Los Brigadistas
Noviembre 2013
El
magisterio, fuerza que cambió la dinámica de imposiciones de Peña.
El
movimiento magisterial encabezado por la CNTE significa una ruptura
del escenario planteado por Peña Nieto y los partidos del Pacto por
México. Habían aprobado la reforma en telecomunicaciones, la
reforma financiera, incluso la reforma laboral fue resultado de una
negociación con el entrante gobierno priísta cuando Peña era
presidente electo. Todas medidas de corte neoliberal mandatadas por
organismos como la OCDE. El gobierno, sabueso fiel de los mandatos de
éstos organismos, pretendía imponer rápidamente la reforma
educativa, la hacendaria que incluía IVA en alimentos y medicinas,
así como un aumento brutal en la entrega del petróleo, gas y
electricidad con la reforma energética... se creían imparables,
hasta que irrumpió la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE).
En
esta lucha la CNTE ha logrado aglutinar a sectores que hasta hace
poco, eran aliados de los charros del SNTE, o al menos su base
social. Ésta amplia agrupación de fuerzas tiene que ver con que la
Reforma Educativa de Peña Nieto no pone a discusión de profesores y
especialistas las mejoras a los contenidos y las estrategias que
resuelvan la problemática educativa existe en nuestro país, no
incluye proyectos para el rescate de la olvidada infraestructura de
las escuelas, y sí, en cambio, golpea duramente los derechos
laborales del magisterio.
CNTE,
corazón y guía.
Ha
sido importantísima, en esta coyuntura, la experiencia de la CNTE,
acumulada en décadas de lucha, 34 años si hablamos de la historia
reciente, como por su participación en muchos y distintos
movimientos a lo largo de la historia de nuestro país.
Nuevamente,
la CNTE es corazón y guía del movimiento magisterial que sacude el
país, sin embargo, es muy importante que el movimiento sepa agrupar
a todos los que quieran luchar contra las reformas, sean o no de la
CNTE, pues de lo contrario se minaría mucho la posibilidad de
crecimiento del actual movimiento.
La
experiencia en la lucha de masas de la CNTE, se ha expresado en el
Distrito Federal, entre otras cosas, evitando, limitando y
enfrentando la táctica de Peña Nieto de infiltrar al movimiento
para desgastarlo y reprimirlo. En distintos momentos los profesores
han combatido la provocación, han dejado claro que las acciones que
impulsan son de resistencia civil, donde la contundencia se da por la
vía de tener a miles de personas organizadas y actuando, impulsando
medidas de presión de distintos tipos, y no acciones aventuradas de
unos cuantos “decididos”, que flaco favor le han hecho al
movimiento social al provocar el enfrentamiento con la policía (y en
algunos casos robos y destrozos en comercios), facilitándole el
camino al gobierno para la represión; grupos, algunos de descontento
real, y otros halcones infiltrados por el mismo gobierno, que generan
escenarios de violencia, aun cuando las movilizaciones hayan sido
convocadas explícitamente en otro sentido (pacíficas y sin
encapucharse para evitar la provocación, como lo que ocurrió el
pasado 2 de octubre).
Mención
especial requiere el contingente de los profesores de Oaxaca,
integrantes de la sección 22 de la CNTE, a quienes les debemos mucho
del actual clima de politización y protesta que se ha ido
expandiendo en el país. Los maestros de Oaxaca sostuvieron un paro
por dos meses, acosados, sin salario, para venir masivamente a luchar
en la Ciudad de México, a sostener un plantón en medio de la
temporada de lluvias más fuerte que se recuerde en el DF. Son ellos,
los profes oaxaqueños, los que en su mayoría tuvieron que soportar
el violento desalojo del 13 de septiembre, los que han venido
recurrentemente a hacer brigadas a las escuelas, los que hicieron
realidad en dos ocasiones el cerco al aeropuerto, etc. Oaxaca ha
decidido levantar el paro de labores, pero está claro que el
movimiento seguirá contando con la participación decisiva del
valioso contingente del magisterio oaxaqueño.
Radicalización
de profesores y lucha por la democratización del SNTE
Un
fenómeno paralelo que es fundamental, es que en medio del
descontento de los profesores los charros han estado siendo rebasados
por las bases magisteriales, tal vez el caso más representativo sea
el de Veracruz, donde los profesores desconocieron y tumbaron a los
dirigentes sindicales que defendían la reforma, pero esto es algo
que hoy ocurre también en muchos otros estados, por lo que a la vez
de luchar contra el despojo de derechos que significa la Reforma
Educativa, en el magisterio nacional va prendiendo la consigna de
reapropiarse del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE) como un instrumento de y para la lucha de los profesores, una
herramienta de organización que hoy sirve al gobierno para controlar
a los maestros.
Un
punto a destacar es la rápida radicalización de profesores en
muchos lugares del país. Radicalización provocada por la
intransigencia de Peña Nieto en contra del magisterio, para el cual
la única respuesta sobre la demanda de abrogación de las reformas
al tercero constitucional, es que la reforma va y no tiene marcha
atrás, no importa que haya miles en las calles protestando (aun
cuando en algunos lugares, como Oaxaca y otros, se hayan conseguido
victorias parciales y locales, la respuesta al conjunto del
movimiento magisterial es la amenaza, los desalojos, la represión y
cerrazón)
Profesores
que hasta hace poco tiempo tenían una modesta e incluso nula
participación política, hoy se organizan en asambleas, discuten con
padres de familia, hacen paros de labores, brigadas, movilizaciones,
liberación de casetas, cercos a instituciones públicas, etc. Ese
despertar magisterial ocurre en la coyuntura específica que hoy
atravesamos, pero tiene toda la potencialidad para continuar y
profundizarse, lo cual sería muy importante para las resistencias
futuras, en especial contra la reforma energética que amenaza
profundizar fuertemente la privatización del petróleo y la
electricidad.
Un
elemento fundamental para que ello ocurra, a nuestro parecer, es que
los profesores se propongan como tarea central el convencer al
pueblo, acercarse a él, discutir casa por casa, ganar la pelea
mediática con propaganda constante. A cada infamia de Televisa, un
volante masivo, brigadas a los metros, a los mercados; a cada
difamación un cartel pegado en las colonias, en los barrios. Hacer
que los muros hablen, que las plazas públicas sean lugar de
discusión y difusión de los argumentos del movimiento, en suma,
poner en el centro de la táctica la política de masas, no sólo con
los maestros y con los padres de familia, sino con todo el pueblo. En
la medida en que logremos arraigar esos vínculos, la campaña del
gobierno tendrá cada vez menos peso y se allanará el camino a la
victoria. Las marchas, tomas y cercos a instituciones, son muy
importantes, pero si no se engranan con la necesaria política de
masas, con propaganda y brigadeos cotidianos, costará mucho más
trabajo doblegar a éste gobierno entreguista.
Efecto
dominó y el despertar de la solidaridad en los estudiantes.
En
la UNAM, y universidades como la UPN, UACM, ENAH y otras, ocurrió un
hecho importante: tras el brutal desalojo policiaco-militar del
plantón del Zócalo, cientos y en algunos casos miles de estudiantes
asistieron a multitudinarias asambleas para discutir la situación
nacional, por amplísima mayoría, las distintas asambleas acordaron
solidarizarse con los profesores, exigir solución a sus demandas,
repudiar las reformas estructurales y al gobierno de Peña Nieto en
su conjunto. Diez escuelas de la UNAM acordaron realizar paros de
labores, la mayoría de 48 horas, y algunas hasta de 72 horas. Lo
mismo ocurrió en otras universidades públicas.
Esa
masividad y disposición a la lucha en defensa de los derechos
sociales, de miles de estudiantes, bajó su intensidad en los días
posteriores, pero es importante ser conscientes de que la lucha para
tumbar las reformas neoliberales será larga. Lo que hemos hecho,
tanto los profesores como todos los demás sectores que nos hemos
sumado a la resistencia, ha sido muy valioso.
Los
paros en las universidades públicas, las brigadas, los contingentes
estudiantiles en las distintas movilizaciones del magisterio, los
saloneos, elaboración de carteles, etc., ha sido clave para
refrescar la solidaridad a los maestros, para que continuaran firmes,
para hacerles saber que no están solos.
A
pesar de lo que dice la campaña mediática, sí se han sembrado
victorias.
La
lucha comenzó no hace muchos meses, y ha sido bombardeado
constantemente con un mensaje del gobierno y sus merolicos, repetido
hasta el cansancio de "luchas en vano, no podrás vencer,
ríndete".
La
realidad es que éste movimiento ya ha cosechado victorias muy
importantes: la agitación política derivada de tener a miles de
profesores organizados y protestando, inhibió uno de los proyectos
centrales de EPN y de los dueños del dinero para éste sexenio, el
IVA en alimentos y medicinas, que el gobierno ya había prometido en
el extranjero, pero que no pudo presentar en la reforma hacendaria
por temor a que a la actual fuerza magisterial se sumara el
descontento popular contra un alza tan agresiva de impuestos. Como
mencionamos, muchos charros sindicales han sido rebasados, removidos
y desconocidos, abriendo la puerta a una difícil pero posible
democratización del sindicato. En cada uno de los estados, la lucha
de los profesores ha conseguido debilitar la instrumentación de la
reforma educativa, para Oaxaca y Michoacán, las dos principales
fuerzas de la CNTE, ya se habla de una muy difícil aplicación de la
reforma.
Un
indicador que muestra los avances en la lucha, modestos pero
significativos, son los documentos de Claudio X González y de su
grupo Mexicanos Primero, donde rabian contra el gobierno, se muestran
en desacuerdo con lo que llaman "concesiones" a la sección
22, y llaman a los despidos y a la represión. Y entre muchas
victorias, está el conseguido en el terreno de la consciencia
popular, la simpatía de grandes sectores de masas, la incorporación
en la lucha de nuevos participantes, y el abono para la necesaria
unidad de los de abajo contra el gobierno neoliberal.
Los
atropellos que debemos impedir.
Debemos
aquilatar muy bien lo que ocurrió en el Zócalo de la Ciudad de
México. La represión y el desalojo del 13 de septiembre, el cerco
policiaco-militar que se instauró, y la prohibición de protestar en
el primer cuadro de la ciudad, es una afrenta, no contra el
magisterio, sino contra toda la población. Se trata del regreso del
PRI más rancio y déspota, de los gorilas y halcones con tufo
diazordacista. El regreso y fortalecimiento de las peores tácticas
de opresión contra los movimientos sociales y contra el derecho a la
libre expresión, es algo que, aun cuando se haya terminado el cerco
militar en el Zócalo, nos compete a todos y ente todos tenemos que
asegurarnos de que no vuelva a ocurrir.
En
días pasados se dio a conocer una noticia del estado de Veracruz,
donde se informa que la dirección de una escuela se negó a reparar
una barda dañada por los últimos huracanes, porque, según ellos,
éste tipo de reparaciones competen ya a los padres de familia. Esto
indignó a los padres, tanto así que bloquearon carreteras, tomaron
escuelas y poco a poco, en éste y otros estados (incluyendo al
Distrito Federal), se han replicado acciones similares de grupos de
padres de familia, molestos con el gobierno y en apoyo al magisterio.
Además, están llegando ya los recibos de luz de las escuelas, con
cobros estratosféricos que los directivos dicen que son impagables
con el presupuesto de las escuelas, y quieren que toda ésta deuda
sea absorbida, también, por los papás de los alumnos, con un
“voluntario” aumento de cuotas.
En
algunos estados, donde el gobierno se siente con la fuerza
suficiente, se está avanzando con el despido de profesores que han
hecho paros de labores contra la reforma educativa, con el pretexto
de que, con las nuevas leyes secundarias, pueden ser corridos los
maestros si faltan 3 días consecutivos a dar clases.
Sin
duda, para detener todos estos atropellos y los que se vienen, la
tarea central es la unidad contra el gobierno de Peña Nieto. Los
maestros no podrán solos, por ello los estudiantes, colonos, padres
de familia, campesinos, trabajadores, y todos las sectores sociales,
tenemos que agruparnos junto con los docentes en lucha, para
construir la fuerza que detenga en nuestro país, de una vez por
todas, al neoliberalismo, a sus personeros y todos sus arrebatos.
La
CNTE es uno de los pocos contingentes organizados que tenemos, tras
30 años de golpeteo neoliberal contra el sindicalismo y la
organización social. No permitamos que los aplasten. Si los tocan a
ellos nos tocan a todos.
¡Abajo
la Reforma Educativa!
¡A
seguir sumando sectores en la lucha para derrotar todas las reformas
estructurales de Peña Nieto!
¡Ni
un paso atrás!
Los
Brigadistas, publicación
del CGH
- Ho Chi Minh
Noviembre
de 2013.
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