Esto es una muestra de cómo quieren llevar la política laboral del país, señalan
Sábado 11 de septiembre de 2010, p. 35
Integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se manifestaron frente a las oficinas del secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, para exigir al gobierno federal que dé a conocer los nombres de los responsables del deceso de los dos trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad luego de la explosión ocurrida la tarde del jueves en la subestación de Coyoacán.
No es una cuestión solamente de una explosión, como lo quiere hacer ver el gobierno, lo ocurrido es producto de la manera en cómo quieren que se lleve a cabo la política laboral en este país
, denunciaron frente al inmueble localizado en avenida Reforma.
Los asistentes atribuyeron la responsabilidad directa de los hechos a “Javier Lozano, por supuesto, a Alfredo Elías Ayub (titular de la CFE) y Georgina Kessel (secretaria de Energía).
Quienes fallecieron en la subestación de Coyoacán no son trabajadores de la comisión y si lo fueran las autoridades están cometiendo un delito más, porque el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) no puede trabajar en esta zona ya que hay un convenio de delimitación de zonas, firmado en 1985. Por donde le quieran ver, el gobierno federal está en un serio problema
, advirtió Cecilia Figueroa, trabajadora con 19 años de antigüedad en Luz y Fuerza del Centro.
Indicó que el gobierno también tiene que aclarar el esquema laboral bajo el cual estaban contratados los fallecidos. Si efectivamente eran trabajadores de la CFE, el SUTERM “tiene que explicar por qué permite que entren a trabajar a los12 años, que es la edad que tenía Jorge Díaz Estrada (quien murió de 40 años) cuando ingresó a trabajar ya que al momento de fallecer ‘tenía más de 28 años en la empresa’, según dijeron las autoridades”.
En la concentración, integrantes del SME demandaron información precisa de los trabajadores que todos los días resultan lesionados
por realizar actividades que desconocen y sin el material adecuado.
El sindicato logró dejar plasmado en su contrato colectivo condiciones de seguridad e higiene porque sabemos que la industria eléctrica no es, con todo respeto, una fábrica de galletas. Todos los días los compañeros arriesgaban la vida y en nuestras filas también sufrimos pérdidas. Tuvieron que pasar muchos años para que las autoridades reconocieran el riesgo eléctrico
, sentenciaron.
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