Noviembre de 2010
Mientras las autoridades universitarias se ufanan en presentar a la UNAM como una institución en la que todo marcha sin inconveniente, la realidad rebasa su discurso. En muchas de las escuelas y facultades de nuestra máxima casa de estudios, las autoridades hacen todo lo contrario de aquello que dicen defender. Ven a la universidad como un buen lugar para el negocio y el lucro a costa de las necesidades de los estudiantes, trabajadores y profesores, como ocurre, por ejemplo, en la Facultad de Filosofía y Letras. La directora de la facultad, Gloria Villegas, se ha caracterizado por ser una mujer de hierro, a la que el descontento de la comunidad le tiene sin cuidado, se ha negado siquiera a dialogar con los estudiantes o los trabajadores, para ella y su administración,-¡en una facultad de humanidades!-no hay diálogo posible. La Asamblea estudiantil ha enarbolado una serie de demandas que buscan echar atrás la concepción de que en la facultad por encima del carácter público y gratuito de la universidad persista el lucro y el negocio. Por citar un par de ejemplos, el comedor está concesionado y no sólo tiene precios excesivos, impagables para muchos estudiantes, también la comida es de baja calidad y el trato hacia los “usuarios” es prepotente; lo mismo ocurre con el servicio de fotocopias, elemento fundamental para los estudiantes. Pero el punto más nítido en el que el carácter público y gratuito de la UNAM es violado flagrantemente es el caso de la División de Educación Continua, en la que se imparten cursos según necesidades de empresas editoriales, mismos que tienen costos de entre dos mil y catorce mil pesos y, por supuesto, sólo pueden tomarlos quienes tienen la plata para ello. Además el acervo bibliotecario resulta insuficiente e ineficaz el servicio de los trabajadores debido a que no se abren más plazas para realizar satisfactoriamente el trabajo. Otra de las características de la administración de “la dama de hierro” Villegas, es el autoritarismo y el espionaje hacia la actividad política de los colectivos estudiantiles, por ello instaló videocámaras con la justificación de brindar mayor seguridad a la comunidad. En ese clima se realizó una consulta en la que participaron 2037 personas, los resultados fueron mayoritariamente porque estas condiciones cambien. Así, se citó a las autoridades a un diálogo público en el que defendieran su postura, en el que debatieran abiertamente contra los argumentos de los estudiantes, sin embargo no acudieron, hicieron caso omiso a las demandas y exigencias de la comunidad. No hubo más opción, agotadas las instancias, que la de la movilización contra Villegas. El día 28 de octubre se realizó un mitin en la dirección de la facultad en el que participaron trabajadores, profesores y estudiantes. Gloria Villegas y su administración, finalmente, debido a la presión y la movilización, accedieron a dialogar públicamente con la Asamblea estudiantil el próximo 11 de noviembre a las 12 horas en el Aula Magna. Esperamos que esta vez no haga vacío al diálogo, de lo contrario no sólo demostrará, nuevamente, su carácter prepotente y autoritario sino que hará que el descontento y el conflicto escalen. En sus manos está alcanzar una solución a través del diálogo o echar por la borda el intento de la Asamblea de que éste sea el medio para encontrar una salida satisfactoria.
En el Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales de la UNAM en la ciudad de Mérida, los estudiantes de la licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales tenemos 2 años pidiendo que se nos permita usar las fotocopiadoras (aunque tengamos que pagar) e internet inalambrico y nuestras demandas no son escuchadas, ya que las fotocopiadoras e internet es de uso exclusivo del personal administrativo y de los investigadores.
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