México, D.F., 29 de enero 2012
Sir Paul McCartney
Presente
Sir Paul McCartney, usted goza de una buena fama pública debido a sus talentos musicales y empresariales. Con lo primero, hizo temblar y modificar los antiguos cartabones de la doble moral victoriana, del irreductible macartismo, de los franquistas y de las ideologías dictatoriales de la primera mitad de los 60´s del siglo XX. La música, las letras de usted y de Lennon, así como las de George Harrison y Ringo Starr, contribuyeron en las nuevas configuraciones de los imaginarios sociales de buena parte del mundo occidental.
Sus acciones y emociones los proyectaron como transgresores del estatus quo. Los que los escuchamos y compartimos su rebeldía, la asumimos de muy diversas maneras y las hicimos propias para algunas circunstancias, tal y como fue el “déjalo ser”; “déjalo que sea” entre otras tantas ideas e ideales lanzados en sus canciones.
Con los años quedó claro que dicha trasgresión no era y no tenía porqué ser Revolución. En ese ámbito de transgresión de usos y costumbres, su actuación y sus triunfos han permanecido dentro del orden establecido. Lo anterior no está a discusión y no crea ningún demérito. Lo que si sería eso y más, es el que usted, ahora, al dar un concierto en la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, transgreda el orden Constitucional de la República Mexicana. Esto afecta en razón de que, antes que cualquier otra cosa:
La Zona Arqueológica de Chichén Itzá es un BIEN NACIONAL, DE USO COMÚN Y DOMINIO PÚBLICO, ADSCRITO AL SISTEMA EDUCATIVO DE LOS MEXICANOS Y POR LO CUAL, NINGUNA PERSONA EN LO PARTICULAR O EN GRUPO PUEDE LUCRAR CON ELLA, O LO QUE ES LO MISMO, OBTENER BENEFICIOS O GANANCIAS, YA QUE LAS MISMAS, SERÍAN ILICITAS E ILEGALES.
La ignorancia de la ley mexicana no lo exime de su cumplimiento; si la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco y sus subordinados, no le mencionaron esa DISPOSICIÓN CONSTITUCIONAL sobre la zona arqueológica en cuestión, es obvio que fue porque se pretende lucrar económica y políticamente con su concierto.
Por otro lado, la zona arqueológica de Chichén Itzá, tiene un enorme significado para los mexicanos y es una zona de estudio inigualable para comprender las historias distintas de las del mundo occidental. Por tal motivo, los profesores investigadores del INAH trabajamos para entenderla, conservarla y protegerla, antes que en explotarla y dilapidarla, como si fuera escenografía exótica para uso y disfrute de unos cuantos.
Ahora usted ya sabe que el concierto que pretende realizar en Chichén Itzá es ilegal, ilegítimo y contrario a los intereses de los mexicanos. Si a pesar de ello, usted lo lleva a cabo, nos demostrará que efectivamente es un transgresor del orden, siempre y cuando el transgredir lo beneficie, bajo el subterfugio de “déjalo ser”.
Su respuesta está en el viento.
Académicos del Instituto
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