de esperanza en la victoria y el 5 de marzo de 1942 fue trasmitida por radio al mundo entero. Los altavoces se dirigían hacia donde estaban los alemanes, pues la ciudad quería que los invasores la escucharan.

Pese al bloqueo, las fábricas de Leningrado entregaron al frente de batalla 713 tanques, 480 blindados y 10000 morteros; a su pueblo lo mantenía en píe la inquebrantable fe en la victoria. Las condiciones de trabajo eran muy duras, no había ni luz, ni calefacción, ni transporte, el frío era insoportable y no había que comer, y sin embargo, nadie se quejaba. Ni siquiera en el momento de la muerte. La gente moría en silencio.

A través del congelado lago Ládoga, llamado “el Camino de la Vida”, no se interrumpió nunca el envío de alimentos, medicina, armas y demás pertrechos. Pese al intenso bombardeo de la aviación alemana, los conductores manejaban días enteros sin descansar. Por este camino se evacuó a un millón de leningradenses. Quienes dirigían el tránsito debían permanecer parados sobre la nieve soportando el viento y el frío de hasta -30°C, durmiendo muy pocas horas al día. Se tendió un oleoducto por el fondo del lago y Leningrado revivió. Las fábricas volvieron a producir y la población de nuevo tuvo luz y calefacción. Por eso, sus habitantes dicen orgullosos: “Troya cayó, Roma cayó, Leningrado no cayó”.

El 6 de junio de 1944, el día D, se inició en la playa francesa de Normandía la tan dilatada apertura del Segundo Frente, que en algo alivió la presión que las tropas alemanas habían ejercido durante los últimos tres años en el frente soviético-alemán, donde se daban las más fieras batallas. El desembarco en Normadía demostró la firmeza de los aliados para combatir hasta su total derrota al nazi-fascismo e eliminó las esperanzas de Hitler de que la alianza en su contra se rompiera. También, al ser expulsada Alemania de los países que ocupaba en Europa Occidental, empeoró la situación del III Reich, que perdía así sus bases de operaciones aéreas y navales, además del posible empleo de recursos naturales y humanos que extraía de esos países, lo que presagiaba su próximo desmoronamiento.

La apertura del Segundo Frente estuvo al mando del General Eisenhower, quien comandó una fuerza expedicionaria compuesta por 1.213 barcos de guerra y 4.126 de transporte, que desembarcaron 107 mil hombres, 14.000 vehículos y 14.000 toneladas de diferente material de guerra. La fuerza expedicionaria se componía en su totalidad de 2’876.436 hombres, de los cuales 1’533.000 eran estadounidenses.

Cuando se produjo el desembarco, los mejores hombres del Ejército Alemán habían caído muertos o habían sido hechos prisioneros en las batallas de Moscú, Leningrado, Stalingrado, Kursk, Kiev… La gran Wehrmacht estaba compuesta por unas huestes heterogéneas formada por húngaros, polacos, rusos, franceses y hasta negros e indios. Según Von Rudshtedt, Comandante General de las fuerzas alemanas en Occidente: “La muralla del Atlántico era una ilusión, inventada para confundir tanto al pueblo alemán como al enemigo… Era ridículo llamar a eso barrera. Hitler nunca la visitó y no vio qué es lo que representaba en la realidad”.

El General Eisenhower empleó brillantemente todos los factores a su favor y no dejó ningún detalle al azar. Desembarcó en Normandía, el lugar que menos esperaban los alemanes. Lo lógico hubiera sido que lo hiciera por el Paso de Calais, que es la distancia más corta entre Inglaterra y Europa continental; lo realizó en un día que no era bueno para efectuar desembarco alguno, por lo que muchos generales alemanes, confiados en el mal tiempo, estuvieron ausentes, entre ellos Rommel. Empleó en forma óptima la aviación, fuerza en la que su superioridad era indiscutible.

El 19 de agosto se produjo el levantamiento de París. El General Leclerc comandó las tropas francesas que primero entraron a París y el 20 de agosto, desde Montparnasse, anunció la rendición de los alemanes a cargo de la guarnición de París. Al día siguiente, el General De Gaulle desfiló a píe por los bulevares de la Ciudad Luz.

Luego de que la URSS liberara a una veintena de países del yugo nazi-fascista, el Ejército Rojo entró a Berlín e izó la bandera soviética en el Reichstag, el parlamento alemán. Finalmente, el 9 de Mayo de 1945 finalizó la Gran Guerra Patria, la parte de la Segunda Guerra Mundial que desarrolló en la URSS. Esta fecha es sagrada para Rusia, y no sólo para ese país, porque costó enormes sacrificios conseguirla.

Estos son los hechos que en la actualidad algunos odian recordar: La guerra eliminó en la Unión Soviética a 27 millones de personas y dejó 60 millones de heridos; destruyó en ese país 1.710 ciudades, 70.000 aldeas, 32.000 empresas industriales, 65.000 kilómetros de vías férreas, 98.000 cooperativas agrícolas, 1.876 haciendas estatales, 6 millones de edificios, 40.000 hospitales, 84.000 escuelas; los nazis trasladaron a Alemania 7 millones de caballos, 17 millones de cabezas de ganado vacuno, 20 millones de puercos, 27 millones de ovejas y cabras, 110 millones de aves de corral; la perdida total de la Unión Soviética fue de unos 3 billones de dólares.

Es bueno recordar el pasado porque entonces, como ahora, el mal crecía sin aparente fin, sin que nadie fuera capaz de detenerlo; sin embargo, la heroica lucha contra la moderna barbarie, no sólo del pueblo soviético sino de todos los hombres libres, salvó al mundo. Tal vez, la más importante lección para las presentes y futuras generaciones es que las guerras hay que combatirlas antes de que estallen. ¡Gloria eterna al heroico pueblo soviético que libró al mundo del nazi-fascismo!


Una carta abierta al pueblo estadounidense, mientras Rusia celebra su victoria en la Segunda Guerra Mundial sobre los nazis

 

Scott Ritter

@RealScottRitter (cuenta suspendida)

 

A los que han olvidado los sacrificios que hizo la 'Generación Más Grande' para derrotar a Hitler 

 

 

Scott Ritter es un ex oficial de inteligencia del Cuerpo de Marines de EE. UU. y autor de 'SCORPION KING: America's Suicidal Embrace of Nuclear Weapons from FDR to Trump'. Sirvió en la Unión Soviética como inspector implementando el Tratado INF, en el estado mayor del General Schwarzkopf durante la Guerra del Golfo, y de 1991 a 1998 como inspector de armas de la ONU. 

 

 

En su clásico de 1998, ' The Greatest Generation' , el famoso periodista de NBC Tom Brokow examinó las vidas y experiencias de algunos de los millones de hombres y mujeres estadounidenses que lucharon en la Segunda Guerra Mundial.

“En un momento de sus vidas en el que sus días y noches deberían haber estado llenos de aventuras inocentes, amor y las lecciones del mundo laboral” , observó Brokow, “luchaban en las condiciones más primitivas posibles en el paisaje ensangrentado de Francia. , Bélgica, Italia, Austria y las islas de coral del Pacífico. Respondieron al llamado para salvar al mundo de las dos máquinas militares más poderosas y despiadadas jamás reunidas, instrumentos de conquista en manos de maníacos fascistas. Enfrentaron grandes probabilidades y un comienzo tardío, pero no protestaron. Tuvieron éxito en todos los frentes. Ganaron la guerra; salvaron el mundo”. Brokow tenía“Llegar a entender lo que esta generación de estadounidenses significó para la historia. Creo que es la generación más grande que jamás haya producido una sociedad”.

Nací en 1961, unas dos décadas después de que Estados Unidos entrara en la Segunda Guerra Mundial. En ese momento, la derrota de la Alemania nazi y el Japón imperial había retrocedido a los libros de historia, reemplazada por un enemigo nuevo e incluso más amenazante, la Unión Soviética. Mi padre era un oficial de la Fuerza Aérea de EE. UU. cuya trayectoria profesional hasta 1977 parecía un mapa turístico de la era de la Guerra Fría, con servicio en Vietnam, Corea y Turquía. Crecí con el mantra "más vale muerto que rojo" grabado en mi cabeza, convencido de que el servicio que mi padre brindaba a nuestra nación era esencial para la supervivencia del mundo libre.

En 1977, mi familia se mudó a Alemania Occidental. Mi padre había sido reasignado a la 17.ª Fuerza Aérea, con sede en la Base de la Fuerza Aérea de Sembach. Optamos por vivir fuera de la base, en "la economía", como la llamábamos, y finalmente nos instalamos en una magnífica casa en el pueblo de Marnheim, propiedad de una familia alemana que la había estado alquilando a militares estadounidenses durante décadas. La casa también tenía una historia. En 1945, había servido como cuartel general temporal para el general George S. Patton cuando su 3.er ejército avanzaba a través de la región Rhein Pfaltz de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Estábamos a tres décadas de esa guerra cuando nos mudamos a Alemania, pero los recuerdos de ese conflicto estaban a nuestro alrededor. Pasé el verano de 1978 trabajando en un centro de inspección de carne atendido por lo que eufemísticamente llamamos "DP", por "personas desplazadas". Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, millones de europeos que habían sido esclavizados por la Alemania nazi se vieron liberados de su existencia carcelaria, pero sin un hogar al que regresar. Esta población incluía muchos niños. Estados Unidos proporcionó trabajo y un lugar para vivir a muchas de estas personas permanentemente desplazadas. Para miles, esta existencia se convirtió en una forma de vida, y fueron empleados al servicio de la presencia militar expansiva de Estados Unidos en Alemania Occidental. Cuando me familiaricé con la comunidad “DP”, unos 33 años después,

también estaban profundamente resentidos con el pueblo alemán por haberlos encarcelado y destruido la Europa de su infancia.

La experiencia de los "DP" fue una llamada de atención para un adolescente estadounidense que, al vivir entre los alemanes, había llegado a verlos simplemente como una imagen reflejada en un espejo de habla extranjera de mí y mi familia. Pero no fue tan simple.

En enero de 1979, la televisión de Alemania Occidental transmitió, durante cuatro noches consecutivas, la miniserie de ABC ' El Holocausto'.. Después de cada episodio, los alemanes organizaban un panel en vivo de historiadores que respondían preguntas de la audiencia (se estima que más de la mitad de Alemania vio la serie). Como la mayoría de los estadounidenses que viven en Alemania, me perdí la serie cuando fue se emitió originalmente en los Estados Unidos el año anterior. Mi familia sintonizó y, por curiosidad, permaneció sintonizada durante los paneles. Nos sorprendió lo que escuchamos: los hijos de los alemanes que habían estado vivos durante la Segunda Guerra Mundial estaban llamando al panel, histéricos, denunciando a sus padres y a su nación por permitir que sucediera tal cosa. Los distinguidos académicos y psicólogos que se habían reunido para estos paneles quedaron atónitos y en silencio por la indignación y la ira: simplemente no tenían respuesta a la pregunta de no solo cómo se había permitido que sucediera tal cosa, pero por qué no se les había enseñado sobre esto mientras crecían. Alemania, al parecer, había tratado de borrar la criminalidad de su pasado nazi de su realidad presente.

Tan concentrada como estaba mi familia en vivir a menos de una hora en coche de la frontera entre Alemania Oriental y Occidental donde, al otro lado, cientos de miles de soldados soviéticos estaban estacionados, listos (al menos en nuestra mente) para lanzar un ataque. en cualquier momento que detuviera repentina y horriblemente nuestra vida idílica, no podíamos escapar al constante recordatorio de lo que había ocurrido en el continente europeo hace apenas tres décadas y media.

Uno de los recordatorios más conmovedores se encontraba al otro lado de la frontera, esta hacia el oeste, donde, cerca de la ciudad luxemburguesa de Hamm, se encontraba el Cementerio y Monumento Americano de Luxemburgo. El lugar de descanso final para más de 5,000 estadounidenses que murieron luchando en la Batalla de las Ardenas, Hamm también fue donde el general Patton fue enterrado después de su muerte accidental en diciembre de 1945 (su viuda creía que " querría estar al lado de los hombres de su ejército que ha caído.” )

Mis padres se aseguraron de llevarnos a Hamm en varias ocasiones mientras vivíamos en Alemania; fue un viaje corto y panorámico, y el cementerio en sí era hermoso, un monumento apropiado para aquellos que habían hecho el último sacrificio. Siempre visitábamos el cercano cementerio alemán de Sandweiler, también en Luxemburgo, donde estaban enterrados los restos de más de 10.000 soldados alemanes que murieron luchando contra los estadounidenses. Ambos cementerios fueron una experiencia sombría y aleccionadora.

Pero no fue hasta que mi tío Mel nos visitó que la realidad de lo que representaban esos cementerios se dio cuenta. Mel fue la encarnación viviente de 'La generación más grande' de Tom Brokow, habiendo servido en el teatro europeo durante la Segunda Guerra Mundial, cruzando las playas de Normandía una semana después del Día D. Su unidad, una empresa de transporte encargada de conducir camiones a lo largo del famoso "expreso de la bola roja", había disfrutado de un tiempo relativamente fácil en Francia. Como parte del 3.er ejército de Patton, participaron en la liberación de Francia y, cuando llegaron a la frontera de Benelux (Bélgica-Países Bajos-Luxemburgo) con Alemania, no habían sufrido bajas importantes.

Mel había pedido visitar algunas de las áreas por las que había pasado durante la guerra. La mayoría le trajo buenos recuerdos, pero en un lugar dejó de hablar. Aquí su unidad había sido rodeada por la artillería alemana, y en un instante más de 200 de sus camaradas resultaron muertos o heridos; muchos de los que murieron fueron enterrados en Hamm.

Las cruces y las estrellas de David que estaban tan bellamente dispuestas sobre el césped bien cuidado de repente tenían rostros, nombres y personalidades que no podían ser ignoradas. Lo que había sido un refugio pacífico se transformó instantáneamente en un horrible recordatorio del terrible costo de la guerra. Hasta el día de hoy, no puedo pasar por un cementerio militar sin visualizar las circunstancias de los hechos que acabaron con la vida de los allí enterrados. Todas las esperanzas, sueños y aspiraciones que yo y otros hemos podido realizar durante nuestras vidas les fueron negadas a estos jóvenes, generalmente en circunstancias que la persona promedio no puede imaginar.

Y las personas responsables de sus muertes eran los mismos alemanes con los que coexistí tan pacíficamente al otro lado de la frontera. Los mismos cuyos hijos se enfurecieron por el olvido de sus padres sobre la naturaleza del régimen que mató a tantos millones en pos de las ambiciones de una de las ideologías más odiosas de toda la humanidad: el nazismo.

En la universidad estudié historia rusa; de hecho, mi tesis de honor discutió los vínculos históricos entre los ejércitos zarista y soviético. Estaba íntimamente familiarizado con las campañas y batallas libradas entre la Unión Soviética y la Alemania nazi, y el terrible número de víctimas que pagó la nación soviética, cuyas bajas ascendieron a decenas de millones.

Pero no fue hasta que tuve la oportunidad de vivir y trabajar en la Unión Soviética, como parte de un equipo de inspección estadounidense estacionado frente a una fábrica de misiles soviética en Votkinsk, encargado de implementar las disposiciones del tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, que Me di cuenta de hasta qué punto este sacrificio marcó la realidad cotidiana del pueblo soviético. En el centro de Votkinsk, había un monumento a los ciudadanos que perdieron la vida durante la guerra, así como a aquellos que habían recibido el título de "Héroe de la Unión Soviética" por su servicio en tiempos de guerra. Dondequiera que uno viajaba en la Unión Soviética, había monumentos similares construidos en comunidades que habían hecho una realidad esencial de su ser nunca olvidar los sacrificios hechos por su versión de la "Generación más grande" para salvar no solo a sus conciudadanos, sino a gran parte de ellos. Europa también.

Este recuerdo continuó incluso después del colapso de la Unión Soviética; la herencia de la Unión Soviética pasó a la nueva Federación Rusa, que mantuvo el deber de honrar a quienes habían servido. Rusia celebra este servicio el 9 de mayo, el “Día de la Victoria”, que marca la derrota de la Alemania nazi. Una de las grandes tradiciones de esta celebración fue la imagen de aquellos ancianos veteranos de aquel conflicto, engalanados con sus medallas de campaña, desfilando ante una nación agradecida. Incluso cuando el tiempo y la vejez alejaron a la “Generación más grande” rusa de la sociedad y la nación a la que habían servido, el pueblo ruso continuó honrándolos, con los hijos y nietos de los veteranos fallecidos marchando en su lugar, sosteniendo en alto una fotografía del veterano, parte de lo que se llama "El Regimiento Inmortal".

A diferencia de los alemanes, el pueblo ruso no olvida.

Lamentablemente, no puedo decir lo mismo sobre el pueblo estadounidense. No habrá celebración de la Victoria en Europa en los Estados Unidos este año, como no ha habido en años anteriores. Hemos olvidado a nuestra “Generación Más Grande” y los sacrificios que hicieron por nuestro futuro. No existe un “Regimiento Inmortal” estadounidense de miembros de la familia que marchen con orgullo por las calles principales de los pueblos y ciudades de los EE. UU. en honor a la causa por la que sirvieron estos hombres y mujeres jóvenes.

Hemos olvidado por lo que incluso lucharon.

Hubo un tiempo en que Estados Unidos y la Unión Soviética lucharon juntos para vencer el flagelo de la Alemania nazi y la ideología que propugnaba. Hoy, cuando Rusia está enfrascada en una lucha con la descendencia de la Alemania de Hitler, en la forma de los descendientes ideológicos del nacionalista ucraniano Stepan Bandera, uno esperaría lógicamente que Estados Unidos esté del lado de Moscú. 

Los seguidores de Bandera lucharon junto a los nazis alemanes como miembros de las Waffen SS, masacrando a decenas de miles de civiles inocentes, muchos de ellos judíos. Por derecho, Washington debería asegurarse de que la odiosa causa por la que tantos dieron su vida y su sustento para erradicarla de Europa nunca más levante sus malvadas banderas en suelo europeo.

En cambio, Estados Unidos está brindando ayuda a los seguidores actuales de Bandera y, por extensión, de Hitler; su odiosa ideología disfrazada de nacionalismo ucraniano. El personal militar estadounidense, cuyas tradiciones nacen de los heroicos sacrificios realizados por cientos de miles de sus compañeros soldados, marineros y aviadores que dieron su vida para derrotar a la Alemania nazi, hoy proporciona armas y entrenamiento a los ucranianos cuyos cuerpos y estandartes llevan las marcas del Tercer Reich de Hitler.

El 9 de mayo, Rusia celebrará el Día de la Victoria, marcando el 77º aniversario de la derrota de la Alemania nazi. Desafortunadamente, la lucha contra la ideología nazi continúa hasta el día de hoy y, lamentablemente, Estados Unidos se encuentra en el lado equivocado de la historia, apoyando a aquellos a quienes una vez juramos derrotar, mientras lucha contra aquellos a quienes una vez llamamos aliados.

No puedo evitar pensar que la “Generación Más Grande” de Tom Brokow se avergonzaría de las acciones de aquellos por quienes lo sacrificaron todo, y que aún se han mostrado insuficientes para la tarea de honrar su memoria en acción y en hechos.

 

Switcheroo de Scott Ritter: "Por qué he cambiado radicalmente mi evaluación general"

 

Mike Whitney

 

https://www.unz.com/mwhitney/scott-ritters-switcheroo-why-i-radically-changed-my-overall-assessment/

 

El domingo, los blogs de política exterior estaban llenos de noticias de que Scott Ritter había hecho "un giro cara a cara en su evaluación de la guerra". Parece que el ex-Marine había examinado los últimos acontecimientos en Ucrania y había llegado a la conclusión de que va a ser mucho más difícil para Rusia ganar de lo que había pensado originalmente.

 

Naturalmente, la noticia de la reversión de Ritter envió ondas de choque a través de Internet, especialmente entre las personas que siguen de cerca los acontecimientos en Ucrania y que admiran mucho su análisis imparcial. Algunas de estas personas se sintieron claramente traicionadas por los comentarios de Ritter y lo criticaron como un "trol de preocupación" que se refiere a una persona que finge simpatía mientras realmente siente lo contrario. Esta es una forma terrible de tratar a un tipo que ha dedicado gran parte de su tiempo a informar a la gente sobre un tema del que podrían saber muy poco sin su investigación. Además, Ritter no es hipócrita. Todo lo contrario.

Sin embargo, es justo decir que Ritter ha sido probablemente el defensor más franco de la teoría de "Rusia está ganando", una hipótesis que va en contra de todo lo que leemos en los medios heredados o vemos en los canales de noticias por cable. Desafortunadamente, las opiniones de Ritter sobre el asunto han cambiado drásticamente, y eso se debe casi en su totalidad a los acontecimientos sobre el terreno. Como admite con franqueza Ritter, "La ayuda militar que Occidente está proporcionando a Ucrania está cambiando la dinámica y si Rusia no encuentra una manera de abordar esto de manera significativa... el conflicto nunca terminará".

 

Eso es un gran cambio con respecto a una declaración que hizo solo unas semanas antes de que "Rusia está ganando la guerra y la está ganando de manera decisiva".

Entonces, ¿qué ha cambiado? ¿Cuáles son los llamados desarrollos que llevaron a la volte-face de Ritter?

Estos son algunos extractos de la entrevista que desencadenó las fracas. A Ritter se le unieron Ray McGovern y el presentador Garland Nixon en Saturday Morning Live. (Las citas se copian del vídeo. Acepto la culpa de cualquier error.)

 

Scott Ritter (comienza a las 47:50 minutos) - "Lo que me frustra... es que, fue mi evaluación que sería muy difícil para Ucrania absorber este nuevo equipo y material (Material, las armas letales adicionales que se han enviado recientemente a Ucrania), pero los obuses ya están operando contra Rusia. (Y) Están teniendo un efecto en la región de Jarkov. No todos los 90, pero tienen varias baterías que se están utilizando.

¿Cómo sucedió esto?

Y es por eso que he cambiado radicalmente mi evaluación general, porque había estado operando bajo el supuesto de que Rusia podría interceptar la gran mayoría de este equipo, pero Rusia se ha mostrado incapaz o no dispuesta a hacerlo y, como resultado, los ucranianos están teniendo un impacto significativo en el campo de batalla. No en las áreas de contención principal, como el Donbass, sino en la periferia. Esta es la razón por la que Rusia ha llevado a cabo retiradas tácticas al norte de Jarkov, porque para igualar las mejores capacidades de Ucrania, Rusia tendría que desviar recursos de su principal esfuerzo, que Rusia ha decidido no hacer. Por lo tanto, están reconfigurando el campo de batalla. (negociando tierras en diferentes áreas)... ("Sábado por la mañana en vivo con Scott Ritter y Ray McGovern, You Tube)

 

Por lo tanto, aunque las simpatías de Ritter no han cambiado en lo más mínimo, está claro que su análisis sí. Al principio, no creía que el diluvio de armamento letal afectaría al resultado de la guerra. Ahora no está tan seguro. Es un error honesto, pero, aún así, necesitaba "salir limpio" y explicar los factores que contribuyeron a su cambio de sentido. He aquí más de la misma entrevista:

 

Scott Ritter– Este es un momento transformador en la guerra, porque lo que significa es que la desmilitarización no está teniendo lugar. A pesar de todas las fuerzas que Rusia está destruyendo en el este, Ucrania está reconstruyendo una capacidad significativa (en el oeste). Me lo compararé con Moscú en diciembre de 1941, cuando los alemanes se estaban moviendo hacia Moscú y los rusos acababan de empezar a lanzarles cosas, sacrificando todo para frenar la ofensiva alemana. hasta que el General Winter y la combinación de divisiones siberianas les dieron la capacidad de contraatacar. Los alemanes fueron desangrados blancos y fueron detenidos y devueltos. Si Rusia no cambia el cálculo, entonces esa es la trayectoria hacia la que nos dirigimos, porque 200.000 soldados, por muy capaces que sean, solo son capaces de hacer tanto. Y los combates que están teniendo lugar en este momento, a pesar de que están masacrando a los ucranianos, no son gratuitos para los rusos. Están perdiendo equipo, están perdiendo hombres, están perdiendo material y, a menos que Putin se movilice o transfiera fuerzas, esos no están siendo reemplazados. Así que, en lugar de tener 200.000 en línea, Rusia podría tener 180 000 hombres. Y si no crees que eliminar a 20 000 hombres no cambie las opciones disponibles para los líderes rusos, entonces no sabes nada de guerra".

Por lo tanto, creo que Rusia va a ganar en el este, los están moliendo mientras hablamos, los están matando; la cantidad de muerte y destrucción que se está repartiendo a los ucranianos es inimaginable, pero creo que los ucranianos están dispuestos a tomar estas pérdidas para ganar tiempo para reconstituir un ejército que desafiará a Rusia Porque a menos que Rusia esté dispuesta a cruzar el río Dniéper y dirigirse al oeste de Ucrania, donde puede eliminar la profundidad estratégica que los ucranianos están siendo regalados por los rusos, entonces la desmilitarización de Ucrania no es va a tener lugar. No puede ocurrir cuando llegan decenas de miles de millones de dólares de equipo y Rusia no es capaz de interceptarlo. El hecho de que estos obús avanzados estén funcionando en primera línea en este momento muestra que hay algo mal con la metodología rusa. Y, a menos que alteren esa metodología, creo que nos espera un verano muy largo". ("Sábado por la mañana en directo con Scott Ritter y Ray McGovern, You Tube)

 

Es difícil entender lo que Ritter está diciendo aquí. ¿Realmente está sugiriendo que Putin amplíe la actual "operación especial" a una guerra mundial en toda regla? En un momento dado, opina casualmente que Rusia tendrá que movilizar a 1 millón y medio de hombres (Nota: Rusia actualmente solo tiene 200.000 en Ucrania) si quieren prevalecer en Ucrania y luego pasar a Finlandia. Es imposible saber por el tono de Ritter si simplemente está haciendo una observación objetiva de "lo que se necesita" para tener éxito o si está haciendo una recomendación explícita que cree que el Alto Mando de Rusia debería considerar. No puedo responder a eso. He aquí más información de la entrevista:

 

Scott Ritter (marca 5:20) - "La idea de que el ejército ucraniano ha sido eliminado como una fuerza de combate efectiva es un concepto defectuoso, y a menos que Rusia amplíe su operación militar especial, probablemente hasta el punto de cambiarla de una operación militar especial a una guerra que incluya la totalidad del espacio de batalla ucraniano, (entonces) este es un conflicto que está peligrosamente cerca de ser imposible de ganar para Rusia, lo que significa que, si bien pueden completar sus objetivos en el este con 200.000 soldados, no pueden evitar que Ucrania se rearme y reequipe cuando se proporcione a Ucrania decenas de miles de millones de dólares de equipo de la OTAN: siempre que proporciones a tu enemigo un "espacio seguro" para reconstruir la capacidad militar, nunca vas a ganar. ...

Sí, Rusia está ganando en el este, que es lo que dijeron que su objetivo era todo el tiempo. Y lo están logrando. Esa es la Operación Militar especial. Pero ahora estamos hablando de "guerra", y no creo que Rusia haya hecho esa transición todavía. Esta es una guerra por poderes de facto entre Occidente y Rusia que utiliza las fuerzas ucranianas como espada de la OTAN. El objetivo de esto es "sangrar a Rusia". Y si Rusia no cambia la dinámica, Rusia se desangrado". Zelensky ha indicado que está dispuesto a movilizar a un millón de personas, en un momento en que Occidente está listo para proporcionar la financiación y el equipo para convertir a esos millones de hombres en una verdadera amenaza militar.

Por lo tanto, considero que lo que ha estado sucediendo en las últimas semanas es decisivo.

La ayuda militar que Occidente está proporcionando está cambiando la dinámica y si Rusia no encuentra una manera de abordar esto de manera significativa y eliminarlo como capacidad militar... entonces el conflicto nunca terminará". ("Sábado por la mañana en directo con Scott Ritter y Ray McGovern, You Tube)

 

Ahí está de la boca del caballo. Los lectores tendrán que sacar sus propias conclusiones.

En mi humilde opinión, Scott Ritter se está adaptando gradualmente a la idea de que el conflicto en Ucrania no es solo una escaramuza regional entre dos vecinos pendencieros, ni es una guerra por poderes entre la OTAN y Rusia. No. Ucrania es la primera fase de un plan más amplio para aplastar a Rusia, colapsar su economía, eliminar a sus líderes, apoderarse de sus recursos naturales, escindipar su territorio y proyectar el poder de los Estados Unidos a través de Asia Central hasta la Cuenca del Pacífico. Ucrania tiene que ver con la hegemonía, el imperio y el poder puro y sin alear. Lo más importante es que Ucrania es la primera batalla de una Tercera Guerra Mundial, una guerra inventada y lanzada por Washington para garantizar otro siglo indiscutible de primacía estadounidense.


El “odio vaticano” y la rusofobia

 

Slobodan Antonic

https://thesaker.is/vatican-hatred-and-russophobia/  

Por el profesor Slobodan Antonic, del Departamento de Sociología de la Universidad de Belgrado para el Blog de EL Saker

“El odio del Vaticano” no es una cita de una publicación sobre el genocidio croata contra los serbios entre 1941-1945. Es una frase utilizada por el tres veces ganador del Premio Pulitzer Thornton Wilder en su novela “El puente de San Luis Rey”, para describir un odio fuerte, profundo, persistente y cruel.

Por supuesto, no todos los que están en el Vaticano odian, ni todos los que odian son católicos. Sin embargo, las naciones que pertenecen al dominio cultural del cristianismo oriental a veces se asombran realmente de la profundidad e intensidad del odio que emana de influyentes ideólogos occidentales, de algunas poderosas instituciones y de numerosos “ejecutores voluntarios” de diversos proyectos de exterminio. Formalmente también son europeos y cristianos, pero pertenecen a una tradición y una cultura ligeramente diferentes.

Los serbios lo probaron varias veces en el siglo XX. Aún hoy se enfrentan a ello. Un ejemplo es la escritora y premio Nobel Herta Miller, novelista rumano-alemana, que dijo públicamente lo que la mayoría de los alemanes piensan de los serbios cuando apoyó el bombardeo de la OTAN a Yugoslavia en 1999. Y se decía que Alemania, al menos mientras el actual presidente de Serbia era primer ministro, era nuestro principal amigo occidental. ¿Cómo son entonces nuestros enemigos?

Los serbios, al menos cuando se trata de Europa del Este, no son el único objetivo del odio occidental. También están, por supuesto, los rusos. Como comentó acertadamente una mujer estadounidense de origen serbio mientras veía la televisión allí, “los enemigos del mundo occidental han permanecido estables e inalterados durante 30 años: Serbia y Rusia. Terribles serbios ortodoxos que, aterrorizados, masacraron a un gran número de pacíficos musulmanes democráticos y no menos terribles comunistas rusos que destruyeron la democracia y la libertad en Chechenia”.

Se han escrito monografías enteras sobre el odio de Occidente hacia Rusia, y tres de ellas se han traducido en nuestro país: “Rusofobia: dos caminos hacia el mismo abismo” (traducido en 1993) por Igor Šafarević; “Rusofobia” (traducido en 2016) por Giulietto Chiesa; y “Rusia y Occidente – mil años de guerra: rusofobia desde Carlomagno hasta la crisis ucraniana” (traducido en 2017) por Guy Methane.

La palabra “rusofobia” está en el título de los tres libros. Esa palabra puede ser engañosa. Las fobias son miedos irracionales e injustificados, como tener miedo a un ratón cuando salta sobre la mesa (musofobia), aunque sea una criatura que no nos comerá ni nos morderá la pierna. Sin embargo, en el caso de Rusia, no se trata de una fobia, sino de un odio profundo y constante -un buen ejemplo lo dio recientemente James Jatras:

“Moscú podría devolver Crimea a Ucrania, escoltar a las tropas de Kiev a Donbas sobre una alfombra roja y colgar a Bashar Assad en un asta de bandera en Damasco. Las sanciones impuestas por Washington a Moscú se mantendrían, e incluso se intensificarían gradualmente. Véase el tiempo que tardamos en deshacernos de la ley Jackson-Venik (una ley que limitaba las relaciones comerciales con la URSS, aprobada en 1974 y derogada sólo en 2012). El impulso rusófobo que controla la política estadounidense no proviene de lo que hacen los rusos, sino de lo que son: Rusia delenda est”.

Ahora, en Serbia, tenemos un libro recién publicado que habla del odio a Rusia en nuestro país. Se trata de “Rusofobia entre los serbios 1878-2017″, de Dejan Mirović. De dónde han sacado esto los serbios, teniendo en cuenta que los rusos nos ayudaron a librarnos de los turcos y a reconstruir un Estado, que por nuestra culpa en 1914 entraron en guerra con Austria-Hungría (y Alemania), que en 1944 nos ayudaron a librarnos del nazismo alemán y que hoy defienden nuestra reivindicación de Kosovo, a veces mejor que el Belgrado oficial?

La primera fuente de rusofobia en Serbia, en los dos últimos siglos, es sin duda el goteo del antirruso desde Occidente. En Occidente se percibe a Serbia como una pequeña Rusia balcánica”, un tradicional bastión ruso en los Balcanes. Por ello, todos los proyectos estratégicos antirrusos destinan importantes fondos a suprimir la popularidad de Rusia en Serbia, principalmente a través de una abierta propaganda antirrusa.

Otra fuente de antirrusismo es la ideología de la élite local, que quiere “modernizar” Serbia, pero occidentalizándola. Esa élite, que existía en los siglos XIX y XX, al igual que existe hoy, quiere que Serbia se apropie no sólo de la tecnología occidental, sino también de las instituciones occidentales, de la cultura occidental e incluso del estado de ánimo occidental (“espíritu protestante”). Dado que el modelo al que Serbia debería aspirar sólo puede ser el de los países occidentales -Francia o Gran Bretaña en el siglo XIX, y la UE en la actualidad-, Rusia debe ser retratada de la peor manera, ya que no podría ser modelo de nada, ni siquiera en arte, cultura o religión.

La tercera fuente de antirrusismo en nuestro país, durante los dos últimos siglos, fueron los diferentes intereses políticos y los diferentes intereses particulares de las élites gobernantes de Serbia (Yugoslavia) y Rusia (URSS). Por ejemplo, en el siglo XIX, Rusia quería tomar Constantinopla. Por eso, los búlgaros que habitaban los Balcanes orientales -que podían considerarse las puertas de Estambul- eran más importantes para ella que los serbios, que estaban geográficamente más lejos, en el oeste. Por tanto, los rusos preferían entonces a los búlgaros, apoyando una Gran Bulgaria antes que una Gran Serbia. Así, pusieron en peligro los intereses serbios no sólo en Macedonia, sino también en el sureste de Serbia. Este fue el verdadero trasfondo de una cierta frialdad que se desarrolló en la política de los reyes serbios Milan y Aleksandar Obrenović hacia Rusia (una política a la que se le dio un sello personal en la “convención secreta” concluida entre el príncipe serbio Milan y Austro-Hungría).

Otro ejemplo de intereses divergentes es sin duda el periodo titoísta, 1948-1989. Tito y sus asociados, después de 1948, temiendo por la supervivencia de su régimen, persiguieron cruelmente no sólo a los sovietófilos sino también a los rusófilos. Una estudiante de 20 años, Vera Cenic, fue torturada durante dos años (1950-1951) en el campo de concentración de Goli Otok sólo porque frecuentaba el Centro Cultural Soviético para ver películas rusas, amaba la literatura rusa y llevaba un diario en el que expresaba sus íntimas reservas hacia la política oficial de mantener las distancias con Rusia.

Radivoj Berbakov fue condenado en 1980 a dos años y medio de prisión, que cumplió en la cárcel de Sremska Mitrovica, por “propaganda enemiga”. Eso consistía, entre otras cosas, en ser “tendencioso a favor del arte y la literatura rusos, en el sentido de exagerar los méritos del arte y la literatura en la URSS”, lo que encaja con su declaración de que “ama a los rusos y que nadie puede prohibirle que los ame”.

Por supuesto, la nomenclatura titoísta sabía que una agitación política en Yugoslavia llevaría a los titoístas a perder no sólo el poder, sino también su libertad personal. Por eso, en aquella época, como nos muestra Mirović en su libro, una parte importante de la opinión pública de Serbia se empapaba no sólo de propaganda e ideología antisoviética, sino directamente antirrusa.

Cuando se trata del antirruso actual en Serbia, su fuente básica es una combinación del primer y segundo factor. Como resultado, las manifestaciones antirrusas contemporáneas aquí van desde la absorción inconsciente de los clichés ideológicos y propagandísticos occidentales, hasta el odio descarado hacia Rusia articulado por serbios pro atlantistas que se odian a sí mismos.

Como ejemplo, un “odio vaticano” verdaderamente oscuro, amenazante y peligroso, del tipo al que aludía Thornton Wilder, irrumpe regularmente en los textos de algunos de los columnistas del diario de Belgrado “Danas”, financiado por Occidente. Allí podemos leer que “la Rusia zarista arrastró a Serbia a la Primera Guerra Mundial”, y también que los “rusos” participaron en el asesinato en 2003 del entonces primer ministro Zoran Djindjic, bajo la espuria premisa de que “el asesinato del primer ministro fue el primer paso para devolver a Serbia a la órbita soviética”.

Según esta opinión, en Serbia existe una “actitud quisquillosa hacia Rusia”, es decir, en nuestro país hay una “red rusa” con “grupos extremistas bajo el control evidente de los servicios de seguridad serbios y rusos”. La línea que proponen estos círculos es que “la Rusia de Putin nos está robando los restos de soberanía e identidad europeas, el potencial económico y el sentido común”, advirtiendo que en Serbia se está produciendo una “evolución del chovinismo serbio al putinismo quisquilloso”.

Sus palabras de moda son que “el régimen de Putin reconoce a los hombres como oligarcas y hombres, y a las mujeres como putas o abuelas”, que “el jefe en Moscú está presionando a Serbia para que se desvíe del orden internacional democrático”, y que para Serbia “la integración en la UE es una prioridad”.

También hay en Serbia “propaganda de incitación antirrusa”, con alegaciones absurdas de que “la mitad de los ministros parecen haber sido traídos de contrabando desde la República de Donetsk”. El supuesto concepto de “Gran Serbia” fue inicialmente objeto de su desprecio. Ahora se les ha ocurrido la idea de que Serbia está “en peligro de convertirse en una provincia rusa”. A los serbios se les dice que la dependencia de Rusia “destruye nuestras instituciones democráticas y nos introduce en fuentes sucias de capital financiero”, lo que en última instancia conduce a los serbios a una “sovietofilia patológica”, y también permite “una conducta traicionera por parte de los órganos gubernamentales, e incluso de los círculos de la Iglesia Ortodoxa Serbia”.

Por supuesto, ningún otro proyecto de privatización en Serbia, salvo el de NIS, ha sido denunciado como cuestionable por esos ideólogos. El único problema que ven en el ámbito de la privatización es la venta de la antigua empresa petrolera estatal, NIS, a intereses rusos. Y también está el supuesto “centro de espionaje de Putin”, un puesto de avanzada de Situaciones de Emergencia de Rusia situado en la ciudad de Nis, acusado de “alimentar las tradiciones criminales y destruir las frágiles democracias de la región”.

El lobby rusófobo sostiene que en Serbia “desde 2004, los medios de comunicación bajo la supervisión de cada gobierno han estado preparando a la opinión pública no sólo para nuevos conflictos con los vecinos, sino también para la Tercera Guerra Mundial, que combatiremos del lado de Rusia, China, Corea del Norte, Cuba y Venezuela”. El autor de esta particular diatriba continúa preguntándose “cómo es posible que Vučić pueda situar a Serbia en el campo victorioso en el conflicto internacional emergente.”

Rusia y China son, según este lobby, “factores de desorden mundial” porque, como argumentan absurdamente, “el total anual de víctimas del terror de los partidos estatales en Rusia y China es casi igual a las víctimas de Mauthausen”. Por lo tanto, si Belgrado -que según ellos es un “agujero de mierda apestoso”- opta por ponerse del lado de Rusia, “Serbia seguirá siendo la RDA de los Balcanes”.

¿No se siente un odio terrible y profundo en estas palabras, no sólo hacia Rusia sino también hacia Serbia, sólo porque Serbia también es eslava, nacionalista, ortodoxa y se esfuerza por marchar a su propio ritmo?

Ese odio se desata sobre todo para convertir a los serbios en otra persona: “protestantes” y “ciudadanos” occidentales, más precisamente una multitud consumista que vive en un territorio, no en un país, y que mañana puede ser sustituida por otra población más “moderna” y “políticamente correcta”.

Las erupciones de este odio son necesarias para moldear al “serbio-europeo”, al que se le aplasta el cerebro y se le arranca el terrible “pequeño ruso” que lleva dentro. No cabe duda de que éste es el objetivo último de la política atlantista en los Balcanes. Pero eso no puede ocurrir sin la entronización en la sociedad serbia del equivalente al “odio vaticano”, profundo, sistemático y cruel.

Es importante ser capaz de reconocer ese odio. Es contrario no sólo a nuestros intereses esenciales, sino también a nuestra identidad civilizacional que nos hace especiales como pueblo y como cultura. El público en general lo rechaza intuitivamente. Pero en el contexto del anunciado “conflicto internacional” -que supuestamente va a “separar por fin el trigo de la paja”- sirve de anuncio anticipado de la represión totalitaria contra todos y cada uno de nosotros que ama a su país y piensa por sí mismo.

Así que cada uno de nosotros debe asumir el riesgo de ser víctima del “odio vaticano”. Incluso tú que estás leyendo este texto, querido lector.

 

 

 

Entrevista a Nikolay Patrushev: Occidente ha creado un imperio de mentiras que presupone la destrucción de Rusia

 

Iván Egórov

https://www.stalkerzone.org/   

 

Nikolay Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, en una entrevista con Rossiyskaya Gazeta, habló sobre las tareas de la operación especial rusa y el papel de Estados Unidos en el apoyo a los neonazis. Y también – sobre el futuro próximo de Europa, las reservas de oro y divisas rusas y las sanciones. Y también sobre qué cambios le esperan a nuestro país en un futuro próximo.

Entrevistador: Nikolay Platonovich, hoy, quizás, el término "Segunda Guerra Fría" ya no parece una exageración. Los norteamericanos no dudan en declarar que ganaron el enfrentamiento con la URSS y que ahora también ganarán. ¿Cómo evalúa usted estas opiniones?

Nikolay Patrushev:  Escenarios trágicos de crisis globales, tanto en los últimos años como en la actualidad, están siendo impuestos por Washington en su búsqueda por consolidar su hegemonía, resistiendo el colapso del mundo unipolar. Estados Unidos está haciendo todo lo posible para asegurar que otros centros del mundo multipolar ni siquiera se atrevan a levantar la cabeza, y nuestro país no solo se atrevió, sino que declaró públicamente que no jugará con las reglas impuestas. Intentaron obligar a Rusia a renunciar a su soberanía, identidad, cultura y política exterior e interior independiente. Tenemos derecho a no estar de acuerdo con este enfoque.

En un intento por reprimir a Rusia, los estadounidenses, utilizando a sus protegidos en Kiev, decidieron crear una antípoda de nuestro país, eligiendo cínicamente a Ucrania para esto, tratando de dividir esencialmente a una sola nación. Al no encontrar ninguna base positiva para atraer a los ucranianos hacia su lado, mucho antes del golpe de estado de 2014, Washington inculcó en los ucranianos la exclusividad de su nación y el odio a todo lo ruso. Sin embargo, la historia enseña que el odio nunca puede convertirse en un factor confiable de unidad nacional. Si hay algo que une a los pueblos que viven hoy en Ucrania es solo el miedo a las atrocidades de los batallones nacionalistas. Por lo tanto, el resultado de la política de Occidente y del régimen de Kiev controlado por él solo puede ser la desintegración de Ucrania en varios estados.

Entrevistador: Europa, como advirtió usted hace un año, terminó enfrentando una crisis sin precedentes, incluida una causada por el influjo de refugiados ucranianos. ¿Cómo puede afectar esto a la situación interna de los propios países europeos?

Nikolay Patrushev:  Europa se enfrenta a una profunda crisis económica y política para sus países. El aumento de la inflación y la caída del nivel de vida ya están cobrando factura en la billetera y el estado de ánimo de los europeos. Además, la migración a gran escala añade nuevos desafíos a las antiguas amenazas a la seguridad, como la distribución ilegal de drogas y la delincuencia transnacional. Casi cinco millones de inmigrantes ucranianos ya han llegado a Europa. En un futuro próximo, su número crecerá a diez millones. La mayoría de los ucranianos que han venido a Occidente creen que los europeos deberían apoyarlos y mantenerlos, y cuando se ven obligados a trabajar, comienzan a rebelarse.

Representantes de la comunidad criminal que han escapado de Ucrania intentarán ocupar nichos que les sean favorables y controlar a grupos criminales locales, lo cual indudablemente vendrá acompañado de una complicación de la situación criminal en Europa. Un “nuevo aliento” también será recibido por un negocio tan extendido como la venta de niños huérfanos sacados de Ucrania para su posterior adopción ilegal en Europa. Occidente ya enfrenta un resurgimiento del mercado en la sombra para comprar órganos humanos de segmentos socialmente vulnerables de la población ucraniana para operaciones de trasplante [de órganos] clandestinas para pacientes europeos.

El flujo de inmigrantes de Ucrania comenzó mucho antes de 2022 y ahora le recuerda a Europa enfermedades olvidadas hace mucho tiempo. Después de todo, solo una décima parte de los refugiados de Ucrania están vacunados contra la infección por coronavirus, la hepatitis viral, la tuberculosis, la rubéola y el sarampión. Porque en esta antigua república próspera de la Unión Soviética, el sistema de control sanitario y epidemiológico y de atención primaria de salud ha sido destruido casi por completo.

El objetivo de la desnazificación es destruir el punto de apoyo neonazi creado por los esfuerzos de Occidente en nuestras fronteras.

Entrevistador: Pero esto, aparentemente, ¿es solo el comienzo?

Nikolái Patrushev:  Tiene usted razón. Este es solo el comienzo. En el contexto de las sanciones contra Rusia, el mundo se sumerge gradualmente en una crisis alimentaria sin precedentes. Decenas de millones de personas en África u Oriente Medio estarán al borde de la inanición a causa de Occidente. Para sobrevivir, correrán hacia Europa. No estoy seguro de que Europa sobreviva a la crisis. Las instituciones políticas, las asociaciones supranacionales, la economía, la cultura y las tradiciones pueden convertirse en cosa del pasado. Europa todavía se morderá los codos y Estados Unidos se liberará de su principal temor geopolítico: la unión política y económica de Rusia y Europa.

Entrevistador: Estados Unidos y sus aliados ignoran a los neonazis y abren la ideología fascista en Ucrania, bombeándola con las armas más modernas. ¿No es hora de que reconozcamos a un número de países hostiles como países que apoyan el fascismo, con todas las consecuencias que de ello se derivan?

Nikolay Patrushev:  Europa ya enfrenta un aumento de manifestaciones oficialmente prohibidas de fascismo y el neonazismo, al tiempo que los delincuentes alimentados por banderistas con puntos de vista neonazis huyen del inevitable enjuiciamiento penal junto con los inmigrantes de Ucrania. Esto conducirá al reavivamiento de las ideas nazis en Europa, a manifestaciones que hace no mucho se consideraban imposibles. No se excluye el crecimiento del sentimiento de ultraderecha, impulsado por decenas de miles de radicales ucranianos con entrenamiento y experiencia en combate que ya han encontrado un lenguaje común con los admiradores de Hitler europeos.

Entrevistador: La historia se evoluciona en espiral. Después de todo, Occidente negó el peligro del régimen nazi casi hasta septiembre de 1939. En 1938, la revista Time reconoció a Hitler como el hombre del año.

Nikolay Patrushev:  En la década de 1930, Occidente no solo no rechazó, sino que contribuyó activamente a la formación y construcción del poder del fascismo en Alemania. Se distinguieron especialmente los grandes negocios. Fue más tarde, después de la guerra, que los historiadores occidentales crearon el mito de los industriales alemanes que supuestamente hicieron la principal contribución a la creación de la economía de guerra de Hitler. Algunas empresas estadounidenses incluso colaboraron con los nazis hasta 1943, es decir, hasta el punto de inflexión decisivo en la guerra.

Entrevistador: Incluso existe la teoría de que el gas Zyklon B utilizado por los nazis para matar personas en los campos de exterminio se creó utilizando tecnologías occidentales.

Nikolay Patrushev:  Y puedes leer acerca de cómo los nazis construyeron todo este proceso. Todo el mundo sabe, por ejemplo, IBM. Fue en sus máquinas contadoras que los nazis llevaron registros y planificaron los procesos de exterminio de personas en los campos de concentración. Su director ejecutivo, Watson, recibió una orden de Hitler. Y este es sólo uno de muchos ejemplos. Ahora la historia se repite. Occidente todavía brinda el apoyo más activo a los neonazis ucranianos, y continúa proveyendo de armas a Ucrania.

El complejo militar-industrial estadounidense y europeo está exultante, porque gracias a la crisis en Ucrania, no tiene fin de pedidos. No sorprende que, a diferencia de Rusia, que está interesada en completar rápidamente una operación militar especial y minimizar las pérdidas en todos los bandos, Occidente esté decidido a retrasarla hasta el último ucraniano. Por alguna razón, el mundo todavía piensa que los militaristas y los agresores deben usar uniformes. Pero no se deje engañar por la respetabilidad anglosajona. Ningún traje elegante puede enmascarar el odio, la ira y la falta de humanidad.

Entrevistador: Muchos de nuestros opositores en el mundo afirman que no entienden o no reconocen los objetivos de una operación militar especial, considerando que son inverosímiles.

Nikolay Patrushev:  La operación militar especial tiene objetivos específicos, de cuyo logro depende no solo el bienestar, sino también la vida de millones de personas, la salvación de la población de LPR y DPR del genocidio que los neonazis ucranianos han estado creando durante 8 años. En un momento, el fascismo de Hitler soñó con destruir la totalidad de la población rusa, y hoy sus seguidores, de acuerdo con los preceptos de Hitler, intentan hacerlo blasfemamente a manos de los eslavos. Rusia no permitirá que esto suceda.

Hablando de desnazificación, nuestro objetivo es destruir el punto de apoyo neonazi que Occidente ha creado en nuestras fronteras. La necesidad de la desmilitarización se debe al hecho de que Ucrania, rica en armas, representa una amenaza para Rusia, incluido desde el punto de vista del desarrollo y uso de armas nucleares, químicas y biológicas.

Entrevistador: ¿Crees que Estados Unidos realmente puede llevar a cabo tales provocaciones en Ucrania?

Nikolay Patrushev:  Estás hablando de un país cuya élite es incapaz de apreciar la vida de los demás. Los estadounidenses están acostumbrados a caminar sobre suelo chamuscado. Desde la Segunda Guerra Mundial, ciudades enteras han sido arrasadas por bombardeos, incluidos los nucleares. Inundaron la jungla vietnamita con veneno, bombardearon a los serbios con munición radiactiva, quemaron vivos a los iraquíes con fósforo blanco y ayudaron a los terroristas a envenenar a los sirios con cloro. No creo que Estados Unidos, que ha demostrado repetidamente su naturaleza antihumana agresiva, esté preocupado por la vida de los ucranianos. Como muestra la historia, la OTAN nunca ha sido una alianza defensiva, sino solo una ofensiva.

Entrevistador: ¿Por qué las élites estadounidenses necesitan todo esto?

Nikolay Patrushev:  Estados Unidos ha dividido durante mucho tiempo al mundo entero en vasallos y enemigos. En los Estados Unidos, a las personas se les enseña desde la infancia que Estados Unidos es una ciudad reluciente en una colina, y que el resto de la humanidad es solo un campo de pruebas para experimentos y un apéndice de recursos. Hace cuatrocientos años, los colonos de Inglaterra robaron y mataron a los indios porque pensaban que eran salvajes incivilizados. Ahora todo esto ha sido reemplazado por una retórica democratizadora y basada en los derechos humanos y la piratería continúa a una escala global. Las élites estadounidenses recuerdan cómo Estados Unidos logró convertirse en una superpotencia después de dos guerras mundiales, pero ahora no quieren aceptar que el imperio global estadounidense está en agonía.

Entrevistador: ¿Es el colapso del mundo centrado en Estados Unidos una realidad, en su opinión?

Nikolay Patrushev:  Esta es la realidad en la que es necesario vivir y construir la línea óptima de comportamiento. En este sentido, Rusia ha elegido el camino de la protección plena de su soberanía, la firme defensa de sus intereses nacionales, su identidad cultural y espiritual, valores tradicionales y memoria histórica.

Nuestros valores espirituales y morales nos permiten seguir siendo nosotros mismos, ser honestos con nuestros antepasados, preservar el individuo, la sociedad y el estado. Los europeos, por ejemplo, tomaron una decisión diferente. Han adoptado los llamados valores liberales, aunque en realidad se trata de neoliberalismo. Promueve la prioridad de lo privado sobre lo público, el individualismo que suprime el amor a la Patria y la extinción paulatina del Estado. Ahora es obvio que con tal doctrina, Europa y la civilización europea no tienen futuro. Aparentemente, repetirán las lecciones que aún no han aprendido.

Entrevistador: ¿Cuáles?

Nikolay Patrushev:  Hay bastantes. No olvide que todas las convulsiones históricas comienzan con la difusión de ideas populares pero potencialmente destructivas. Piense en la Revolución Francesa. De sus consignas mal interpretadas surgió la tiranía de Napoleón, que ahogó en sangre a media Europa, pero se rompió los dientes en Rusia.

¿Qué hizo nuestro país? ¿Descuartizó Francia, quemó París? No, el emperador Aleksandr I restauró el estado francés y en 1815 inició la creación de la Santa Alianza en Europa. La Alianza se propuso garantizar el respeto a la integridad territorial de los estados, suprimiendo los movimientos nacionalistas y asegurando cuarenta años de existencia pacífica en Europa.

Un poco más de cien años después, apareció la ideología del nazismo. La Unión Soviética hizo todo lo posible por destruirlo, pero al mismo tiempo se inició el renacimiento de un estado alemán independiente. Stalin insistió en esto en la Conferencia de Yalta. La URSS fue la primera en apoyar la unificación de Alemania a fines de la década de 1980. Nuestro país históricamente ha jugado un papel especial en la configuración no solo del clima geopolítico, sino también moral en el mundo.

Entrevistador: Ha descrito en sentido figurado el estilo angloamericano de comunicación con el mundo como piratería. Ahora Occidente está realizando una incursión tipo pirata en Rusia. Y en este sentido, surge la pregunta de ¿qué tan justificada fue la decisión de colocar reservas de oro y divisas en el exterior?

Nikolay Patrushev:  Esta decisión resultó ser injustificada desde el punto de vista de la seguridad financiera del estado. Otra cosa es que, al hacerlo, Occidente está golpeando no solo a Rusia, sino también a sí mismo. El sistema financiero mundial actual se basa únicamente en la confianza, incluida en los Estados Unidos como emisor de la moneda de reserva mundial. Hace medio siglo, el factor oro estaba presente, pero en 1971 Estados Unidos desvinculó su moneda de sus cotizaciones, lo que permitió emitir dinero prácticamente sin control.

Al intentar sostener su economía en un estado constante de pre-crisis, Estados Unidos está bombeando activamente a sus bancos, empresas y a la población con dinero garantizado por obligaciones gubernamentales. El resultado fueron altas tasas de inflación en América y Europa. Al mismo tiempo, la deuda externa de Estados Unidos superó los $30 billones. Y por alguna razón, los estadounidenses están discutiendo un posible incumplimiento para con Rusia. Es hora de que incumplan. Para superar las consecuencias negativas y salvar su nuevo enriquecimiento, Estados Unidos está creando una crisis global. Es decir, quieren resolver sus problemas a costa del resto del mundo, y por cierto, principalmente de Europa.

Entrevistador: En mi opinión, esto no molesta a los europeos.

Nikolay Patrushev:  Más que eso, están felices de dar un paso en la dirección del abismo que Estados Unidos ha cavado para ellos. En este sentido, mucho ha cambiado desde la Guerra Fría. Entonces los europeos resistían a Washington con más confianza. Aparentemente, debido al hecho de que las viejas generaciones de políticos realistas aún no eran cosa del pasado. En ese momento, el muro estaba en Berlín, pero la élite europea actual tiene un muro en la cabeza.

En la década de 1980, en un esfuerzo por debilitar la economía soviética, Estados Unidos intentó prohibir a las empresas europeas comprar hidrocarburos a Moscú. En ese entonces Europa no estuvo de acuerdo con Washington. Estados Unidos también prohibió a sus propias empresas vender tecnologías de perforación en alta mar a la URSS, lo que resultó en que decenas de empresas estadounidenses y japonesas se vieran afectadas. Washington usó la desinformación para retrasar la construcción soviética de un gasoducto a Europa. ¿Te recuerda algo?

Entrevistador:¿Y qué tenemos que hacer para asegurar la soberanía del rublo?

Nikolay Patrushev:  Para que cualquier sistema financiero nacional sea soberano, sus medios de pago deben tener un valor intrínseco y estabilidad de precios, sin estar vinculados al dólar. Ahora los expertos están trabajando en un proyecto propuesto por la comunidad científica para crear un sistema monetario y financiero de dos circuitos. En particular, se propone determinar el valor del rublo, que debe estar respaldado tanto por oro como por un grupo de bienes que son valores monetarios, y alinear el tipo de cambio del rublo con la paridad del poder adquisitivo real.

Entrevistador: Ideas similares se han expresado antes. Sin embargo, varios expertos afirmaron que contradicen las conclusiones de la teoría económica…

Nikolay Patrushev:  No contradicen las conclusiones de la economía, sino las conclusiones de los libros de texto de economía occidentales. Occidente se ha apropiado unilateralmente de un monopolio intelectual sobre la estructura óptima de la sociedad y lo ha estado utilizando durante décadas. Permíteme recordar que las reformas de choque de la década de 1990 en nuestro país se llevaron a cabo estrictamente de acuerdo con las pautas estadounidenses.

La fascinación de nuestros empresarios que surgieron de esa época solo con los mecanismos del mercado, sin tener en cuenta los detalles específicos de nuestro país, es un factor de riesgo. No nos oponemos a una economía de mercado y a la participación en cadenas productivas globales, pero somos claramente conscientes de que Occidente permite que otros países sean sus socios solo cuando le resulta rentable. Por lo tanto, la condición más importante para garantizar la seguridad económica de Rusia es confiar en el potencial interno del país, el ajuste estructural de la economía nacional sobre una base tecnológica moderna.

¿Con qué éxito se está completando esta tarea hoy? De nuevo ahora se habla mucho de la sustitución de importaciones, pero no es ningún secreto que aún no se ha logrado un avance decisivo.

Nikolay Patrushev:  Las tareas y prioridades están establecidas de manera absolutamente correcta y continuaremos implementándolas. Otra cosa es que es necesario reforzar significativamente la disciplina de su implementación, incluso entre los departamentos relevantes.

Si todas las instrucciones del jefe de Estado en materia de sustitución de importaciones fueran cumplidas a tiempo, seríamos capaces de evitar muchos de los problemas que enfrenta hoy la economía rusa.

Te daré un ejemplo. Varias estructuras se opusieron a la creación de una planta de producción de insulina de alta calidad en San Petersburgo. Hoy, esta es una empresa seria, en la que la producción de medicamentos es completamente independiente de las importaciones, con la excepción del empacado. Y estos también deberían ser producidos por nosotros mismos, como nos lo han dicho, por ejemplo, los fabricantes de alimentos. Por supuesto, no debemos hacer la vista gorda ante logros significativos. El éxito significativo en la sustitución de importaciones fue logrado por las empresas Rostec Corporation, principalmente aquellas que producen productos de la industria de defensa.

Otro ejemplo. Gracias a la Doctrina de Seguridad Alimentaria desarrollada por el Consejo de Seguridad, fue posible realizar cálculos precisos y aumentar la autosuficiencia de nuestro país con alimentos básicos. Este es un logro muy serio, en algo en que nuestro país fracasó por completo en todo el siglo XX. Por lo tanto, todos los intentos de los occidentales de transferir a Rusia la responsabilidad de la crisis alimentaria mundial provocada por ellos, están obviamente condenados al fracaso.

Rusia tendrá que ampliar la gama de productos domésticos de alta tecnología. Es importante promover el desarrollo doméstico en la producción lo antes posible. Prestaremos atención especial a los cambios cualitativos en la selección del personal científico y la evaluación de la efectividad de sus actividades. La ciencia rusa debe convertirse en una fuerza productiva líder, una de las fuerzas impulsoras del desarrollo de nuestro país.

Estoy seguro de que resolveremos todos los problemas que han surgido como resultado de las restricciones de las sanciones. Hoy, Rusia se está moviendo del mercado europeo a los mercados de África, Asia y América Latina. Damos atención prioritaria a la EAEU, cuya importancia está creciendo muchas veces en las condiciones actuales. Estamos intensificando la cooperación con los países de BRICS y SCO, que reúnen alrededor de tres mil quinientos millones de personas en el planeta.

Usted mencionó la ciencia, pero en las condiciones modernas, creo que es necesario no solo reconstruir ésta, sino también la educación superior y la escolarización.

Nikolay Patrushev:  Estoy sinceramente convencido de que no podemos desarrollarnos con éxito sin una comprensión clara por parte de toda la sociedad de nuestras metas y objetivos nacionales, la profundidad total de nuestra identidad espiritual e histórica. Por lo tanto, cada ciudadano de nuestro país, cada ruso, desde la infancia debe saber y comprender para qué vivimos y trabajamos todos como un solo pueblo, y por qué nos esforzamos.

Occidente continúa actuando de acuerdo con la doctrina antihumana de los “mil millones de oro”, que implica una reducción significativa de la población mundial de diversas formas. Para ello, Occidente ha creado con saña un imperio de mentiras que implica la humillación y destrucción de Rusia y otros estados indeseables. Nos escupen a los ojos y dicen que es el rocío de Dios.

Washington y Bruselas no ocultan el hecho de que sus sanciones tienen como objetivo el empobrecimiento material y espiritual de los rusos. Destruir nuestra educación mediante la imposición de los llamados modelos progresistas de educación es una tarea tan estratégica para los occidentales como, por ejemplo, acercar la OTAN a nuestras fronteras.

De hecho, no hay nada progresista allí. En Estados Unidos, por ejemplo, mucha gente ya dice que en las clases de matemáticas se debe cantar y bailar, porque resolver problemas y ecuaciones oprime y discrimina a alguien. No necesitamos tal “progreso”. La situación actual demuestra la necesidad de defender los valores espirituales y morales rusos tradicionales, reformar el sistema educativo y de ilustración con el retorno de las ventajas históricamente justificadas de la escuela nacional. Aún estoy convencido de que la escuela de educación soviética ha sido históricamente la más avanzada y progresista del mundo, y para avanzar se debería tener esto en cuenta.

Entrevistador: ¿Qué se debe hacer exactamente?

Nikolay Patrushev:  Es necesario prestar más atención al desarrollo del pensamiento lógico, para formar un conocimiento estable y la capacidad de tomar decisiones independientes, y no solo poner taches en las pruebas. Desarrollar la aplicación aplicada de las ciencias fundamentales.

Es imposible confiar únicamente en la digitalización de la educación, ya que Internet puede ser no solo una fuente de información enciclopédica, sino también de desinformación politizada. En el corazón de todo está el desarrollo de las cualidades intelectuales y espirituales personales. Niños bien educados, completos, física y moralmente sanos que conocen y comprenden la historia y la cultura de su patria son nuestra riqueza y garantizan el desarrollo exitoso de Rusia. Estamos trabajando por el  futuro de nuestros hijos, por el bien de un país próspero y floreciente en el que vivirán.


 

 

GEOPOLÍTICA DE LA FRAGMENTACIÓN.

El regreso del Estado, la crisis del neoliberalismo y los efectos sobre América Latina y el Caribe

 

JORGE ELBAUM

 

https://www.elcohetealaluna.com/geopolitica-de-la-fragmentacion-global/



El 26 de abril se realizó la primera reunión de los 40 países comprometidos en apoyar al gobierno de Volodímir Zelensky, remitir armas a las Fuerzas Armadas ucranianas y evitar que la Federación Rusa consolide su victoria militar. El encuentro se realizó en la base aérea de Ramstein –cuartel general de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa–, ubicada en Alemania. Sus anfitriones fueron el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin y la máxima autoridad de la OTAN, Jens Stoltenberg.

 

Los acuerdos alcanzados por los ministros de Defensa se focalizaron en la necesidad de profundizar el aislamiento de Moscú, extender el conflicto en forma indefinida y desplegar una campaña global de información, confusión y tergiversación, destinada a invisibilizar la verdadera situación bélica que se concentra en el este y el sureste ucraniano. Los participantes convinieron la realización de conferencias mensuales para hacer un seguimiento de los objetivos planteados, y conjeturaron la posibilidad de institucionalizar en los próximos meses el cónclave, con el objetivo de ampliar su incumbencia a la situación de China y el Sudeste Asiático.

Mientras diversos analistas internacionales conjeturaban que la reunión de Ramstein prologaba una nueva Liga de las Naciones con media docena de país socios –contribuyendo además a debilitar a las Naciones Unidas y el derecho a veto de Rusia y China–, Vladimir Putin advertía que “cualquier intervención externa en el conflicto recibirá una respuesta fulminante”. En esa misma alocución ante la Duma, agregaba: “De ser necesario apelaremos a los misiles hipersónicos (…) No nos jactaremos de tenerlos. Los usaremos, de ser necesario”. En Ramstein, además, se esbozaron los próximos pasos que dará la OTAN en la cumbre de Madrid que se desarrollará entre el 29 y el 30 de junio. Para esa fecha, se especula, se podrán recibir las peticiones de integración de Suecia y Finlandia, cuyos parlamentos tratarán durante las próximas semanas sus postulaciones. La saga de encuentros destinados a aislar a Moscú y darle continuidad a la rusofobia se completará el domingo 8 de mayo, cuando los líderes del G7 realicen una videoconferencia con el Presidente ucraniano.

En 1997 la organización atlantista contaba con 13 miembros. En la actualidad pasaron a ser 30. La única hipótesis de conflicto existente en sus documentos postuló –hasta la década del ‘90– a la Unión Soviética y luego a la Federación Rusa. La quimera atlantista, postulada entre otros por Zbigniew Brzezinski, siempre fue el debilitamiento del gigante euroasiático y/o su desmembramiento. Pero ese postulado se hizo más perentorio –a los ojos del complejo militar industrial estadounidense– cuando Vladimir Putin inició un proceso de empoderamiento económico, energético y tecnológico, desde los inicios del siglo XXI, sustentado en la recuperación de la cultura y la religiosidad ancestral. Los alertas se hicieron aún más preocupantes para Washington cuando Moscú y Beijing concertaron líneas de cooperación estratégica a partir de 2018.

Uno de los compromisos asumidos en Ramstein, que actualiza un ancestral conflicto, fue verbalizado por el representante militar de Berlín, quien garantizó –luego de insistentes presiones ejercidas por Washington– el envío de artillería pesada a las Fuerzas Armadas ucranianas. El Bundenstag aprobó durante las últimas semanas el financiamiento de 100.000 millones de euros extra para renovar sus fuerzas armadas. Por su parte, un portavoz del Pentágono confirmó a la revista Der Spiegel que Washington ya ha aprobado envíos inmediatos de armamento por valor de 3.200 millones de dólares, y se difundió el pedido realizado por Biden de un paquete de ayuda por 33.000 millones –para los próximos cinco años–, que incluirían 20.000 millones en asistencia militar y duraría cinco meses. Todas estas medidas lograron el incremento de las acciones bursátiles de las corporaciones dedicadas a la producción bélica en las pantallas bursátiles de Wall Street.

Economía de las armas

Origen de las 100 empresas que más armas exportan.

Estados Unidos dispuso de dos guerras mundiales para relanzar su economía. Luego de la Primera Guerra Mundial, suplantó al Reino Unido como primera potencia global. En 1945 se instituyó como el máximo responsable de definir las reglas de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Durante el gobierno de Donald Trump, los funcionarios del Departamento de Estado insistieron en la necesidad de un mayor gasto en armas por parte de los países europeos, ante los retos planteados por la entente sino-rusa. La suma del gasto en armamento de Estados Unidos y la Unión Europea expresa el 60% del expendio global. Solo los integrantes europeos de la OTAN desembolsan, en conjunto, 200.000 millones de euros en armamento, cuatro veces lo que emplea Rusia. En 2021 el gasto militar global batió todos los récords al superar por primera vez los dos billones de dólares. El incremento en 2021 –respecto a 2020– fue del 6%. Estados Unidos exhibe un tercio de todo el estipendio global.

La crisis mundial generada por la pandemia, ahondada por el conflicto en Ucrania, genera incertidumbre sobre la posibilidad de sobrevivencia del modelo de globalización neoliberal liderado en las dos últimas décadas del Siglo XX por las trasnacionales estadounidenses y europeas. Esa primera fase se vio desafiada, a principios del presente siglo, por corporaciones coreanas y chinas. El núcleo central del modelo –que convocó al debilitamiento de las soberanías y a la supremacía del mercado– consistió en la desregulación financiera, la deslocalización productiva, la concentración global de la riqueza y la proliferación de guaridas fiscales. Las corporaciones oligopólicas impulsaron una arquitectura geográfica de las cadenas de valor condicionada por los niveles de desregulación laboral ofrecidos, los salarios restringidos y las ventajas impositivas.

Las sanciones a Rusia y a China, promovidas por Washington durante la última década, se convierten en el último capítulo de una tendencia global al agotamiento del modelo que se inició medio siglo atrás. La desintegración global incipiente se inicia con la crisis financiera de 2008, se prolonga con el regreso (obligado) del estado keynesiano, durante la pandemia, y se profundiza con la superposición de restricciones arancelarias cruzadas, impulsadas inicialmente por el Departamento de Estado. En este marco, la guerra en Ucrania preanuncia una desintegración horizontal, que complica la viabilidad de las cadenas de suministro y funda, al mismo tiempo, sistemas paralelos de (des)integración.

Entre las consecuencias más actuales se observa el incremento global de los precios de los alimentos y la energía: el neoliberalismo era válido hasta que algunos jugadores estatales se dispusieron a competir en esos productos y precios. Ahora se busca aislar (y excluir) a estos últimos mediante regulaciones bélicas de comercialización, consistentes en bloqueos, boicots, sanciones, dumpings enmascarados, confiscaciones y barreras arancelarias justificadas con pretextos fitosanitarios, ambientales o relativas a la “violación de los derechos humanos”, o la transgresión de las normativas impuestas por instituciones internacionales manipuladas por los mandantes de la OTAN, como la OEA.

Los países de América Latina y el Caribe son presionados en forma sistemática por los funcionarios estadounidenses para limitar y/o cortar los lazos comerciales, científico-tecnológicos o de cooperación con Moscú y Beijing. En Washington tienen claro que una victoria militar de Rusia supondría de forma automática una derrota relativa del atlantismo y una evidencia de la impotencia de quien se postula como el gendarme planetario. El límite puesto por Vladimir Putin a la OTAN supone, per se, la segmentación del poder global y la posibilidad de ampliar los niveles de autonomía basados en relaciones multilaterales y no verticales.

El esquema neoliberal será forzosamente reemplazado por un modelo de mayor legitimidad estatal. En ese resquicio se instituirán ventajas para lograr mayores niveles de integración regional y se ampliarán las posibilidades de otorgarle a la política un rol más decisivo frente al mercado. “El futuro tiene muchos nombres –escribió Víctor Hugo–: para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”.



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Compilado por UNAM en Rebeldía

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junio de 2022


 

 

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